Llegaron los demás miembros del consejo, dos gemelos, sus cabellos parecían finos hilos de oro, altos y blanquiñosos, tenían las manos grandes, ambos siempre iban a todos lados en traje y corbata, se distinguían de todos ya que no habían personas más altas que ellos dos, las chicas andaban tras ellos por todos lados, pertenecían a una familia igual de poderosa que los Coronel pero por alguna razón no aportaban mucho en la universidad, demasiado intelectuales, pero jamás llevaban consigo mochilas o artefactos excepto lo que fuera portable y no tan pesado, encajaban en todos lados. Eran los dos últimos miembros del consejo, su mirada no era fría, al contrario, siempre sonreían maquiavélicamente como si tramaran algo a escondidas, eran las máximas celebridades de la universidad.
- ¡bienvenidos! ya llegaron, es perfecto, los estábamos esperando —les dijo el presidente—
Los chicos apenas ingresaron y oyeron la voz melódica y tranquila del presidente, a un lado estaba la
Albert despertó, durmió plácidamente, su cuerpo aún tenía secuelas de los golpes que le propinaron, abrió los ojos y notó que el lugar en el que estaba era la clínica, era imposible para él no distinguirlo ya que era el primer lugar que conoció de la universidad, la imagen quedó grabada en sus recuerdos, recuerdos amargos inmediatamente volvieron a él, sintió molestias mientras su corazón palpitaba aceleradamente, al oír que alguien entraba al lugar lo aterrorizó.- Buenos días —saludó alguien tras entrar a la habitación en la que estaba ya que había notado que Albert despertó—Ella esperaba un piropo por parte de Albert, pero él extrañamente temblaba mientras la miraba aterrado, notó eso y trató de calmar su miedo¿Sabes? Llevas tres días inconsciente —mirándolo a los ojos—- Bu... bu... bue... Buenos días —Albert no podía creer que volvía a ver a la enfermera Rodríguez, sabía que pasaría pronto pero no que fuese justo en el momento que se preparaba para ver
Lilian reflexionaba más y más por sus actos, era tan culpable que no podía evitar pensar en las cosas malas que había hecho llevada por sus impulsos, antes de que algo malo pudiera suceder decidió ir con Albert y pedirle disculpas por lo sucedido, sin embargo, era consciente que este talvez no la perdonaría, con un poco de esperanza fue hasta la clínica con el único propósito de encontrar el perdón y la redención, la carga día tras día se hacía pesada, llegó a la recepción y vio allí a la enfermera Rodríguez- Buenos días señorita Rodríguez, tal vez no me conozca pero soy miembro del consejo estudiantil, vengo a ver al joven Albert —habló calmada y seria—- Buen día, a ver dejame revisar... —revisaba su libreta a propósito solo para retener a la señorita que tenia en frente, a pesar de su tranquilidad parecía estar muy intrigada— Aquí está —le dio las indicaciones para que fuera hasta él, no era común ver visitas de autoridades o representantes de las organizaciones, se sintió
- Señorita Rodríguez ¿Qué día es hoy? —preguntó tímidamente, casi no se oia que decía—- Ah?! —lo miró extrañada, no esperaba esa pregunta— hoy es jueves —le dijo tras un extenso silencio—- ¿Qué? Pero si ayer era Lunes —exclamó consternado—- Tranquilo, se debe a la gravedad de los golpes que recibiste... —explicaba, pero vio que Albert bajo la cabeza y no habló más del asunto, "talvez no debería hablar de eso" pensó—El silencio se apoderó del lugar, Albert estaba incómodo con la presencia de Rodríguez, no podia hacer que se fuera porque resultaria ofensivo para ella además pensó "parece que quiere hacer las pases conmigo" con esta idea en mente siguió cabizbajo.- Enfermera ¿sabe usted cuándo saldré de aquí? —preguntó nuevamente para romper el hielo—- Jaja por mi puedes quedarte todo el tiempo —le dijo mientras reía, vio que el muchacho sonreía—- Muy gracioso, pero realmente quisiera dalir el domingo, al menos por la tarde —le dijo miemtras sonreía—- ¿D
Sofia estaba triste por lo que acababa de ocurrir, estaba horrorizada, se dirigió a casa presurosa, Albert seguro estaría bien, ¿Porqué lo ayudé? se preguntaba mientras caminaba, era sumamente raro para ella pero al mismo tiempo se decía a si misma que fue una decisión acertada porque si no lo hubiera hecho nadie más lo notaría. Llegó a casa y se sintió en paz consigo misma, "fue horrendo ver que alguien casi muere mientras lo veía, no quisiera volver a experimentar algo parecido nunca más" se decia sentada en su sofá, pasaban las horas y se quedó dormida alli, estaba muy cansada.Sin darse cuenta despertó al dia siguiente, si no fuera por que su movil vibraba de seguro no hubiera despertado, no era raro para ella que la llamaran, lo que era extraño era que nunca la llamaban temprano. Cogió el teléfono móvil y contestó inmediatamente, sin darle tiempo para contestar del otro lado se escuchaba la voz de un hombre.- Sofía!!! ¿Qué pasa hija, porqué no respondes? ¡Te he llama
