Connor se acercó un poco más a la chica dormida sobre la cama de hospital, e inclinándose hasta ella tomó un largo mechón de su cabello dorado y lo acarició entre sus dedos, inspirando profundo el dulce aroma a frutas que ella despedía.
— Hueles como ella… — Dijo apenas en un murmullo — ¡Ah! ¡Si tan solo fuera totalmente libre para amarte, Audrey!
Lo decía muy en serio. Descubrir que estaba enamorado de Audrey no había sido cosa fácil. Apenas si lo había meditado durante todo el vuelo entre New York y Houston, el tiempo en el avión no había sido suficiente para poner clara su cabeza, pero lo que si era más que evidente es que no podía seguir mintiéndose a sí mismo.
¡Estaba irremediablemente enamorado de Audrey! y esa era una verdad de la cual no podría huir aunque siguiera intentandolo.
Ben salió de la habitación tan pálido como un papel, cruzó el pasillo como un autómata sin siquiera mirar a los lados, con las manos empuñadas y la expresión sombría.Alice lo divisó desde el otro lado y supo que algo estaba mal, sabía que venía de ver a Audrey, y supuso que algo había sucedido entre los dos.— ¿Ben? ¡Ben! — Lo llamó, pero el hombre no se volteó para atenderla.— Martha, ¿hay alguien con Audrey?Martha ladeó la cabeza con envidia y la miró por encima de sus gafas.— El Doctor Evans está con ella.— ¿Evans? pero, ¿No estaba de viaje?— Sí, pero acaba de llegar.— ¡Carajo! ¡Ben! — continuó insistiendo y se apresuró a correr tras él tropezándose con Sanders a medio pasil
— Y entonces, ¿La arritmia? — Despertó con fuerte dolor en el pecho, fue cuando la trajimos… — Explicó con lujo de detalles, tal vez demasiados, para el gusto de Connor, que se preguntaba si él estaría interfiriendo en algo que ya existía entre los dos. El galeno respiró profundo y se mantuvo al margen, centrándose en lo verdaderamente importante, la salud de Audrey. — No hay nada en los estudios, ¿Estás seguro de que no notaste nada más? Me refiero a que, haya presentado otro síntoma, o le haya ocurrido algo en la semana que pudiera… — Ha estado triste — Ben levantó la mirada firme hacia los ojos de Connor y sin ser agresivo, lo apuñaleó con ella — Ha estado deprimida… desde… desde que usted se fue a su Congreso. — Ben… — Alice quiso cerrarle la boca. — Alice, déjame hablar — Le dijo sin dejar de mirar a Connor a los ojos — Y ha estado llorando por los rincones toda la semana, tal vez usted sepa más de esto que yo — Levantando la barbilla — Yo solo he tratado de levantarle el án
Audrey se quedó pensativa y Connor insistió. — Solo será una visita, ¡Lo prometo! Quiero cuidarte, y si te vas a tu casa no podré hacerlo, no dejando a Oli solo… Beth estará de viaje. — ¡Oh! — ella dijo comprendiendo — Entonces tu cuñada no va a estar en casa… — No, ¡Tendremos la casa para los tres! Connor anhelaba poder hacer algo con lo que reivindicarse con la rubia, demostrarle lo mucho que le importaba y disculparse con ella por la mala semana que le había hecho pasar, ¿Y qué mejor forma que cuidándola? Audrey tenía sus dudas, le emocionaba mucho poder ver a Oliver y compartir con él, además de pasar tiempo con Connor, pero todavía sentía temor de su volubilidad, sin embargo, hacía solo un rato se había lanzado a todo con él, y le había dicho que estaba dispuesta a lo que fuera por estar a su lado, así que esta era la primera prueba. — Está bien, dejaré que me cuides en tu casa. — ¡Perfecto! Haré lo necesario en cuanto tengamos los resultados de los exámenes, así podré dart
