Capítulo 208
De repente, una fuerza agarró firmemente su muñeca y la hizo perder por completo el equilibrio, casi cayendo al suelo. Andrés la arrastró con gran agilidad hacia el estudio sin lugar a duda y la encerró allí sin decir una palabra más.

Liora se apresuró a persuadirlo:

—Andrés, ¿¡por qué lo haces!?

Desde afuera del estudio, se escucharon golpes y gritos en la puerta:

—¿¡Qué estás haciendo!? ¡Déjame salir! Andrés Martínez, ¡tú eres un sinvergüenza despreciable! ¡No tienes el derecho a hacer esto!

Andrés cerró la puerta con llave y guardó la llave con una expresión totalmente sombría en su rostro. Le dijo a Liora:

—Sin mi permiso, no recibirás comida. Me intriga saber, si realmente no soy digno de disciplinarte.

Isabel se despertó por el ruido ensordecedor y se acercó a la puerta de la habitación, escuchando el bullicio. ¿Andrés y Luna estaban discutiendo?

A las siete y media, Isabel salió de la habitación y empezó a desayunar. Percibió la atmósfera sofocante en la sala de estar. Mientras
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