Una cosa era sacar a Mauricio del acoso de su madre, y otra cosas era que el pensara que ella estaba disponible, estando con Steven. E iba a tener que presentarle a su amiga a Mauricio para que el le propusiera ser su novia por unos días, y el olvidarse en que ella lo ayudaría.Para cuándo alguien tuviera tiempo de descubrir la artimaña, que estaban por elaborar y otra muy distinta era prestarse para el escrutinio, con la madre de el. Ella necesitaba que Mauricio no cambiará de parecer. Mauricio le haría muchas preguntas, de como había conocido a Steven y ella necesitaba alejarse de todo aquello. No sabía como Mauricio trataría a su amiga.— Te van a someter a los focos Mauricio, que vas a hacer con mi amiga cuando ocurra eso. —le dice ella.— Cinco minutos con tu amiga, y tramamos algo. Además, rayos X que le hará toda la familia.— Vamos Mauricio ella podrá soportar todo eso. ¿Y tú? ¿Podrás?. —le había dicho Selene, antes que el contestara.— Sé lo que piensas de mí Selene, piensas
En la mansión Wolf había llegado, Steven ya todo estaba arreglado con Tomaso, pero se encontró con una sorpresa sin igual. Selene había invitado a su amiga Rosie a Italia y el solo la miro una sola vez, y de eso ya hace meses.— Me puedes explicar que hace tu amiga aquí, y que es eso de la prometida de Mauricio Rocci, la verdad que llegue con esa sorpresa cuando me bajaba del avión.— Mauricio estaba dispuesto a revelar lo de nosotros, entonces tuve que negociar con el.— ¡Por Dios Selene! Nadie sabe de ese contrato, porque el lo sabe.— Porque un pajarito por allí, dejo el contrato en el estudio y este lo tomo y quiso chantajearme, pero nadie sabe de eso. Entonces tuve que convencer lo que mi amiga lo podía ayudar.— Giovanna sabe del documento.— No sabe nada de ello, Mauricio me devolverá el documento cuando mi amiga lo ayude.— Y has hablado con ella, sobre esta situación.— Hoy apenas fue que llegó y estoy por resolver eso.— Si no fuera porque tiene el bendito documento en sus m
Se encontraba a un par de horas de distancia de Venecia, y Lombardía era el mejor lugar para esquiar. Selene y Steven había organizado el encuentro de ellos allí, porque le convenía que lo vieran. No podía haber elegido un sitio más hermoso que aquel. Pero para Selene era algo nuevo y excitante aquellas montañas de nieves donde Steven había propuesto el encuentro.— Por qué nos has traído aquí Steven.— No es un sitio hermoso. —dijo de pronto Steven. — No sabes lo que te pierdes.— ¿A qué te refieres Steven?— A que deberías aprender a esquiar. Yo podría enseñarte amor.Ver la cara de horror de Selene le hizo reír a carcajadas.— Sabes que no sé esquiar maldición Steven.— Bueno ya te he dicho yo te enseño mi tesorina. —dijo él.Contemplando el escenario que les rodeaba. Envueltas en silencio, aquellas montañas lo dominaban todo, acurrucando el valle entre sus faldas. Él siempre utilizaba su villa de Lombardía como refugio, pero aquel lugar era verdaderamente especial. Se volvió hacia
Rosie observó el rostro de Mauricio, Delgado, pómulos bien definidos, mandíbula cuadrada. Irradiaba un aire sensual, de peligrosa excitación. Al hablar con él sabías que se trataba de un hombre que podía conseguirlo todo, que jamás le había tenido miedo a la vida, en absoluto reacio a correr algunos riesgos. Sí, ese carisma se hallaba atemperado por algo más. Un aire de estabilidad. Quizá se debiera al hecho de que daba la impresión de que era alguien importante, ser un Duque italiano.— Y bien, ¿qué te parece?.La pregunta hizo que se diera cuenta de que solo lo había escuchado a medias, y eligió con cuidado las palabras.— Me preguntaba por qué tu familia quiere que tenga una novia ya.— No lo sé. —se encogió de hombros. — Debe ser que necesito una compañera pero quería elegirla yo, no mi madre.— ¿Y nunca le dices a tu mamá que tienes decisiones propias?— Mi madre es muy obstinada cuando se empeña en algo respecto a mí.— ¿Eres hijo único?. —dijo ella.— Si soy hijo único, y soy u
