Capitulo 1
Nueva vida
Dakota Jobe
1 año después.
La alarma de mi reloj suena y quisiera romper mi reloj despertador contra la pared. Anoche casi no dormí, Emma se levantó como 10 veces para pedir su pecho, la entiendo, no ha querido agarrar del todo el biberón, está tan acostumbrada al pecho que lloraba cuando no sentía el mismo sabor de su leche. Aunque mi amiga Sofia, que es un Ángel, me ayudó algunas veces en la noche, siento que mis ojos se cierran solos y que en cualquier momento me quedaré dormida. Tuve que calentarle la lechita y dársela tibia para que pudiera tomarla. ¡Dios! Quiero una larga siesta, como de unos 2 días para recuperarme del todo. No sabia que ser mamá sería difícil y más cuando se está soltera.
Me levanto con mis pies pesados que se niegan a caminar, parece que mi cuerpo fuera dependiente a lo que le ordeno. Entro a la ducha y espero que Emma no se levante aun, abro el grifo y el agua fría cae. ¡Dios! Como extraño el agua tibia, pero mi sueldo no me alcanza para eso ahora, con una bebé, la renta y los servicios, y el seguro médico apenas me puedo dar un gustito de una hamburguesa al mes.
Cuando termino y salgo envuelta en una toalla en mi cuerpo, veo a Sofia en la cocina haciendo el desayuno. Si, vivimos juntas en este pequeño apartamento de dos habitaciones y un baño, ella lo hizo cuando supo que necesitaría ayuda, sabia que no me quedaría con mis padres, no quería ponerles una carga creyendo que tenían que mantener a Emma y a mi. ahora pagamos todo mitad y mitad.
—Ya estará listo el café, tenemos que ir al súper para comprar la comida, apenas queda cereal para una persona— dice despreocupada mientras cierra la alacena.
—Si, en la tarde apenas salga del trabajo, te llamo. Hoy debo reincorporarme después de mi reposo posnatal, no se como estarán las cosas por la empresa y debo adaptarme de nuevo a la rutina.
—Déjame a Emma, yo la llevo a casa de tu madre— me acerco a ella y la beso en la mejilla
—Eres un sol.
—Lo sé, ahora ve a vestirte que no me gusta que modeles en esas fachas— se ríe volteando los ojos
—¡Ay nena, Lo que quiero es seducirte!— digo caminando a mi habitación y escucho su risa mientras entro.
Veo que la pequeña sigue dormida y suspiro con una sonrisa boba en la cara, mi nena ya tiene 5 meses y es una gordita preciosa con mejillas rosadas que provoca comérsela a besos, aunque por las noches no me deje dormir.
Voy hasta el armario y elijo uno de mis vestidos de gabardina negro, que me llega hasta encima de mis rodillas, es de tirantes delgados y se ajusta a mi cuerpo. como puedo subo el cierre y tomo mi chaqueta de vestir roja, que hace juego con mi bolso y mis zapatos. Miro la hora y se que se me hace tarde ¡Joder!
Corro y me peino con las manos mientras dejo a Sofia atrás, ella sabe que hacer con Emma, no hay suficiente comida, así que veré si como en la oficina.
Camino a paso rápido hasta que llego al metro, todos van en sus cosas y yo me siento en un pequeño espacio, mientras saco mi maquillaje, igual nadie me ve. Aplico sombras como ultimo retoque y labial rojo, debo estar presentable para que los clientes vean una buena representación de la empresa.
Cuando me bajo del metro, salgo a unas calles de mi trabajo, por lo que apuro mis pasos para intentar que no me sermoneen. Apenas entro, doy los buenos días a la secretaria de recepción que la veo refunfuñando, no le presto mucha atención porque prácticamente corro a los asensores.
Apenas las puertas se abren, dejándome ver las personas del piso donde trabajo, me congelo. ¿Pero que pasa? Alguien corre por mi lado, chocandome el brazo, ¡Joder! ¿Pero que le pasa a la gente?
Veo a Melissa, una de mis compañeras y cuando intento detenerla, corre mas rápido, voy hasta mi puesto y dejo mi bolso. Necesito ir hasta donde mi jefa y que me explique es lo que sucede.
Cuando me levanto de mi puesto, se escucha un sollozo que me deja descolocada, ¿Pero que carajos? Salgo de mi oficina que queda frente a la de mi jefa, y veo salir a una chica que parece un ciervo cuando está por ser cazado, sus ojos están rojos y está temblando.
