Capítulo 408
La mirada sombría de Andrés se posó en Luna y preguntó:

—¿No te quedas? Tenemos habitaciones libres si deseas quedarte.

Luna no sabía por qué él de repente la miró así, solo respondió:

—No, no es conveniente.

Dicho esto, se fue corriendo.

La mirada de Andrés la siguió mientras se alejaba, y sus ojos se volvieron aún más profundos al ver lo ansiosa que ella estaba por irse.

De repente, Isabel comentó:

—Andrés, no sé si es solo una impresión mía, pero tengo la sensación de que Luna no quiere quedarse en su propia casa. Parece que este lugar le da miedo, pero aquí es su hogar, ¿no es así?

***

Gabriel se paró frente al asiento del copiloto y abrió los brazos a la persona que se acercaba. Luna se dirigió hacia él y le abrazó rodeando su cintura, sintiendo que todo el su cuerpo del hombre estaba frío. Se dio cuenta de que, en su traje gris que llevaba hoy, había unas gotas de agua en sus hombros. Ella preguntó preocupada:

—¿Por qué estás tan mojado?

Gabriel acarició su suave rostro con el de
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