La mucama reparó en que Selene estaba examinando a los hombres de la revista que ella había dejado en la mesita de noche.— Guapos, ¿eh?. —y suspiró con aire soñador, trazando con los dedos los músculos pectorales de un pirata que aparecía en una de las portadas. — Disculpe señora por mi falta.— No te preocupes chica.— Si alguna vez conozco a un hombre así, señora no le dejaré escapar. —añadió con una sonrisa la mucama.— Sí, qué emoción.Con aquellos angelicales rizos rubios y su figura curvilínea, su único hombre era Steven, Selene sonrió.— Señora usted es muy hermosa, y además ama a su futuro esposo el señor Steven. —dijo la mucama Selene arrugó su nariz.— Vamos señora yo quiero un hombre ideal pero no de fantasía, y no un que sea mentirosa señora también.— Estamos hablando de hombres y no sé tu nombre, niña.— Me llamo Nina soy la sobrina de la cocinera.— Ya está bien y te gusta mucho ver, esas revista.— Algunas veces me gusta verlas.— Y te fascina entonces ver hombres así
Selene se quedó pensativa por aquello, que había hablado Steven ahora más curiosidad tenía de saber qué había pasado con ese contrato que ellos habían firmado por mutuo acuerdo para todo aquellos sobre su padre, pero ahora era diferente. En la mesa todo cuchicheaban hasta la misma Giovanna que se le escucho la voz en todo el comedor.— Bueno como ya vemos todos están aquí, disfrutado de la cena, ahora quiero hablar con todos ustedes de algo, ya estoy vieja y voy a tener que dejar mi título de condesa así que tengo pensando déjaselo a unas de mis nietas tanto, como si y como no lo fueran y bueno que mejor esperar a ver.— Abuela porque hablas de esto ahora, porque no dejas eso para después, todavía te queda vida.— Sabes que estoy ya mayor Tomaso y yo hermana y Selene son las únicas mujeres de la familiar que puede optar por mi título de condesa. Selene porque se casara con Steven y tu hermana porque es mi nieta, aunque su madre sea lo que sea, ustedes son mis nietos.— Giovanna, discu
Selene no quería pensarlo, pero no pudo evitarlo: «esto es extraño». Steven y ella estaban en una pendiente, contemplando las cosas que están pasando a su alrededor. Eran poco más de las siete, cuando Selene se levantó, se sentía fatal. Ella se sentía embriagada de felicidad, pero también de preocupación por la tal Sofía.— Buenos días, señora, aquí le traje el desayuno.— Gracias. Y el señor Steven.— El salió temprano señora, iba a resolver algunas cosas.— No dejo dicho nada.— No señora nada, solo salió y ya.— Alguien fue con el.— Si la señora Sofía fue con el, parece que iba a hacer también algo.— Ya veo y que más.— Nada más señora, va a tomar el desayuno en la cama o lo dejo en la terraza.— Déjalo en la terraza ya voy a servirme.— Ok señora.Cuando la mucama se fue, Selene estaba triste por lo que ella le había dicho, estaba tan preocupada por la llegada de aquel familiar de Steven. Que más sorpresa podría haber con la familia Wolf. Esos pensamientos se clavaron en su vida
Momentos después, llamaron a la puerta. Era un la hermana de Tomado, les dijo que abuela quería hablar con todo en casa, mientras se vestían. Abajo en el salón el servicio preparaba algunas bebidas, Giovanna al parecer tenía algo que decir. Mientras esperaba a todo sus nietos, ordeno al servicio servir una suculenta comida que estuviera excelente; y cuando llegaron todos sus nietos se sentaron, Giovanna se sentía tan relajada que incluso había olvidado lo que tenía que decir, pero al momento, volvió a recordarlo. Y soltó un suspiro de alivio cuando las chicas de servicio, sirvieron la comida.— Abuela para qué nos quiero reunidos. Dijo Tomaso tomando asiento.— Ya les digo, a sí que por favor siéntense.— Porque siempre eres así abuela, de excéntrica, una cena para qué.— Porque se desesperan tanto. —en eso sale Sofía y dice.— El ser humano no sabe esperar.— Cierto… —contestó su prima segunda, y Selene también.— Disculpe la falta de grosería, pero al grano.— Por eso es que adoro l
