En la sala de cuidados intensivos, el cuerpo de la débil anciana descansaba, sus signos vitales eran débiles, la familia se encontraba allí reunida, sabían que las horas eran críticas, en días anteriores la anciana mujer había pedido su médico de cabecera. Motivo por el cual había acortado su estadía, Nora era no solo su paciente, era también su amiga, su entrañable amiga.Cuando llegó a la clínica, pasó directamente a su consultorio, para revisar los últimos exámenes, quería mirar todo con detenimiento. En aquel momento Naomi ingresaba, solo dos toques en la puerta y ya estaba allí de pie frente a él.-Juan Carlos por fin llegas, todo está detenido en esta clínica-.-Naomi buenos días, que saludo tan efusivo, me reclamas mi ausencia, no lo tomaré en cuenta-.-Oh, buenos días, aunque ya casi estamos a pocas horas de ir por el almuerzo-.-Pero mi reloj indica, buenos días-.-Jajaja, me haces reír con tus cosas…y…Por cierto… ¿Dónde fueron esas vacaciones o viaje paradisiaco? Te ves más
Candelaria terminaba su relato, los ojos de Ani estaban humedecidos por las lágrimas que parecían querer salir sin que fueran contenidas.-Abuela… ¿Porque papa lo ha guardado tanto tiempo? -.-Fue una promesa hecha entre tus padres, creo que las promesas no se rompen, solo se revelan cuando el tiempo empuja la verdad-.-La mujer que te dio a luz, quiso que tuvieras una mejor vida, que crecieras en un hogar, rodeada de hermanos, tu padre, y la mujer a la que siempre llamaste madre, en realidad desde el día que naciste, ella te sostuvo en brazos-.-Es triste saber que la vida ha pasado siendo una mentira abuela-.-Eres hija legitima de tu padre, mi nieta, sobre eso no hay tema que discutir, y sobre tu madre biológica…no tengo porque juzgar su decisión, ese secreto se fue a la tumba con ella, pienso que estás aquí por algo, tienes un destino que asumir, todos tenemos un destino y debemos caminar en esa dirección cariño.Los ojos de Ani miraban al vacío, a la nada, el sol brillaba…siempre
Ani miró a Yamila con algo de preocupación, la abuela no se estaba sintiendo bien, por lo que era mejor llamar al doctor Render.Tomando su bolso buscaba su teléfono para avisarle a Juan Carlos, esperó algunos segundos, su rostro se iluminaba.-Bien entonces te espero-.-La llevaremos a la clínica donde trabaja Juan Carlos-.-Qué bueno que es médico, así podrá decirnos a ciencia cierta como está realmente-.-No tardará-. Se quedó al lado de la cama, el rostro de su abuela lucia algo cansado.Sentía alguna que otra punzada en su corazón que avisaba que una nube gris se estaba posando, no sabía a perfección como llamarle, pero era como un presagio.Eleonora caminaba por el amplio comedor notando que todo estaba en orden, y pulcramente limpio. Solo dos horas atrás habían aterrizado en Barcelona.Estarían unas dos semanas con la intención de ir a Cadaqués, era un hermoso lugar cargado de paisajes únicos.-Bien…todo está listo-. Colocaba las flores en el jarrón del centro.-Juan Carlos que
Los médicos corrían a la habitación de Candelaria, su condición se deterioraba a paso rápido, Juan Carlos estaba al tanto, no había ido a casa ni por un instante.Naomi ingresaba a paso rápido por la puerta de ingreso al piso donde se encontraba la abuela. Al ver a Emilia y Ani sintió una pequeña molestia, pues a su parecer Emilia no era parte de la familia ni era su amiga.-Ani, si gustas puedes irte, yo me quedaré a estar al pendiente de la abuela-.-Yo también, aquí estaré-.Juan Carlos se acercaba en aquel momento.-Su condición empeora, así que les daré un espacio para que la vean, traten de estar calmadas y tranquilas, su corazón está muy débil-.-Yo lo hare de primera, es mejor despedirse de ella ahora-. Naomi miraba a Ani con algo de molestia.-No vayas a ser imprudente Naomi-. Ani le miró.Juan Carlos se retiraba a paso sereno, miraría los últimos exámenes que estaban ya listos sobre su escritorio.Ani se quedaba mirando el vacío del salón.Emilia le abrazaba.-Habrá que desp
