Rosa no pudo evitar sonreír, al menos el ánimo de Connor había mejorado, y poco a poco parecía regresar a ser el mismo.
— No tenía idea de que estabas pasando por tanto, Connor, era una carga demasiado pesada para llevar a cuestas solo, ¿Por qué no me lo dijiste antes?
— ¿Cómo te lo hubiera dicho, nana? ¿Habría cambiado algo?
— Tal vez no entonces… pero al menos te hubiera acompañado en la pena.
— Así es, no habría cambiado nada, además, ya tenías suficiente pena, ahora es diferente, he tratado de drenar mis sentimientos, pero todavía necesitaba sacar esto último, compartirlo con alguien… y solo te tengo a ti para eso.
— ¿Quién más lo sabe? ¿Lo sabe ella?
— ¡No! ¡Y no debe enterarse jamás! ¿Te imaginas lo que pensar
Audrey respondió al beso de Connor con ilusión, mientras él acariciaba suavemente su largo cabello que caía en ondas naturales. Cuando él se apartó un poco de ella, la rubia lo miró con un bonito brillo en los ojos.— Parece que estoy viviendo en mi propio cuento de hadas, temo que sea un sueño y que despierte en cualquier momento para darme cuenta de que lo imaginé todo.El alargó su mano para tocar su mejilla y bordearla con la punta de los dedos.— Te prometo que no es fantasía, Audrey, realmente quiero que esto que ha nacido entre nosotros pueda echar raíces, sé que es muy pronto, pero eso es lo que siento.— Siempre he sido una mujer de ciencia, nunca he creído en sortilegios, ni en cosas sobrenaturales, o nada de eso, así que no quiero que pienses que estoy loca por lo que te voy a decir, o que soy una de esas personas que tiene
Cuando Audrey abrió los ojos, los brazos de Connor la rodeaban por la cintura, él estaba completamente dormido y tenía una expresión de profunda paz en su rostro. Se giró con cuidado para observarlo dormir, ¡Se veía tan guapo, tan deseable! Tan alcanzable, tan real en su vida, que le costó incluso creérselo.No era fácil ver aquel escultural Adonis tendido a su lado, ella se sonrojó solo de pensar en lo que habían hecho la noche anterior y deseó enredar sus dedos en sus risos claros.La rubia todavía dudaba de su suerte, y de lo que la vida le estaba deparando.Tener el amor de un hombre como Connor Evans, ¡El Connor que siempre admiró!, eso no parecía para nada ser verdad, solo hubiera podido suceder dentro de su cabeza, pero él dormía plácidamente a su lado, no había mejor prueba de que era real más
El sábado Connor se dedicó a cuidar de la salud de Audrey acompañado de su hijo, que acudía a hacer de doctor cada vez que había que administrarle algún medicamento. — Vas a ser un excelente médico cuando crezcas, Oliver — Ella le dijo en un momento en el que el chicuelo insistió en apretar el émbolo de la jeringa con la que su padre le aplicaba el medicamento por vía intravenosa. — Es que yo quiero que te mejores rápido, Audrey, así podremos jugar en la piscina, ¡Ya aprendí a nadar! Y mi entrenador dice que debo hacerlo todos los días un rato, así que puedes venir cuando quieras para nadar conmigo — Explicó concentrado en lo que hacía. — Eres muy tierno, Oli, esperemos primero a que me mejore, ¿Está bien? — Está bien, ¿Pero podemos hacer otra cosa, papi? Hay que aprovechar que mi tía no está — el niño añadió, y Audrey pensó que Oliver la mencionaba constantemente con una connotación negativa. Connor se llevó un dedo al mentón e hizo como si p