—¿Pero que te pasó?— pregunto tratando de acercarme y ella no para de hipar
—Me… Me quedé sin empleo— se termina de ir dejándome desconcertada ¿Que es esto? Mi jefa no es de las que anda despidiendo, a menos que sea algo grave. para ella el personal de confianza es lo mejor y busca mantenernos a todos felices porque hacemos buen trabajo.
Me dirijo a su oficina y abro sin tocar por la confianza que nos tenemos, veo la silla gigante donde siempre se sienta mirando a la ventana, por lo que no puedo ver el humor que tiene.
—¿Pero que carajos pasa? ¿Por que afuera están como si se acercara el fin del mundo?— cuando la silla se voltea, veo a un hombre muy bello, de piel morena y cabello oscuro, no logro verlo bien, porque donde está, la luz de la ventana no le da del todo, pero veo su cara de querer matarme
—Porque lo es, al menos para usted. ¡¿Quien se cree que es para entrar a mi oficina sin tocar?!— me grita la ultima frase y no se si no reacciono por la impresión o porque aun ando botando la baba, y más cuando me escanea de arriba abajo. No logro descifrar si es en lujuria o altanería, pero… —¡¿Acaso es sorda o que?!— logro reaccionar
—¿Quien es usted para que me hable de esta manera?— levanto el mentón y me cruzo de brazos, pero es mas que nada por mi nerviosismo.
—El hombre que te pondrá de patitas en la calle por creer que puedes tratar al jefe así— abro mi boca para refutarle, pero no sale nada y parezco mas un pez boqueando, ¿Dijo jefe? ¿Como que jefe?
—Pues, usted no es mi jefe, mi jefa es…
—¿Que es lo que pasa?— entra mi jefa y agradezco que venga a tiempo antes de que le quite la cabeza a este monumento de hombre que es todo un imbécil
—Que este idiota comenzó a insultarme, creyéndose no se qué— cuando mi jefa abre los ojos en gran manera, me doy cuenta que debo callarme.
—¿Como me llamó?— escucho la voz del hombre detrás de mi y me volteo a encararlo, porque a mi nadie me humilla
—¡Como escuchó! Un idiota que no respeta a una mujer— su mandíbula se tensa, y cuando está por decirme algo, mi jefa interviene.
—Jeremy, calma. Ella está llegando de un reposo, no sabe las nuevas noticias— me volteo frunciendo el ceño sin comprender —Dame unos minutos con ella— el hombre me da una sonrisa que da miedo y se va dejándome con un amargo sabor de boca —Dakota, hace un mes vendí la mitad de mis acciones y ahora Jeremy también es socio— cuando escucho eso, siento que un tobogán de agua fría me cae
—¿O sea que acabo de insultar a mi jefe?— me pongo nerviosa y ella se va hasta la puerta, después que la cierra comienza a reír y ahora menos entiendo.
—Si, ese tonto tambien es tu jefe. Me encantó ver su cara cuando lo insultaste— aun sigo sin entender —Te juro que cuando le vendí la mitad de mis acciones, no sabia que era un cabrón, sino creeme que ni se las vendo a él.
—¡Dios! Me va a despedir— yo y mi lengua, ahora estoy en problemas
—No, no te despedirá. Yo hablaré con él, solo evitemos insultarlo aunque parezca un dolor en el trasero.
Salgo de la oficina y la dejo allí cuando manda a llamar al imbécil que tengo como jefe, con razón todos andan corriendo y con cara de querer sufrir un paro respiratorio.
Llego de nuevo a mi oficina y como todo es de Cristal, logro ver cuando el ogro camina hasta la de él, que está justo al frente, pero antes de entrar, me mira de una forma que me hace erizar la piel, ¿Pero que carajos?
Desvío la mirada yo primero y tecleo lo que sea en el equipo que ni encendido está, solo para evitar cualquier sonrojo. tenia mucho que no me sentía así, creo que por la vergüenza, porque otros hombres guapos me han mirado y no me hacen ni cosquillas, solo he llegado a tener noches casuales con ellos y es solo porque no me quedaré toda mi vida sin tener sexo.
Veo como Ari, mi jefa sale y pasa de largo articulando un lo siento que me deja descolocada, cuando estoy por seguirla, la voz del ogro malhumorado me detiene.
—Señorita Jobe— me paralizo de espaldas a él —Venga a mi oficina.