hola, que tal chicos, como han estado, ¿saben? particularmente estos ultimos meses me he sentido un poco agotado, ya saben, la universidad ha consumido todo el tiempo que tenia disponible, no se preocupen, ya ha terminado un ciclo mas, asi que desde hoy me he propuesto subir dos capitulos por dia hasta que terminen mis vacaciones, les dejare un aviso antes de que suceda, gracias por leer esta novela, les pido perdon por dejarlos con la intriga talvez de lo que sucedera en los proximos capitulos, he tratado de escribir algo pero me ha costado jaja, ahhh tambien les comento que he estado trabajando, en este caso idealizando crear una historia extendida pero en otro tipo de contenido, les avisare si algo pasa, ah y recuerden siempre respondo los comentarios que dejan, no se olviden de revisarlos (si es de vuestro interes) ya saben, no hate, dicho todo esto espero que me entiendan, a veces pienso y me digo que estoy haciendo con mi vida pero reviso esta pagina y veo una cantidad impresi
los pajaros trinaban en los arboles de los parques de la universidad, las aves eran las protagonistas del bullicio, auguraban un agradable reinicio, albert desperto de un largo sueño y miro desde la ventana de su departamento los arboles del parque que estaban frente a este, preparo una taza de cafe para iniciar el dia, cogio un pan y se dispuso a desayunar eso, la sensacion de frio era inexistente, la calidez del clima abrazaba dulcemente los pensamientos de Albert, mientras en el horizonte se asomaba el sol dispuesto salir e iluminar todo lo que pudiese, se sentia afortunado de presenciar aquello, de inmediato vio que un grupo de jovenes corrrian hacia una de las canchas de juego para jugar algun deporte, la vista era maravillosa, Albert descubrio esto despues de llegar a aquel magnifico lugar.Los chicos jugaban voley contra las chicas, albert sintio un vacio en su pecho y suspiro profundamente, sin embargo, despues de sentir el vacio, recordo que su rut
la voz se escuchaba suave y alegre, parecia amistosa, albert se detuvo y ahi paro, oyo el llamado, gracias a que albert llegaba temprano a clases podia darse tiempo para hablar con cualquier persona, sin embargo esto era dificil para el, ya que no habia con quien charlar, debido a esto solia esperar, sentado en el salon de clases que todo empezara, todo parecia aburiido y no le prestaba atencion a las cosas hasta que las clases empezaran, ese dia al menos fue diferente para el, la vicepresidenta le dirigia la palabra, se sentia apenado e incomodo por los sucesos recientes que habian protagonizado, ella le tomo la mano sin precio aviso, esto sorprendio mucho a Albert, sintio un jalon suave de ella pero no movio ni un centimetro, era obvio el comparado a ella en dimensiones corporales era la mitad de lo que Albert era. Lilian al ver que no conseguia llevarlo por la fuerza, lo miro fijamente mientras sus ojos se empapaban de lagrimas silenciosas, el la vio y antes de que este pudiera d
Albert penso en que decirle a la vicepresidenta, se sintio conmovido, las lagrimas eran reales a sus oidos, decidio entonces ir a buscarla, fue preguntando a todo aquel que pasara frente a el, no queria ser el villano de una historia mal contada, busco y busco pero no la encontro por ningun lado, entonces en medio de sus pensamientos y sumido en el pasado como era su costumbre recordo al abuelo:"era un dia soleado mientras ambos corrian por las montañas, el abuelo tenia una pequeña granja de animales, ese dia fueron de manera rutinaria a recoger hierbas para los animales de la granja, mirados desde ahi los prados se veian maravillosos, en el horizonte se contemplaban nubes grises augurando una tormenta, el calor hacia que el viento incluso cesara por momentos, fueron a una especie de valle, la forma de las piedras era tal que ideo historias en torno a ellas, mas adelante una catarata emitia un ruido que calmaba el corazon, las rocas de esta catarata eran bl