Audrey comenzó con el tratamiento por vía intravenosa, y cerca del mediodía, cuando Connor ya había hecho su ronda la sorprendió en la habitación con los papales del alta en la mano.Ella lo vio entrar por la puerta con buena actitud, traía una mirada esperanzadora y le regaló una enorme sonrisa. Audrey podría perderse en esa sonrisa fácilmente a diario y no se cansaría de ella, ni tampoco de sus profundos ojos grises, ni de sus largas pestañas.— ¿Estás lista? Ya nos vamos — Él dijo con un deje de emoción adolescente.— No me habías avisado, todavía tengo el yelco en el brazo — Le dijo mostrándole la aguja en su muñeca.— Dame tu brazo — Audrey alargó la mano y contuvo el aliento mientras él observaba el pequeño hematoma en donde estaba inserta la aguja y con e
El camino a la residencia Evans fue ameno, la conversación se filtró por los temas del Congreso y Audrey escuchaba obnubilada como Connor le refería con tanta pasión por su profesión las nuevas investigaciones y como él pensaba aplicar algunos nuevos métodos.— ¿Y te vista con gente conocida de la universidad?Connor tragó grueso cuando la imagen de Madison desnuda en su cama atravesó su cabeza.— Sí, vi algunos, pero he decidido dejar todo eso en el pasado, de hecho, hay muchas cosas que quiero y necesito dejar atrás para avanzar Audrey, quiero trazarme una nueva oportunidad de vida contigo, si tú lo también lo quieres… sé que es prematuro para decirte esto, pero si me das la oportunidad, haré lo mejor que pueda por esta relación.Audrey sonrió e inspiró profundo ilusionada como una colegiala, él a
Audrey se inclinó para recibir a Oliver entre sus brazos con cariño, mientras el pequeño se aferraba a ella de una forma que Connor no pudo comprender, desde que la madre del pequeño había fallecido, Oliver no actuaba así con ninguna mujer, pero era como si en la inocencia de su interior, el niño supiera quién latía en el pecho de la rubia.— ¡Audrey, estás aquí! ¡Sí! Ahora vamos a ser todos muy felices — dijo canturreando de alegría.— Audrey nos acompañará todo el fin de semana, Oliver, ¿Te gusta la idea?— ¡Si! ¡Me gusta, mucho papi! ¿Ella se va a quedar con nosotros?— Será nuestra invitada especial.— Entonces, ¡Iremos a cabalgar juntos, jugaremos en la cancha y nadaremos en la piscina! — el niño hizo sus propios planes.— No pue
— Lo siento… — Las dos palabras quedaron colgadas en el aire mientras Connor continuaba acariciando con suavidad la piel blanca de la rubia con la punta de los dedos, justo en el sitio en donde estaba el sistema de goteo del suero.— No comprendo, ¿Por qué te disculpas? — Ella quiso saber confundida.— Esto es mi culpa…— ¿Qué es tu culpa?Connor levantó la mirada a los hermosos ojos claros de la rubia.— Que estés enferma, yo… — él tragó grueso e inspiró profundo antes de proseguir — Yo fui un total idiota, nuca debí alejarme así de ti, quiero que sepas que lo siento de verdad, y que si puedo hacer algo para compensarlo…— No tienes que hacer nada, Connor, de hecho, esto — dijo señalando a todas partes en la habitación — De que yo estoy aquí hoy,
Connor observó la marca del bisturí sobre la piel de Audrey y la cicatriz que había dejado en ella. Paso la punta de sus dedos sobre la piel marcada y recordó sus manos dentro del pecho de Audrey un año atrás.Se inclinó sobre su pecho y besó la larga cicatriz con devoción, desde un poco más arriba del nacimiento de sus pechos hasta debajo de ellos, mientras la rubia totalmente nerviosa sentía los húmedos y carnosos labios del médico sobre su piel.Él acarició con suavidad los bordes irregulares mientras iba por sus magníficos senos, saboreando cada toque, cada beso y cada caricia, mientras la rubia arqueaba la espalda pidiendo más.— ¡Eres tan hermosa!— Connor, yo… no lo soy tanto, no después de eso — tocando la cicatriz…— Te equivocas, eso te hace especialmente hermosa, porque