Capítulo 6. [LAURIE]

A las 6:30 de la mañana del lunes, Thomas conduce lentamente para llevarme a mi departamento al lado este de la ciudad pasando por el centro.

Suspiro.

Jimmy presiona suavemente mi mano con la suya, volteo a verlo y me sonríe con entusiasmo en el rostro y yo tan solo me quedo perdida en sus hermosos ojos azules detrás de sus lentes.

Miro mis muñecas aun con aquel leve color rosa donde me ato con los cables, muevo los hombros y los tengo demasiado rígidos a comparación y tengo la sensación extraña de haber dormido por mucho tiempo, pero al final no haber descansado del todo o como me hubiese gustado.

—Múdate conmigo Laurie – susurra Jimmy en ese momento yo lo observo.

—Oh por dios – es lo único que puedo decir mientras él me observa con expresión tierna en el rostro.

—Por favor Laurie – murmura pasado unos segundos de un incómodo silencio, clavo la mirada en nuestras manos juntas por un largo rato mientras me muerdo el labio insistentemente. Aquello no tiene sentido para ninguno de los dos, jamás lo tendrá.

Amo a Jimmy como jamás creí poder llegar a amar a alguien, pero el hecho de vivir juntos es….

—¿Es verdad?

—¿Por qué habría de mentirte Laurie?

—Yo, Jimmy…

—Por favor – se acerca a mí y cuando creo que va a besarme tan solo rosa sus labios y se aleja con los ojos cerrados mientras respira suavemente.

—Tendrías que pensarlo muy bien Jimmy – murmuro a medida que su buen humor parece desaparecer.

—Ya lo he pensado, Laurie, sino lo hubiese hecho no te lo hubiese propuesto, no hasta estar seguro, pero, estoy seguro que quiero vivir contigo en mi departamento. Te necesito allí.

—Jimmy – protesto el levanta mi rostro con una mano.

—Creí que eso te haría feliz Laurie.

—Me hace feliz Jimmy, me hace muy feliz, pero…

—De acuerdo – dice en tono molesto y en señal de derrota.

—Jimmy.

—¿Sí?

—Viviré contigo – contesto él sonríe y me abraza tiernamente. Sonrió al ver la alegría que Jimmy emana por mi respuesta, me encanta hacerlo feliz, aunque sea por un momento, un invisible momento.

Cuando llego a mi departamento, no puedo creer lo que acaba de ocurrir.

Jimmy me ha pedido que viva con él y yo como una tonta había cuestionado sus intenciones y su cordura, pero al final de todo jamás podría alejarme de él a menos que estuviera muerta o algo más dramático.

Sonrió como una estúpida a la nada, sé que ese es el primer paso para una relación formal con el chico más especial e irracionalmente extraño que he conocido en mi vida.

Amo a Jimmy más de lo que cualquier otra persona pueda creer a estas alturas, pero, es verdad y tan solo no importa que tan malo sea eso para muchos me hace feliz a mí y me hace sentir única y amada de nuevo.

Me visto aun con la sonrisa en el rostro, una vez que estoy arreglada con mi falda de tubo gris, camisa blanca, cabello recogido sutilmente con un prendedor que Jimmy me regalo hace algunas semanas, zapatos de tacón negros…Tomo un taxi para ir a la oficina y la sonrisa aún permanece en mi rostro cuando cruzo las puertas giratorias de cristal.

Me dirijo a mi oficina donde ya me espera una rosa roja en el escritorio y una nota, sé de quién se trata al instante.

Querida señorita Laurie Wendt:

Gracias por aceptar la propuesta de vivir conmigo, realmente has hecho que mi vida sea diferente de todas las maneras posibles. Lamento todo lo que te he hecho pasar los últimos días, eres muy importante para mí en estos momentos y lo único que deseo es verte feliz.

Recuerda que…

 James Owen Sullivan

Me detengo a observar las bien definidas letras que se encuentran en la nota, y sonrió al ver a Jimmy escribiendo eso por la mañana, pero yo tan solo no había preguntado qué es lo que hacía.

