Un Padre por contrato
Un Padre por contrato
Por: Ross Gil
Prólogo

Prólogo 

¡Y llegó el día! Uno de los más felices de mi vida. Caminaré al altar, me uniré en matrimonio con Harry Miller, el hombre que he amado desde hace un año. Si, parece poco tiempo, pero es que nuestra historia fue amor a primera vista, y luego todo se fue dando. Lo conocí en uno de mis viajes de trabajo, soy promotora de medicinas en una de las empresas más prestigiosas de Los Ángeles, me toca hacer representaciones a nombre de la empresa, en los diferentes eventos que hayan para promocionar nuevas medicinas.

 Un día viajé a Texas, y allí conocí a Harry, era el piloto del avión, salió a presentarse con los pasajeros como la persona que nos llevaría a nuestro destino, cuando sus ojos se encontraron con los mios, hubo esa química, esa magia que hace que todo se detenga, apenas finalizó el vuelo, una de las azafatas me pidió amablemente que la acompañara para verificar un problema con mi pasaje, recuerdo que ese día me desconcertó eso y la acompañé. Todo fue un truco por parte de Harry que quería conocerme. 

Después de intercambiar celulares, comenzamos a hablar constantemente, nos veíamos 3 veces a la semana y cuando me tocaba hacer un viaje que coincidía con el de él, nos íbamos juntos y aprovechábamos el tiempo. 

Hace dos días le di una sorpresa, lo llevé a un parque y le di dos cajas de regalo, una tenia una prueba de embarazo con unos zapaticos de bebé y en la otra, los papeles de la casa que alquilé para que viviéramos los tres. Al principio se quedó sorprendido y luego me dio esa sonrisa que me enamoró. 

Me miro al espejo y acomodo mi vestido, es corte sirena con piedras brillantes en la cintura y con escote corazón, la espalda es descubierta hasta arriba de mi cintura y viene sin mangas, quiero lucir mi cuerpo antes de que se note la barriga, apenas llevo 2 meses de embarazo, así que no tengo problemas. Mi maquillaje es sencillo y mi cabello está recogido en un moño alto perfectamente peinado, que me ayudará a sostener mi velo. 

Mi padre entra y me mira con una gran sonrisa 

—¡Estas preciosa, Cariño!— me abraza y eso es suficiente para sentirme segura, para que los nervios se vayan. 

—Gracias papá, ya estoy lista— me miro una vez más al espejo y aliso mi vestido. Me entrega el arreglo de rosas blancas y me da su brazo para salir de la que era mi habitación. 

Las escaleras hacen que mis piernas tiemblen con cada paso que doy y agarro mas fuerte el brazo de papá. Estoy emocionada y mi corazón se acelera mientras me acerco al vehículo, está adornado con cintas blancas y tiene un moño adelante, precioso. 

Mis manos sudan y solo miro por la ventana de manera ansiosa sintiendo que mi corazón se me saldrá del pecho. Tengo 20 minutos de retrazo, pero la novia siempre puede llegar tarde, ¿No? Sonrió al imaginar la cara que pondrá Harry cuando me vea ¿Llorará? ¿Se emocionará? Joder, que nervios. 

Por suerte no hay tráfico y llegamos rápido a la iglesia, varias personas esperan afuera y me quedo en el auto mientras me dan la orden de salir, veo que hay compañeros de trabajo de él, familiares de ambos y una de mis mejores amigas, sofia, de las que siempre han estado para mi. No veo a Carlota, imagino que está entre los invitados de atrás. 

La organizadora intenta poner orden y frunzo el ceño cuando veo a los padres de Harry afuera preocupados, se acercan a la mujer y ella se altera, ¿Y si le pasó algo?  comienzo a ponerme mas nerviosa y mi corazón late acelerado por el susto. 

Abro la puerta sin importarme que todos me vean, algunos intentan acercarse, pero mis pies no se detienen cuando me apresuro a sus padres. Cuando llego, todos se quedan en silencio, confirmándome que algo no va bien.   

—¿Que pasó? ¿le sucedió algo a Harry?— pregunto desesperada con los ojos ya cristalizados. todos se miran entre sí y se quedan callados —¿Que pasa? 

—Cielo, es que Harry no aparece— la voz de mi suegra me hace helar la sangre —Fuimos a buscarlo a su apartamento, pero no estaba. 

Mi suegro se acerca y limpia mis mejillas, me doy cuenta que estaba llorando. ‹‹¿Harry donde estás?››

—¿Intentaron llamarlo?— mi desesperación comienza a crecer más 

—Si, y tiene el móvil apagado— mi suegra a este punto, también llora. 

—Encárgate de despedir a los invitados, yo lo iré a buscar— le digo a la organizadora que asiente —Si saben algo, por favor llamen a mi celular. 

Corro hasta el auto que me trajo ignorando los murmullos que se oyen a mis espaldas. mis padres, junto a Sofia, se acercan a preguntar que sucedió. Les cuento y también se preocupan. 

—Yo te acompaño— mi amiga me toma del brazo para que me detenga 

—Quédate con los invitados, así me ayudas a despedirlos a todos. 

—No, yo voy contigo. Estoy preocupada— se mete en el auto y no digo más, estoy muy desesperada como para ponerme a discutir.

Mi padre maneja y lo primero que hago es buscarlo en su apartamento, aunque se que allí no está, sus padres ya pasaron por alli, pero no me importa. Al llegar y abrir la puerta, confirmo que no está, me cambio con la ropa que siempre dejaba aquí, mientras intento llamarlo, pero no atiende. 

Salimos y no se donde mas buscar. 

—¿Y si salió a su trabajo por alguna emergencia?— mi padre habla mientras me mira por el visor del frente, se nota que está bastante preocupado, pero no dice nada con respecto a eso —Quizás lo llamó su jefe. 

—No creo, me hubiera avisado. 

Una hora después mi móvil suena y veo que tengo un mensaje de Carlota: "¡Lo encontré! Ven a mi casa, Dejé la puerta abierta" 

—Carlota lo encontró papá— suspiro en alivio —Vamos a su casa— veo que frunce el ceño al igual que Sofia, pero ya no me importa nada, me alivia saber que está bien, que podemos ir aún a la iglesia. 

Llegamos y mis nervios son tantos que bajo del auto con Sofia sin esperar que papá se estacione del todo. Abro la puerta, pero hay un silencio que me inquieta. Mi corazón se acelera, y no sé por qué, pero me quedo callada igual que mi amiga.

Caminamos buscándolos, hasta que se escuchan gemidos de mujer y luego una voz masculina que conozco tanto, no quiero pensar algo malo, pero es inevitable. voy a toda prisa hasta la habitación de donde provienen y mi Corazón se paraliza cuando veo a Harry sobre Carlota. Ambos desnudos y el penetrándola como si no hubiera un mañana. 

Sofia está a mi lado viendo lo mismo, y su jadeo en sorpresa, alerta al que consideré el amor de mi vida. Detiene sus movimientos y se incorpora rápido, con sus manos busca tapar la erección que carga aun y cuando estoy por irme, la risa de Carlota inunda el lugar. 

¡Desgraciados los dos! 

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