Capítulo 116
—¡Joven! ¡No te pases de la raya!

El anciano de cejas blancas se exaspera:

—Ahora, no solo el Sr. Saúl ha sido envenenado, tú también has caído en mi trampa. ¡Sin mi antídoto, no sobrevivirás hasta mañana!

—¿De verdad? ¿Qué tal si apostamos a ver quién muere primero?

Pedro responde con una sonrisa irónica.

—Tú...

El anciano de cejas blancas se queda sin palabras.

Es obvio que Saúl será el primero en ceder. Por eso, había decidido igualar la apuesta. Pero el contrario no da tregua.

—¡Pedro! ¡Dame el antídoto ahora, admitamos que hemos perdido esta vez! —Saúl gruñe, aguantando el dolor.

—Sr. Saúl, su rendición verbal no tiene ninguna sinceridad.

Pedro sacude la cabeza.

—¡Pedro! ¡No seas desagradecido!

Saúl se irrita.

—Si te has equivocado, admítelo. Si te van a golpear, mantente erguido. ¿No tienes incluso ese grado de responsabilidad?

Pedro no muestra temor alguno.

—¿Quieres que me arrodille y admita mi error? ¿Eres digno de eso?

Saúl frunce el ceño.

—Por supuesto que no soy di
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