Me ocupo por poner la rosa en un lugar visible dentro de un pequeño florero de cristal en el escritorio algo desordenado.

Me ocupo de mis pendientes del día y para mediodía ya tengo todo resuelto y sé que puedo llamar a Jimmy y agradecer el detalle que ha mandado.

Pero sé también que puede estar ocupado y es algo estricto referente al tema de llamarlo en el trabajo, así que tan solo reprimo mis impulsos de hacerlo. Como sé que no es una buena idea el llamar a Jimmy me ocupo en otra cosa como hacer la presentación para la junta que tendremos...

A las 3: 30 de la tarde el señor Sanders me llama para la junta y puedo entonces mostrar algunos de los manuscritos en los que he estado trabajando últimamente y todos parecen llevarse una buena impresión de mi trabajo puesto que me felicitan cuando la presentación termina.

Alguien llama a la puerta de mi oficina y supongo que es Sara con la comida que le he pedido… y lo único que quiero es irme a casa.

—Adelante – digo y me dejo caer en el respaldo del asiento mirando a la ventana.

—¿La señorita Laurie Wendt puede recibirme en estos momentos? – pregunta con la voz llena de alegría que casi puedo palpar en el aire, sonrió y me acomodo rápidamente en el asiento. Está de pie con lentes oscuros y traje…

—Hola, Jimmy – digo mientras me pongo en pie, sonríe en mi dirección y yo camino hasta sus brazos que ya me esperan abiertos, me envuelve en ellos en un instante y lo ocurrido el fin de semana tan solo está olvidado por completo ahora o por el momento.

—Hola, Laurie. Te ves muy bien sentada detrás de un escritorio – me susurra en tono travieso y besa mi mejilla con intenciones y se quita los lentes que posteriormente guarda en su bolsillo.

—Gracias, esperaba verte en tu departamento para cenar Jimmy.

—No podía esperar tanto tiempo así que, traigo una elegante invitación para usted señorita Wendt – susurra en mi oído, alguien toca a la puerta y sé que ahora si se trata de Sara con la hamburguesa que he pedido y espero que tan solo lo haya olvidado para que Jimmy tan solo no diga nada respecto a mi mala manera de alimentarme en el trabajo, tan solo sé que no lo aceparía.

—¿Quién es? – pregunto mientras Jimmy me toma la cintura con un brazo rodeándola suave y perfectamente.

—Soy yo, Gale.

¡Maldición! ¿Qué demonios hace Gale aquí?

Jimmy me suelta y camina hasta la puerta con expresión seria y temo lo peor ahora.

Mi corazón late fuertemente contra la palma de mi mano cuando la puerta se abre y puedo ver al chico de perfectos ojos verdes y cabello castaño claro, Jimmy se pone frente a él.

—Buenas tardes, Gale – dice en tono agresivo y puedo sentir la mirada de Gale fría contra el chico que amo.

—James, hola, ¿Cómo estás?

—Perfectamente, ¿y tú?

—Bastante bien gracias, ¿se encuentra Laurie, o me he equivocado de edificio?

—Sí, sí se encuentra.

Me acerco en ese momento y Gale me sonríe yo le devuelvo la sonrisa de inmediato y Jimmy me toma de la mano algo que me impide abrazar a Gale como me hubiese gustado.

—Gale, me alegra verte – digo y él me mira un segundo evaluando la situación.

—Hola, Laurie, también me alegra verte de nuevo.

—¿Qué ocurre?

—Bueno, Ann me llamo, dijo que necesitamos hablar.

—Lo lamento no pretendo hablar con Ann ahora. Espero que me entiendas.

—Por supuesto que lo entiendo Laurie, es solo que está preocupada – puedo sentir como Jimmy presiona mi mano más fuerte de lo normal y lo observo de reojo por un momento.

—Sí, lo sé – digo en tono sencillo.

—Creo que te encuentras ocupada ahora así que, podemos vernos el sábado en el bar ¿no?

—Sí, claro. Me encantaría.

—A la misma hora de siempre. Te veré allá ¿De acuerdo?

