Mauricio sabía que Rosie era una mujer muy atenta, y quería compartir su vida con ella. Cómo tomaría ella cuando le diera la sorpresa y que mejor en ese momento que en la fiesta de compromiso de Steven y Selene, buscaría el anillo de su abuela, y se lo daría como enlace de su amor. En ese momento Rosie lo mira y le dice.— Que tanto piensas Mauricio.— En nada mi vida, vamos a arreglarnos para irnos a la mansión Wolf.Así que salieron para ir a la mansión Wolf. Mientras que Steven se dio una ducha rápida, se cambió de ropa y salió de la mansión quería dar un paseo eso lo ayudaría a aclarar su mente y a poder estar seguro de las decisiones que empezaban a tomar forma. Luego, como solía hacer, actuaría. Steven entró por la zona de servicio de la mansión. Se quitó los zapatos de deportes y se puso unas zapatillas. La cocina olía a beicon y huevos. Pero cuando había entrado estaba los empleados allí hablando.Nona estaba haciendo café. Mirabel estaba comiendo la última tostada que quedaba
La doctora iba impecablemente vestida con un traje, y su bata de médico, llevaba el cabello gris recogido en un moño perfecto.— Buenos días usted debe ser Selene Scott verdad.— Si…— Su esposo no vino con usted. —contestó la secretaria, con la mayor firmeza que pudo.Ella frunció el ceño y le lanzó una mirada furibunda.— Señorita Scott la doctora espera por usted, que pase.— Ok... Disculpe no prestar atención. —respondió ella.Haciendo acopio de valor, le dio la espalda a la mujer y se dirigió al consultorio. Contó en silencio, esforzándose por controlar su respiración y su pulso acelerado: uno, dos, tres… Iba por siete cuando oyó a la doctora resoplar, y luego el ruido de sus tacones.— Bueno, señora, deje los nervios es solo una revisión, lástima que su esposo no esté aquí para apoyarla.— Le salió un imprevisto y no pudo venir por eso.— Bueno entonces vamos a revisarla.Selene miraba el techo del consultorio. Estaba observando todo a su alrededor, y aquella doctora se había co
Él la estudió en silencio durante unos instantes. Rosie suponía cuál sería su respuesta. No estaba preparada para lo emocionante que iba a hacer aquel momento. Nunca se había enamorado de nadie y ahora estaba loca por Mauricio.— Mi adorada Rosie.En ese momento se oyó la voz de la madre de Mauricio al otro lado de la puerta.— Es hora de cenar así que bajemos.— Grazie, madre ya bajamos.— La cena está lista, mi bellísima.Los tres siguieron hasta el comedor, que había sido decorado con elegancia, y se sentó en la silla que Mauricio apartó para ella.— Gracias.— Mi madre quiere presentarte aparte de la familia. Además, ellos quieren conocerte querida.— No me imaginé que tuvieras más familia. —dijo al tiempo que se sentaba enfrente de ella.— ¿Bueno, mamá quiere que conozcas a la familia?— ¿Sí, verdad que bueno?— Exacto. Antonio es mi tío que es coheredero del patrimonio, hace lo posible por asistir a las cenas importantes, aunque suele dejarme a mí en los asuntos de la empresa de
En la mansión Wolf, Giovanna estaba reunida con Steven y Selene para cuadrar los preparativos de la fiesta. Cuando ellos le dieron la noticia que iba a hacer bisabuela, ellos lo iban a decir en la fiesta, pero se adelantaron con Giovanna.— Eso suela maravilloso voy a hacer bisabuela estoy tan emocionada.— Si querida Giovanna estoy embarazada y esto es hermoso.— Si abuela es muy hermoso ser papá, viste ahora si está completo todo, tendré una esposa y ahora seré padre.— Mi nieto adorado, sabía que sentarías cabeza y mira la sorpresa que me traes, ahora la fiesta será la presentación de mi nueva nieta y ahora con una bisnieta es lo más bello.Giovanna estaba muy feliz, por la noticia ahora sí que la fiesta sería por todo lo alto de la sociedad. Porque ella presentaría a su queridísimo nieto como su futura esposa y aparte de ello una bisnieto por camino.— Viste Giovanna está muy contenta.— Ya lo veo, se fue a festejar con sus amigas a un club, me había invitado, pero le dije que no,
