Al ver que Elvis se estaba poniendo serio, Estrella y Cristian se levantaron al mismo tiempo para detenerlo.

—Elvis, una cosa es hablar y otra es actuar. Este hombre es mi amigo, más te vale no meterte con él.

Cristian se acercó rápidamente, parándose al lado de Pedro, mostrando claramente que estaban juntos en esto.

Este acto sorprendió a muchos.

No es de extrañar que Pedro sea tan arrogante, tiene a alguien que lo respalda.

—Cristian, la persona que quiero matar, nadie puede protegerla, tú tampoco eres la excepción.

Elvis respondió con un rostro frío, sin dar lugar a concesiones.

Un simple hijo de familia adinerada, no significaba nada para él.

—Elvis, donde se puede perdonar, se debe perdonar. ¿Por qué llevar las cosas a tal extremo?

Cristian frunció el ceño ligeramente.

—Apártate, las balas no tienen ojos —Elvis escupió estas palabras fríamente.

—Tú...

El rostro de Cristian se oscureció.

Aunque ambos eran hijos de familias poderosas, tanto en estatus como en poder, Cristian estaba