Capítulo 608
—Muchacho, debiste haber escuchado sus consejos y escapado, pero lamentablemente, ya no tienes oportunidad.

Ángelo se acercaba cada vez más, ya estaba a menos de cinco metros.

Esta distancia era su rango de ataque ideal, imposible para el otro huir.

—¿Dije algo sobre huir? —Pedro con una expresión serena.

—¿Qué pasa? ¿Después de oír mi nombre, todavía piensas resistir? —Ángelo con una mirada desdeñosa.

—¿Resistir? No, no, no, te equivocas, solo planeo tumbarte —Pedro corrigió.

—¿Tumbarme a mí? —Ángelo rió con sarcasmo —Está bien, te daré una oportunidad. Me quedaré aquí quieto y te dejaré dar tres golpes. Si logras hacerme retroceder un paso, te dejaré ir.

Con esas palabras, Maritza y los demás mostraron sonrisas maliciosas.

Todos sabían que Ángelo era duro como el acero, impenetrable por armas.

Entre los guerreros de su nivel, nadie podía superar la defensa de Ángelo.

No importaba si eran tres golpes o treinta, él permanecería inmóvil.

—Interesante, Ángelo está jugando al gato y al ra
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