—Por supuesto ahí estaré – Jimmy me suelta en ese momento y sé que eso quiere decir que aproveche el breve momento que me ha dado. Me acerco a Gale y lo abrazo él a mí y permanecemos unos segundos así hasta que sé que ha sido el tiempo suficiente para todos. Me alejo despacio y Gale tiene una sonrisa en el rostro.

—Te veré allá entonces Laurie.

—De acuerdo.

—Fue un placer verte, James – dice en tono frio Gale y le tiende una mano en tono cortes, Jimmy la acepta y la estrecha por unos segundos con la suya.

—El placer siempre será mío, Gale.

—Hasta luego –. Gale se marcha y Jimmy cierra lentamente la puerta mientras yo camino hasta el escritorio para tomar mi bolso y para disipar un poco el daño que me hace no poder estar con Gale mucho más tiempo, pero, esa era una de las cosas que Jimmy me había advertido del hecho de estar con él y yo lo había aceptado porque lo amaba y mi lugar muy pronto estaría con él.

—¿La propuesta de ir a cenar aún sigue en pie?

Él me observa.

—Que buena eres mintiendo y ocultando tu propia realidad Laurie.

—Aprendí del mejor ¿no?

—Tal vez no sea así...

—Gracias por la rosa, Jimmy – digo cambiando el tema de pronto él suelta una carcajada por lo bajo y me hace una seña para que vaya hasta donde se encuentra así lo hago, me rodea con sus brazos y me besa por algunos segundos.

—La terminación de la frase que escribí en la tarjeta es: Te quiero Laurie y ahora lo sé, pero espero que eso no te haga daño en el futuro.

—No será así Jimmy – respondo en voz baja, él me observa y tan solo vuelve a besar mis labios de nuevo con ternura.

—Vamos a comer – dice en tono ligero y me hace caminar hacia la puerta. Salimos del edificio y Cory ya nos espera en el auto.

—Buenas tardes Laurie – me saluda cuando entro a este, sonríe.

—Hola, Cory, un placer volver a verte – digo y Jimmy se acomoda a mi lado, toma mi mano y se concentra en la ventana.

—Claro que no, el placer siempre será todo mío – comenta y puedo sentir como me ruborizo en ese momento bajo la mirada de aquel chico que mantiene una sonrisa despreocupada en el rostro.

—¿A dónde los llevo Jimmy?

—Al restaurant de mis padres.

—Muy bien – enciende el auto se dedica a salir del lugar manejando cuidadosamente por la estrecha calle que esta atestada de autos en ambos lados.

—No quiero que veas a Gale el fin de semana Laurie – me susurra al oído en tono calmado y zalamero a la vez.

—¿Por qué no?

—Gale no es mi persona favorita en este mundo y lo sabes Laurie.

—Sí, lo sé, pero solo hablare con él y volveré. Es tan solo que no lo he visto desde que todo esto inicio y…. me siento de alguna manera culpable por lo que ha ocurrido…

—Ann estará ahí cariño – dice mientras besa mi mejilla ligeramente y puedo sentir su sonrisa contra mi piel, una sensación que tan solo he llegado a amar demasiado.

—Sí – es lo único que puedo decir cuando el acaricia mi pierna con la mano por un segundo.

—Por favor, será la primera semana que estaremos juntos, y sé que la mudanza no será nada fácil – sonrió al escuchar sus palabras y él besa mis labios con gentileza algo que me hace tan solo perder la razón.

—De acuerdo Jimmy, así será, pero…Tendrás que posponer el ver a Kayla ¿sí? – digo en tono encantador mientras recorro la línea de su mandíbula con la punta de mis dedos.

—Está bien – susurra y toma mi mano para posteriormente besarla encantador como siempre.

Llegamos al restaurant de sus padres. El nombre “THE SULLIVAN´S” se encuentra en lo alto del lugar, adornado sutilmente en madera, sonrió.

Jimmy me ayuda a bajar del auto y una vez fuera me toma la mano y besa una vez más mis labios y me hace entrar. El lugar me parece más y más hermoso cada vez que Jimmy me hace ir algo que me sorprende puesto que siempre tengo algo nuevo que observar en ese lugar que tan solo es único y ya.