La mucama reparó en que Selene estaba examinando a los hombres de la revista que ella había dejado en la mesita de noche.— Guapos, ¿eh?. —y suspiró con aire soñador, trazando con los dedos los músculos pectorales de un pirata que aparecía en una de las portadas. — Disculpe señora por mi falta.— No te preocupes chica.— Si alguna vez conozco a un hombre así, señora no le dejaré escapar. —añadió con una sonrisa la mucama.— Sí, qué emoción.Con aquellos angelicales rizos rubios y su figura curvilínea, su único hombre era Steven, Selene sonrió.— Señora usted es muy hermosa, y además ama a su futuro esposo el señor Steven. —dijo la mucama Selene arrugó su nariz.— Vamos señora yo quiero un hombre ideal pero no de fantasía, y no un que sea mentirosa señora también.— Estamos hablando de hombres y no sé tu nombre, niña.— Me llamo Nina soy la sobrina de la cocinera.— Ya está bien y te gusta mucho ver, esas revista.— Algunas veces me gusta verlas.— Y te fascina entonces ver hombres así
Selene se quedó pensativa por aquello, que había hablado Steven ahora más curiosidad tenía de saber qué había pasado con ese contrato que ellos habían firmado por mutuo acuerdo para todo aquellos sobre su padre, pero ahora era diferente. En la mesa todo cuchicheaban hasta la misma Giovanna que se le escucho la voz en todo el comedor.— Bueno como ya vemos todos están aquí, disfrutado de la cena, ahora quiero hablar con todos ustedes de algo, ya estoy vieja y voy a tener que dejar mi título de condesa así que tengo pensando déjaselo a unas de mis nietas tanto, como si y como no lo fueran y bueno que mejor esperar a ver.— Abuela porque hablas de esto ahora, porque no dejas eso para después, todavía te queda vida.— Sabes que estoy ya mayor Tomaso y yo hermana y Selene son las únicas mujeres de la familiar que puede optar por mi título de condesa. Selene porque se casara con Steven y tu hermana porque es mi nieta, aunque su madre sea lo que sea, ustedes son mis nietos.— Giovanna, discu
Selene no quería pensarlo, pero no pudo evitarlo: «esto es extraño». Steven y ella estaban en una pendiente, contemplando las cosas que están pasando a su alrededor. Eran poco más de las siete, cuando Selene se levantó, se sentía fatal. Ella se sentía embriagada de felicidad, pero también de preocupación por la tal Sofía.— Buenos días, señora, aquí le traje el desayuno.— Gracias. Y el señor Steven.— El salió temprano señora, iba a resolver algunas cosas.— No dejo dicho nada.— No señora nada, solo salió y ya.— Alguien fue con el.— Si la señora Sofía fue con el, parece que iba a hacer también algo.— Ya veo y que más.— Nada más señora, va a tomar el desayuno en la cama o lo dejo en la terraza.— Déjalo en la terraza ya voy a servirme.— Ok señora.Cuando la mucama se fue, Selene estaba triste por lo que ella le había dicho, estaba tan preocupada por la llegada de aquel familiar de Steven. Que más sorpresa podría haber con la familia Wolf. Esos pensamientos se clavaron en su vida
Momentos después, llamaron a la puerta. Era un la hermana de Tomado, les dijo que abuela quería hablar con todo en casa, mientras se vestían. Abajo en el salón el servicio preparaba algunas bebidas, Giovanna al parecer tenía algo que decir. Mientras esperaba a todo sus nietos, ordeno al servicio servir una suculenta comida que estuviera excelente; y cuando llegaron todos sus nietos se sentaron, Giovanna se sentía tan relajada que incluso había olvidado lo que tenía que decir, pero al momento, volvió a recordarlo. Y soltó un suspiro de alivio cuando las chicas de servicio, sirvieron la comida.— Abuela para qué nos quiero reunidos. Dijo Tomaso tomando asiento.— Ya les digo, a sí que por favor siéntense.— Porque siempre eres así abuela, de excéntrica, una cena para qué.— Porque se desesperan tanto. —en eso sale Sofía y dice.— El ser humano no sabe esperar.— Cierto… —contestó su prima segunda, y Selene también.— Disculpe la falta de grosería, pero al grano.— Por eso es que adoro l