LizzieStefan Marriott parece ser mucho más de lo que yo pensé en un principio. Admito que lo prejuzgué por su posición social y su actitud arrogante. Sin embargo, este día me ha demostrado que en realidad no sé nada sobre él y que tener dinero no significa que realmente lo tenga todo.Hemos estado callados desde esa conversación en el parqueadero del colegio de mi hermano, aunque no puedo negar, que me muero por preguntarle a qué se refería cuando dijo que no lo tenía todo.Mil teorías se me pasan por la cabeza. Lo primero que pienso es en el amor, pero él ya me ha dejado claro que eso no le interesa; si fuese así, no estaría en esta loca situación conmigo.No, tiene que ser algo más. Quizá tenga que ver con ese tatuaje de su espalda y del cual no me quiere hablar, o tal vez es algo mucho más profundo de lo que pueda imaginar.Sea cual sea la razón para la que él se sienta igual que yo, estoy convencida de que no podré descubrirla. No, a menos que por algún milagro se abra conmigo.L
LizzieUna semana después…—¡Apresúrate Eithan! Tengo que ir a buscar a la abuela.—Ya voy, ya voy.La tentación que tengo por dejarlo caer de la escalera es grande, pero si hago eso, seguramente tendría que llevarlo a él al hospital. Se supone que lo está haciendo él porque es más alto que yo, pero debí saber que no es tan habilidoso.Tiene diez minutos intentando pegar las guirnaldas decorativas en el techo. Al menos ya le pusimos en la pared el cartel de bienvenida con las fotos familiares.Y el pastel está a punto de salir del horno. La casa huele a fresas y chocolate, se me hace agua la boca solo de pensar que voy a comerlo. Aunque, todavía debo esperar a que la abuela llegue.La semana pasada las cosas volvieron parcialmente a la normalidad. A Eithan le estaba yendo bien en la escuela, o al menos eso aparentaba. Tuve mi entrevista de trabajo en la veterinaria “pet world” y gracias a Irina, pasé, así que ahora soy oficialmente, una auxiliar, y con el dinero que me dio Stefan he e
StefanUna semana sin saber absolutamente nada de Elizabeth, y, sin embargo, no he olvidado que su abuela sale de alta hoy del hospital. En especial porque me llegó la factura con el resto de la cuenta.Es por esa razón que decidí enviarle un ramo de rosas para que se recupere pronto. No creo que le causase problemas a Lizzie, en especial porque se las mandé a su abuela, no a ella.Con todo lo que hizo por mí la semana pasada, había conseguido que mi padre se tranquilizara. Ahora mismo está en Italia y no ha vuelto a llamarme de nuevo para preguntar.Mi abuela en cambio si había sido otro caso. Al principio había estado un poco insistente para que le diera su nuevo número en Canadá, pero me hice el despistado hasta que se lo olvidó; o eso espero.Creo que no me creyó del todo el cuento de que se había ido del país, pero como no me ha vuelto a preguntar; de hecho, ni siquiera se ha aparecido por la empresa; supongo que funcionó.Me encuentro sentado frente a mi escritorio, tratando de
LizzieJamás imaginé que Stefan haría algo como esto. Es un lindo gesto, pero inusual, al fin y al cabo. Si le muestro la tarjeta a mi abuela, enloquecerá, sin embargo, no tengo manera de ocultarla. Ya la ha visto.—¿Quién lo manda, Lizzie?—Mmm, Stefan.—¿Qué? No puede ser, a ver dame.Prácticamente me arranca la tarjeta de la mano, se pone a leerla y una sonrisa se le forma en los labios.—¡Qué considerado! ¿Cómo supo dónde vivimos?—Para el contrato de trabajo había que poner la dirección.—Oh, sí. Bueno, están preciosas, dale las gracias de mi parte. No lo has vuelto a ver ¿o sí?—No abuela, desde ese día no he vuelto a saber nada de él.Y esa era toda la verdad. Estaba segura de que su nombre solo se mencionaría en mis recuerdos, y ahora me sale con esto. No lo comprendo, Stefan Marriott sigue siendo un gran enigma para mí.—Qué lástima, es muy guapo.Irina se acerca a nosotras luego de atender a los invitados, me toma del brazo y me aparta de ahí.—¿Ese Stefan es el mismo que me