Todo los suelos son de madera noble, en el techo cuelga una hermosa lámpara de araña que ilumina todo el lugar con una sutil luz que lo hace todo más brillante y de una manera más perfecta. Las ventanas con finos acabados le confieren un toque romántico al lugar y es simplemente más de lo que se puede desear. Las mesas lucen un perfecto mantel blanco con un florero pequeño con rosas rojas y blancas. A lado izquierdo se encuentra la hermosa escalera de caracol que lleva directo a la segunda planta, Jimmy me hace caminar hasta ella y luego subimos lentamente hasta al piso superior que es por supuesto un lugar más privado y está ambientado de igual manera como el piso inferior con una música suave de piano y una luz más tenue que la anterior algo que lo vuelve el mejor lugar para compartir con Jimmy en estos momentos.

—Buenas tardes Señor Sullivan, lo estábamos esperando su mesa esta lista – lo saluda cordialmente el joven que está en la puerta de la entrada.

—Buenas tardes, Harry, gracias por hacer lo que he pedido – contesta Jimmy de forma ligera, el chico asiente con una sonrisa en el rostro y nos conduce hasta una de las mesas que está adornada con un mantel blanco y un florero de crista llena de hermosas petunias de todos los colores. Una botella de vino, dos copas y pasta para la cena. Jimmy me ayuda con la silla y yo tomo asiento.

—Cualquier cosa que necesite señor Sullivan solo llámeme por favor.

—Lo tendré en cuenta Harry, te lo agradezco mucho – sonríe Jimmy.

—Muy bien, que disfruten su cena– y con esto se despide y sale del lugar yo observo a Jimmy que tan solo sonríe de manera dulce en mi dirección.

—Señor Sullivan, usted sí que sabe cómo complacer a una dama – susurro con una sonrisa.

—Estamos para complacer señorita Wendt, no lo olvide – dice y toma la botella de vino para abrirla, cuando lo ha conseguido sirve un poco en las dos copas y me da una, yo la acepto.

—Por usted, señorita Wendt – alza su copa – Gracias por haber aceptado vivir conmigo me ha hecho el hombre más feliz del mundo cuando acepto. Gracias, sé que he estado temiendo el compromiso, pero, sabe que es por una muy buena razón y yo siempre querré lo mejor para usted señorita Wendt, siempre.  —Gracias por ser la mujer de mi vida – lo observo estoy a punto de llorar cuando él se acerca a mí y besa mis labios por algunos segundos. Se aleja y me pierdo casi de inmediato en sus perfectos ojos oscuros, sonrió tontamente sin saber que decir puesto que la última frase tan solo ha hecho que mi voluntad se reduzca a nada de manera muy visible. Él está sonriendo ahí con esa sonrisa que tanto amo en él desde siempre es tan solo algo que me hace saber que todo lo demás no importa mientras este con él y él me quiera consigo.

—Jimmy.

—Shh… sé que todo es una locura en estos momentos, pero debo arriesgarme cuanto pueda por no perderte, sé que te he lastimado y que estas dispuesta a dejar de ser tu misma por estar conmigo y… estaré a tu lado siempre y cuando no te haga daño como el que te cause este fin de semana que tan solo quiero olvidar por completo…

Toma mis manos y observa mis muñecas con expresión de culpa torturándose con el hecho de saber lo que ocurrió y por saber que pudo ser diferente de haberlo querido así. Pero yo tan solo quiero olvidar la parte aterradora de todo eso y concentrarme en el hecho de haber sido amada por él en toda mi plenitud.

—Jimmy – y puedo sentir como mi voz tiembla.

—Dime.

—¿Lo intentarías de nuevo? – preguntó en voz baja mientras agacho la mirada para no encontrarme con la suya.

—No sabiendo que puedo hacerte daño.

—Pero, y si yo…

—Lo único que quiero es que estés bien Laurie, y lo que te hice tan solo no debió ocurrir jamás.

—Jimmy, por favor…

—No discutiremos eso esta tarde ¿de acuerdo?

—Pero…

—Por favor, Laurie, por favor – me susurra yo asiento con la cabeza y comenzamos por comer algo.

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