No respondo y solo se escucha la puerta cuando cerrada, miro alrededor y veo que toda la empresa, o al menos el piso donde trabajo, también quedaron inmóviles cuando lo escucharon, pero ahora me miran con lástima, deben creer que me correrán, y por el lo siento de Ari, creo que es así. ¡Joder! Me quedé sin empleo.
Capitulo 2 Nervios Dakota Jobe Las manos me sudan y las piernas parecen gelatina, creo que la única vez que estuve así de nerviosa fue cuando me iba a casar y estaba por llegar al jodido altar, porque cuando tuve a Emma, solo estaba feliz porque la tendría en mis brazos. No quiero ir a su oficina, pero debo dar la cara después de la metida de pata que hice, no soy de pedir disculpas, pero lo haré si el lo hace conmigo también, porque el me gritó, y si lo hubiera dejado, también me insulta. Se que soy yo la empleada, que necesito el empleo, pero por eso no me dejaré pisotear. Mis pasos se dirigen a su oficina y no cometeré el error de no tocar de nuevo, mi puño cae en la madera haciendo tres toques, hasta que dan el adelante y ni corazón parece paralizarse. Me lleno de valor y giro el pomo de la puerta, para detenerme abruptamente cuando lo veo frente a mi. Cierro la puerta detrás de mi y camino frente a él. Está parado con las manos en los bolsillos y dijera que está despreocup
Capitulo 3 Verguenza Dakota Jobe Llego a casa de mi madre después de un largo día de trabajo. Temprano cuando el ogro se quiso abalanzar contra mi, mi jefa se metió y preguntó por qué estaba así, luego me hice la inocente y le dije que había sido un error, que no me había dado cuenta, sé que no me creyó, pero igual salí victoriosa. —Hola mamá— saludo a la mujer de la cual me siento orgullosa y me dio la vida —¿Como se portó mi pequeña hoy?— la agarro en mis brazos cuando llora porque me ve. —Hola amor— me saluda con un beso en la mejilla —Sabes que mi princesa Emma es todo un ángel, no da mucho que hacer, además me hace compañía mientras tu padre trabaja. ¿Como te fue en tu primer día de trabajo? —Horrible— me pego a la bebé del pecho para aliviar el dolor por tanta carga de leche —No sabia que tenia nuevo jefe, es todo un ogro— la escucho reír —¿Y está guapo?— ya sé por donde va su conversación. Desde que tuve la decepción con Harry, no me ha conocido a nadie más, y dice que
Dakota Jobe Nunca me he sentido tan avergonzada después de ser abandonada en el altar, excepto ahora, que no tengo idea de como darle la cara a mi jefe. Ese bombón que lo que tiene de arrogante y frío, lo tiene de sexy y hermoso. ¡Oh mi Dios! Ojalá que se haya ido cuando salga. Termino de ajustarme el vestido y coloco las toallitas absorbentes en mis senos para que no me vuelva a ocurrir lo de hace rato. Me tardo más de lo que debo porque quiero llenarme de esperanza que el ya no estará allí. Abro la puerta con cuidado y mi ropa en la mano, miro con precaución y al detallar que no hay nadie, respiro en Alivio. Guardo el enterizo y escucho el click de la puerta, pienso que es el idiota de nuevo, pero la voz de Ari me hace tranquilizarme. —Mujer, ¿Pero que te pasó? Parece que viste un fantasma— bufo. Creo que hubiera sido mejor que lo que me acaba de pasar. No le cuento nada, no quiero que se ría a cuestas mías. —Solo no quería cambiarme de ropa y no quiero tener mas problemas co
Jeremy Parker Cassandra siempre ha sido uno de mis pasatiempos favoritos. Es la que ha trabajado en este Jet como aeromoza desde que comencé a manejar los negocios de mi familia y me tocaba viajar. Aprovechaba de manosearla y llevarla al dormitorio de atrás para tirármela y por supuesto ella venia por más. Ahora, con Dakota del otro lado del Jet, se siente ¿Mal? ¿Incorrecto? No entiendo por qué, nunca he sido un hombre honorable, que respetara la reputación de una mujer. Simplemente lo que quería, lo tomaba. Miro a Dakota y está con los ojos cerrados, me molesta que no me preste atención, y más porque me esfuerzo por demostrarle que puedo tener a la mujer que quiera. Pensé que sería como todas con las que he estado, que solo con ver mi físico, me andan rogando, pero ella no, parece que tiene sus barreras arriba para ni siquiera ver en mi dirección. Le demostraré que ella también puede caer en mi tentación. Las manos de Cassandra ya me fastidian porque cierta rubia ya me dañó el d