StefanCito a Lizzie en un restaurante al aire libre llamado Highlawn Pavilion, tengo al menos una hora esperándola aquí. No lo pensé cuando lo hice, pero imagino que le debe quedar bastante lejos.Ya me he tomado por lo menos media botella del vino que me sirvieron, y los nervios no me están ayudando a calmar la ansiedad que estoy sintiendo.Luego de que me calmé en la oficina me di cuenta de que reaccioné muy mal con mi Nonna. No debí gritarle de esa manera. Supongo que me salvé de su ira porque sabe que, de todos modos, hizo algo indebido.Aun así, le escribí un mensaje donde me disculpaba con ella, y le pedí que nos viésemos esta noche en casa para explicarle la situación.El restaurante donde la cité es realmente hermoso, ya he apreciado la vista un par de veces. Un lugar elegante y campestre a la vez, con unos arcos en las ventanas que dan la sensación de encontrarse en otra época.—Señor, ¿va a querer ordenar ya? —pregunta uno de los mozos.—Deme un momento más, por favor, ella
Lizzie Sin siquiera darme cuenta estoy garabateando dibujos al azar en el cuaderno de apuntes de la veterinaria. A lo lejos, la campana de la entrada se agita, avisando que ha entrado otro cliente. Sin embargo, yo estoy lo bastante distraída como para no prestarle atención. Hace dos días que no veo a Stefan, se supone que hoy irá a mi casa para tener “la conversación” con mi abuela, y solo el hecho de pensar en eso hace que me den ganas de vomitar. Me sigo preguntando cómo pude volver a aceptar algo así, debí dejar todo por la paz y decirle que no. Por muy desesperada que esté de dinero, creo que estamos cometiendo un grave error. Mi familia no tenía por qué verse involucrada en esto, y ahora la mentira se ha hecho una bola de nieve que no tengo ni la más mínima idea de cómo detener. Su Nonna también me había vuelto a llamar. Al parecer Stefan le inventó que yo tuve que volver por mi propia abuela, le dijo que había tenido un accidente y ese es el motivo de mi regreso. Me sorprend
Stefan No sé si esto es un mal chiste del destino, o si realmente existe la suerte como dijo Lizzie, pero es que el hecho de que se haya encontrado con Joanne de la nada, en el lugar donde trabaja (y del cual no tenía idea), tiene que ser una jodida mala broma. Es que, de todas las personas, de todas las veterinarias en Newark, e incluso las horas; que todo eso convergiese para que se topasen, es tan improbable como el hecho de que yo me case de verdad. A penas me llamó para advertirme tomé uno de mis autos y me fui de inmediato a la veterinaria. Cuando Lizzie dijo esa noche en la cena que le apasionaba la veterinaria, creí que lo había dicho para hacerme molestar, y además por inventar cualquier cosa. No obstante, veo que me equivoqué al respecto. Lizzie ha sido más transparente de lo que pensé, y por sorprendente que eso sea, a mi padre y a mi Nonna le agradan. Aunque eso podría cambiar en un instante si Joanne descubre la verdad. Conociéndola, sé que sería capaz de revelarlo t
Lizzie No puedo creer todo lo que pasó en la tarde. Todavía lo recuerdo y me vuelve a hervir la sangre como si la tuviese en frente. Después de que salí del baño para avisarle a Stefan, la ridícula de su exnovia estaba afuera y había vuelto a tirar al suelo todo lo que había recogido. Me dio tanta rabia que no fui capaz de contenerme. Me le fui encima y por poco la dejo sin cabello, de no ser porque Irina me detuvo a tiempo, si no, estoy segura de que ni Stefan hubiese podido salvarme del despido. Ella aseguró que no volvería; pese a eso, algo me dice que sus visitas por aquí no han acabado. —¿Sigue afuera? —le pregunto a Irina por décima vez en la tarde. —Sí, ahí está. Creo que no tiene nada mejor que hacer. —O está vigilando que no vuelva la ex. Irina se aleja de la ventana y corre de vuelta al mostrador. Faltan cinco minutos para que nuestro turno acabe y entre más se acerca el tiempo, más me sudan las manos. Estoy realmente nerviosa de llevarlo a mi casa. —Cuando me contas