Mientras en la casa de Mauricio el le daba un beso en el cuello y Rosie pensó que tenía razón; era mucho más cómodo y, desde luego, mucho más interesante. Pero no estaba dispuesta a admitirlo. No quería darle a entender que solo tenía que silbar para que cayera rendida a sus pies.— Bueno, basta por hoy. Vamos a dar ese paseo…— Está bien vamos a dar un paseo.El sol se estaba poniendo cuando salieron de la casa y siguieron caminando por las caminería del jardín. Poco después, Ella señaló un grupo de pajaritos blancos que levantaban el vuelo.— Te voy a dar algo.— Que será.Entonces el saco una cajita con un anillo.— Es tuyo.— Bonito detalle… ¿Qué es?.— Quería darte una sorpresa. Se suponía que tenías que ver la caja cerrada y preguntar por sucontenido.Él le pasó los brazos alrededor de la cintura y le dio un beso.— Te lo agradezco de todas formas, bellezza. Que me digas si te ha gustado el regalo.— Pues te diré que es hermoso lo que me has regalado.— Eso está hecho, preciosa
De repente, no vio sentido a la súbita y sobre cogedora sensación que se apoderó de ella, una sensación de pesar al darse cuenta de que, en cuestión de segundos, que el tenía algo en mente. Pero… ¿No era eso lo que quería? No quería que Steven desapareciera de su vida para siempre. Sí era lo que quería; no obstante, con solo mirarlo, lo amaba tanto para perderlo, no sabía por qué, pero ese hombre la afectaba en lo más profundo de su femineidad.El deseo de que ese hombre la besara era tan fuerte, que casi estuvo a punto de irse a verlo al trabajo. Dejo que tomado se fuera, cuando salió de la puerta, tenía que convivir con todos ellos en la mansión. Pero no se atrevió y guardó silencio mientras Tomaso continuaba avanzando hacia la puerta.— Voy a marcharme, pero no antes de hacer algo que debo hacer Selene. —dijo él con voz ronca.Los ojos de Tomaso se fijaron en su boca justo en el momento en que ella se pasaba la lengua por los labios.— Algo que llevo queriendo hacer desde el moment
Selene agarró y se fue a buscar a la chica, cuando llego a la habitación de Giovanna la vio era una chica hermosa, muy sencilla y humilde.— Buenas tardes, está buscando a la señora Giovanna, ella no se encuentra.— No te estoy buscando a ti, necesito hablar contigo crees que más tarde podamos platicar.— Con gusto señora me dice la hora y el lugar.— La estaré esperando en la biblioteca a las siete y no falte.— Está bien señora.Y así como Selene entró a la habitación se fue de allí. Y fue a la habitación de ella. Allí estaba Steven esperándola.— Que te parece que tu primo está muy interesado en una chica se llama Lily, pero no le gusta pero como la chica es humilde no.— Tomaso es así de orgulloso, no te preocupes tanto tenía en mente a otra chica.— No… Tu prima me ha dicho que le agrada a la chica, vamos a tratar con ella vamos a hacer que se conozcan más.— Y cómo lo vamos a hacer.— Vamos a tratar de que ellos se encuentren más y compartan.— Otra vez como vamos a hacer eso di
Steven seguía hablando con Lily sobre el contrato que había firmado con su abuela Giovanna.— Sé que Giovanna te hizo firmar un documento, verdad Lily.— Cómo usted sabe de eso, para mí era algo privado, ella me dijo que nadie lo sabría.— Bueno yo lo sé, y el único porque nadie más lo sabe.— Y cómo se enteró.— Porque yo le di la idea a la abuela Giovanna sé ello, averiguo de tu vida hasta el final y sé que tu madre está enferma.— Esto no lo puedo creer, como sabe usted eso.— Cuéntame Lily, que fue lo que hizo mi abuela.— Quiere que le cuente todo, entonces escuché lo que le voy a decir.La señora Giovanna me encontró en un momento muy agotador, mi mamá llevaba más de dos meses internada, su enfermedad avanza muy rápido y necesitaba de nuevo medicamentos que la hicieran mejorar. Entonces lleno su abuela ofreciéndome mucho para poder ayudar a mi madre y acepte, llevaba pensado que hacer y bueno acepte lo que Giovanna quería solo que conquistará a su nieto tomaso, que buscará la ma