Al día siguiente volvieron al restauran a comer de nuevo, pero una sorpresa les esperaba. Selene se dio cuenta de que Mauricio observaba a alguien en otra mesa frentes de ellos. Entonces observó su rostro y le dice.— A quien viste Mauricio. —le dijo Steven.— Mira hacia la otra mesa.— Por Dios es tu madre que hace en este lugar.Mauricio le señalo con un movimiento de cabeza, al acompáñame que llegaba.— No lo puedo creer, está con Cindy.— Si la que quiere ponerme como novia. —en eso Selene se dio cuenta y dice.— Esa no es tu madre Mauricio y que hace con esa chica.Al pasar dos minutos su madre lo miró y ella sabías que estaba reunido con Steven, el próximo Conde de Chesterfield.— Mira a quien tenemos aquí. —dijo la madre de Mauricio cuando se acercó a la mesa y le dice. — Nunca pensé que cenaría aquí con Steven y su prometida.— Madre que sorpresa que estés aquí.— Si mi bello Filió, esto con Cindy la recuerdas.— Claro que la recuerdo. —con sonrisa de hipocresía.— Hola Mauric
Eso le preocupo a el.— Mejor nos retiramos, seguro estás casada amor.— No Mauricio vamos a cenar como quedamos y bienvenida tu madre y Cindy a la mesa.— Gracias… —dijo Sabrina mirándola de reojo.— ¿Cómo ya sabes madre, ahora tengo una novia?.— Ya lo sé mío filió eres muy especial, ya lo he visto.— Si Mauricio es una amor con todo el mundo, hasta conmigo lo fue.Cindy había dicho aquello y Rosie, se atragantó con un bocado de comida. Cuando escucho decir aquello de ella. Había sido la primera cosa que había escuchado en toda la noche, entonces Rosie no pudo más agarró y se levantó de la mesa y dice.— Lo siento mucho me retiro me siento mal y creo que fue suficiente, me retiro fue un placer conocerlas.— Espera yo me voy contigo. —le dijo Mauricio.— Quédate y disfruta la comida con tu madre y su amiga en común.— Estás celosa. —contestó Mauricio, mirando sus mejillas sonrojadas.A las mujeres de su círculo social les habría llevado más de unas cuantas citas ponerse así.— Vamos
Los labios Rosie eran más suaves y dulces de lo que se había imaginado en sueños. Habían sido un desafío para su ego de macho. Mientras el cuerpo de Rosie se llenaba de la fuerza de la pasión, sentía una profundo placer, no estaba segura. Puesto que una ola de deseo la poseía y no podía distinguir entre sus sensaciones y todo lo que era el. Mauricio la besó más profundamente. Luego deslizó sus manos hacia sus pechos. Y, ¡Dios santo!, ¡eran tan hermosos!, pensó el. Redondos, con pezones erguidos, perfectos. Los suaves suspiros de placer de Rosie finalmente penetraron el rojo velo de deseo que nubló su cerebro.— Mauricio esto está bien entre los dos.Mauricio se quedó quieto, no le hizo caso a lo que le decía ella, el dejó escapar un profundo suspiro.¿Qué diablos estaba haciendo?, pensó. Era un estúpido.— No sé cómo pero no puedo detenerme.Mauricio no se atrevió a mirar sus sorprendidos ojos, y se dio la vuelta para ocultar la evidencia de su dolorido sexo.— El vino… —dijo él con l
Pero Rosie había colgado.— Que te dijo.— Que se quedaría esta noche con Mauricio que no me preocupara.— Bueno tu amiga sabe lo que haces. Ahora dime cómo vas con mi abuela y los preparativos de la boda.— Todo va bien pero, está muy pendiente de lo que pasa entre nosotros está muy sospechosa.— Bueno, Giovanna es así, que más te dijo.— Que daría una fiesta para presentarme en la sociedad, tú debes saber eso más que yo.— Bueno amor para Giovanna es importante, va a dejarme el título de Conde de Chesterfield, y luego ya después nos vamos de vacaciones y nos olvidemos de todos.— Tú crees.— Claro que sí, mi tesorina ahora vamos a dormir.Rosie se despertó de su turbulento sueño mucho antes de la madrugada. Contuvo el aliento y se apartó del tibio cuerpo desnudo de Mauricio. Le dolía el cuerpo, pero eso no era nada comparado con el dolor de su corazón. Las imágenes eróticas se agolpaban en su mente. Imágenes de las caricias de él de su deseoso cuerpo, de sus labios, de sus manos vol