Dakota ¡Qué vergüenza! Ese idiota casi me descubre succionando la leche de mis senos, ¿Como se atreve a entrar sin tocar. Tuve que levantarme porque ya estaba adolorida e hinchada en esa área, todo por no darle de comer a mi pequeña. ¿Lo que más me molestó? Que fuera solo para limpiarse después de hacer cochinadas con esa zorra. Me siento de nuevo en mi puesto y trato de leer un libro, pero la rabia la tengo tan latente que no me concentro. Es por esto que no me dejo llevar por sentimientos, es por este caso que no me fijo en hombres, suelen ser mujeriegos y no les importa nada más. Por eso, solo busco aventuras de una noche, solo disfruto de un buen sexo y luego los dejo ir. Sin enamoramientos, sin nada de emociones de por medio y así evito celos o un corazón adolorido. Escucho los pasos del idiota, pero finjo que estoy bastante metida en la lectura, no me importa nada de lo que tenga que decir, a menos que sea profesional. Cierro los ojos mientras el vuelo dura y no sé en qué mo
Dakota Después de haber comido y duchado, me fui a dormir. Si, lo hice sola, aunque el idiota se estaba comportando "bien" conmigo, me dejó cenando sola. No importa, lo disfruté, me dio tiempo de mensajearme con Sofía. Me contó que ha visitado a Emma a casa de mi madre ayer en la noche porque le hacía falta, me mandó una foto de ambas juntas, lo que me hizo sonreir. Hoy ya estoy descansada y tengo que ir a promocionar las nuevas medicinas, miro no reloj y marca las 3 pm, por lo que me apresuro a ducharme y vestirme con uno de los vestidos que traje, en esta ocasión uno rojo liso que llega por encima de mis rodillas de solo unos tirantes, sé que resalta mucho mi busto que creció desde que doy el pecho a mi nena, pero lo taparé con una chaqueta negra que combinen con mis tacones de aguja. Me maquilló ligera aunque exigen lo contrario. Tomo mi bolso y bajo en busca de Jeremy. Él es quien me debe entregar las muestras para las diferentes farmacias y clinicas, aunque no quiera, debo
Dakota La luz de la mañana fastidia mi cara, no quiero abrir los ojos, y menos enfrentar la realidad que me espera. Me muevo creyendo que encontraré a Jeremy a mi lado, pero no, no está. Diría que lo de ayer fue producto de mi imaginación, pero mis sábanas huelen a él. Me levanto frotando mis ojos y queriendo quedarme unos días más para explorar la ciudad, pero debo volver. Me emociona que veré a Emma de nuevo, que veré a Sofia y a mi madre. El agua es fría y lo agradezco para que me termine de despertar, no tardo mucho y salgo para vestirme con un conjunto deportivo, de igual forma no llegaré a la empresa, cuando son viajes largos, te dan 24 horas de descanso y luego retomas tu puesto. Me maquillo para tapar mis ojeras y me peino con una coleta alta, no me veo mal aunque esté informal. Bajo las escaleras creyendo que conseguiré un momento incómodo con mi jefe por lo de anoche, pero no lo veo por ningún lado, solo hay un plato con un desayuno servido y tapado, con una nota al l
Dakota Ari me habla, pero no logro procesar nada, solo pienso en el imbécil de Jeremy. Me gustó que viera lo que se perdió, porque este cuerpo no lo vuelve a tener, primero muerta. —...¿Y entonces?— Ari me mira esperanzada y no tengo ninguna jodida idea de lo que habla. ¡Mierda! Debí prestar atención. —Lo siento Jefa, no tengo idea de lo que decías— hago una mueca de disculpas y ella se cruza de brazos con el ceño fruncido —¿Me dirás que te pasa?— no sé ni como responder y ella voltea los ojos —Te estaba comentando que los empresarios de Sidney quedaron encantados contigo y los productos, ¿Crees que puedas volver y…? —¡No!— la interrumpo antes de que continúe —No quiero volver allá, más bien te quería pedir, no, rogar, que me dejaras trabajar de nuevo sola, no quiero volver con ese tonto socio tuyo— abre la boca y ya sé que me expuse. Ari me conoce por el tiempo trabajando juntas —No me digas que…— me tapo la cara por la vergüenza y ella suelta una carcajada estruendosa —