Las coronas y flores en la sala de velación rodeaban el féretro, el reloj marcaba las tres y media de la tarde. Se preparaban para salir al cementerio y despedir a Candelaria. Ani se encontraba de pie mirando al vacío mientras las notas del himno sonaban en el piano.A su abuela le había encantado durante su vida aquella canción, el hablar de una mansión más allá del sol era una hermosa esperanza.Las palabras del reverendo alentaban a los presentes, Candelaria había partido, pero estaría en el pensamiento, en los corazones, y atesorada como cada recuerdo.Lindas palabras que llegaron a tocar cada uno de los presentes.Las lágrimas se hicieron presentes en los rostros sombríos.Salían con rumbo al cementerio.Ani tenía tres rosas azules atadas a una cinta blanca que dejaría sobre el féretro de su abuela.En aquel instante sus ojos se centraron en su padre, su rostro era totalmente inexpresivo, la tristeza se veía a leguas.Al llegar al lugar, el salmo 23, fue escuchado por los present
La mañana fue una diferente a las demás, todos estaban reunidos en torno al gran comedor. María la pareja de su padre traía la bandeja con el café, los panecillos, queso, mermelada, huevos con jamón, y té para la señora Berta.-María no te hubieras molestado, yo estaba por hacer el desayuno-.-No fue ninguna molestia, tu padre hizo casi todo-.-Papá definitivamente decirte que el café está exquisito-. Henry y Luisa decían que no solo era exquisito era una delicia.El timbre anunciaba que Naomi había llegado con su familia.-Buenos días familia, hoy quería ir a llevar flores a la abuela, aunque imagino que estará inundado, muchas personas llevaron sus coronas y ramos-.-Creo que la otra semana iremos todos-. María asintió a las palabras de su marido. -María y yo nos mudaremos aquí, hemos vendido la casa de Barcelona, creo que estar más cerca de ustedes será algo maravilloso-.-Es bueno papa, muy bueno-. Henry le daba un abrazo a su padre.-Naomi hay pan en el horno recién hecho-.-Grac
Ani sostenía el ramo de rosas azules en sus manos, rosas como las que Candelaria admiraba y solía tener en su habitación. El vestido era con una caída amplia, elegante pero sencillo como lo había escogido.Juan Carlos estaba super feliz, sus ojos irradiaban toda la emoción, sentimientos y felicidad, Eleonora le acomodaba la corbata, quería salir corriendo para ver la novia.-Quédate quieto, entiendo la emoción, pero no debes ver la novia, así que vamos estás listo…-. Dijo dando la última mirada al traje.La boda se celebraría en casa de la abuela, el grande y amplio jardín había sido adornado, con las remodelaciones lucia tan hermoso, los más allegados estaban para desear a la pareja felicidad, y brindar juntos por mejores tiempos.Su padre estaba listo para llevarla ante el novio, las emociones chocaban en su corazón. todos sabían que alguien hacía falta, pero estaba allí en sus corazones.Ani podía sentir la melodía en el ambiente. Siempre parecía que ante momentos tan emotivos podía
Juan Carlos Alvear llegaba a su consultorio siete en punto de la mañana, cumpliría una larga agenda de citas, en el aparador estaba su uniforme, procedió ir a su sala de baño y cambiarse. Ya los pacientes esperaban con sus historias actualizadas, se sentó frente al cómodo escritorio, pero algo llamó su atención, curiosamente sus ojos contemplaron un ramo de girasoles, doce para ser más concretos. Una tarjeta sobresalía, justo en ese instante el paciente ingresaba, por lo que tuvo que iniciar la consulta, sin darle tiempo o espacio a revisar la tarjeta. Lucila su asistente y enfermera abrió la puerta para que el primer paciente entrara, y así sucesivamente uno a uno fue atendido, una vez terminada su agenda del día, dejó varios detalles ultimados, de allí saldría a su consultorio particular. Con calma abrió la tarjeta que había tomado en sus manos “Amor perdóname, Te Amo. Silvia” la dejó de lado, en ese instante Lucila entraba de prisa, para dejarle unos documentos, exámenes para re