Cuando Audrey bajó a almorzar, se encontró con Rosa sirviendo una deliciosa comida. — ¿Señora Rosa? Pensé que no llegaría todavía. — No me digas señora, solo Rosa — Le dijo poniéndole el plato en frente — Regresé para acompañarlos, Connor es terrible en la cocina. — Pues la comida no ha estado mal, de hecho, todo lo contrario — La rubia comentó probando la sopa. — Es porque mi papá siempre calienta lo que Rosa deja en la heladera — Oliver se burló de su padre entre risas. — Oliver, acabas de revelar mi más profundo secreto culinario. — Connor respondió en tono serio, como si fuera una cosa muy profunda. Audrey no pudo con la risa que le causó el comentario, y estuvo a punto de soltar la bocanada de sopa sobre Connor, atorándose con el líquido a medio camino mientras comenzaba a toser. — ¿Ves, Rosa? Nadie me respeta en esta casa. Audrey continuaba riendo y tosiendo ante la mirada agradecida de Rosa, que hacía mucho tiemp
Audrey inspiró profundo una última vez antes de salir de la habitación y bajar las escaleras. Caminó con cuidado con los tacones altos y al encontrarse abajo en el lobby con Rosa la mujer le ofreció una sonrisa.— ¡Estás hermosa!Audrey se sonrojó y la nana tomó sus manos con cuidado.— No te avergüences, eres una mujer muy bella, tanto por fuera como por dentro, ¡Creo que Connor tiene mucha suerte de haberte encontrado!— ¿En serio lo cree?, Tal vez soy yo quien tiene mucha suerte… — Andrey dijo con algo de temor.— ¡Tal vez los dos! Ve, él te espera en el jardín, disfruta esta noche, él la ha preparado para ti — ofreciéndole una cálida sonrisa.— Gracias por todo, Rosa, ¡Es usted un ángel!Audrey ya iba de salida hacia el jardín cuando Oliver la
La velada se prolongó hasta avanzada la noche, luego de cenar y de bailar bajo la luz de la luna al suave ritmo de la melodía de los violines, los dos, Connor y Audrey se sentaron junto a la laguna artificial que estaba en el centro de uno de los jardines más hermosos que la chica hubiera avisto antes.— Quiero darte las gracias — Ella dijo — Nunca nadie hizo algo así por mí…— No debes agradecer por esto, realmente quería hacerte un presente, y ni yo mismo me creo lo bien que salió — dijo sonriendo — Soy más de regalos costosos y cosas como esas, pero quería que fuera especial, además, tuve ayuda…— ¡Pues dile a Rosa que le quedó lindo! — Devolvió la rubia riéndose, Connor también se rio, y luego de un minuto sus miradas se encontraron de nuevo en un momento etéreo de profundidad tal que se
Connor se despidió de Audrey con un beso después de aplicarle el tratamiento.Llegó al hospital una hora más tarde que lo usual, pero con una enorme sonrisa en la cara.— Buenos días, Doctor — Lo saludó Martha — Aquí está la lista de pacientes del día de hoy.— Gracias, ¿Qué más tenemos agendado para el día?— Tiene una cirugía planteada para esta tarde.— ¿Para esta tarde? Pero, cuando hablamos de esto el vienes te dije que agendaras lo importante para la mañana, no estaré disponible en la tarde.— Doctor, no halle lugar para esa cirugía, los quirófanos estarán ocupados, hay médicos que agendaron hace semanas.— ¿Y no hay manera de cambiar con alguno de la mañana para tarde?— Lo dudo, pero puedo preguntar.&
Nunca había sido fácil lidiar con la hermana de la señora de la casa, lo único bueno, era que la había atendido fuera de la mansión en dos ocasiones, durante la boda de Connor y Rachel, en donde Bethany había demostrado ser una auténtica bruja, y luego cuando Rachel murió, había asistido a su funeral con un vestido negro con un escote que le llegaba al… ¡Al alma!¡La nana ya suponía por dónde venían las intenciones igual de negras que su vestido! La mujer invocó a todo su autocontrol para no nombrarle a su respetada progenitora, sobre todo porque era la señora madre de Rachel y no le faltaría el respeto a la memoria de ninguna de las dos, pero no por otra cosa, y contestó como si fuera totalmente idiota y no hubiera comprendido la ironía.— ¿Gusta algo en particular, o del menú vegano que me envió ha