Con la información que Leonardo le dio sobre donde fue adoptada Arantxa, fue fácil dar con su acta de nacimiento original, donde venía el nombre de la madre, una mujer hispana que había llegado indocumentada al país, pero que cuando se casó consiguió la ciudadanía. Al llegar sin tener documentos en lo único que podía emplearse era haciendo el aseo de algunas casas, en cuanto tuvo el nombre fue como sí se abriera la caja de pandora, comenzó armar él rompecabezas de lo que fue la vida de Amanda Cruz en el país. Al fin del año consiguió un trabajo de planta en una casa, personas con dinero, racistas que la trataban de mala manera, como si fuera su esclava no su empleada, pero ella soportó solo para poder mandar dinero a su familia y ellos pudieran solventar el tratamiento de su madre que moría de cáncer. Seis meses después que comenzará a trabajar en esa casa, resultó embarazada del hijo mayor y que heredaría la empresa familiar, al enterarse la familia, no dudó en correrla sin importa
A pesar de su oposición a que fuera a ver a Ann, Arantxa se negó quedarse en casa esperando para saber que le decía a Leonardo sobre la persona que le quería hacer daño, además estaba segura que los quería ver a los dos, no entendía su cambio de actitud, tal vez saber que a causa de uno de los atentados había perdido la posibilidad de tener en sus brazos al hijo de su hijo. Leonardo le puso como condición que no podía soltar su mano por ningún motivo y siempre se mantuviera detrás de él, ella hasta había dicho que la esposara si eso le hacía sentirse tranquilo, algo que no le pareció mala idea. Arantxa llevaba el corazón acelerado, al fin tendría un nombre y porque la querían ver muerta, creía que estaba cerca de ser libre del miedo que tenía todos los días que sonaba el teléfono. Tocaron el timbre de la puerta de la casa de Ann, no tardaron mucho cuando está se abrió, el mayordomo de Ann los recibió con su habitual solemnidad. —Buenas tarde la señora nos mandó un mensaje— él hombr
Los dos se encontraron con John que venía ingresando a la casa de Ann, su mirada decía todo, los odiaba, tal vez con justa razón, pues gracias a la grabación que Leonardo filtro en las redes John y Ann estaban perdiendo todo, clientes importantes que siempre llevaron sus casos con ellos, hasta abogados renunciaron porque no querían que los relacionaran con él bufet de abogados Westen. —Ann nos pidió venir— respondió Arantxa— pero se puso mal, y ya no pudo terminar con la conversación, creo que sería necesario llevarla al médico.—Con descansó más tarde estará bien— dijo con total indiferencia— ya me imagino a que vinieron— sonrió de lado— por fin te dijo quien y porque tu vida corre peligro—ella negó con la cabeza, la sonrisa de John se amplió más si se podía. —¿Tú sabes quién es esa persona? — preguntó esperando que de buena fe le diera el nombre de esa persona, levantó los hombros en señal de desinterés.—Tal vez, tal vez no— metió las manos a las bolsas de su pantalón— ¿Qué estar
Leonardo se estacionó delante de la casa donde los hombres de Diego lo habían visto entrar, revisó por última vez su celular, le había pedido a su primo que le informará si Devon salía de la casa antes que ellos llegaran, ya iba de gane pues no había recibido ninguno hasta ese momento. Tomó la mano de Arantxa que no pudo convencer que se quedará en la casa de seguridad junto a Diego, temía que estaba jugando con fuego, pues tantas salidas ponían en riesgo a Arantxa, si alguien los descubría sabrían de nuevo donde se encontraba. —¿Te sientes nerviosa? — durante el camino había gobernado el silenció, y cuando permanecía así, era porque algo la inquietaba, no sabían que podrían encontrar, temía que lo que escondiera ahí Devon le causara un gran dolor, por eso insistió en que se quedará, le había jurado que no le escondería nada, pero ella no dio su brazo a torcer. —Si, no sé qué podamos encontrar— observaron la casa, que era de dos pisos, con un amplio jardín al frente, a un lado de
Arantxa miró fijamente al niño que se encontraba detrás de Devon y la amante de Steven, sin poder contener sus lágrimas comenzaron a salir al reconocer quien era, su corazón de madre comenzó a latir con fuerza, sin poder creer que delante de ella estaba su hijo, él que fue arrebatado cruelmente de sus brazos. Se acercó lentamente queriendo tomarlo en sus brazos y darle aquel abrazó que le fue negado por tantos años, pero su mano se quedó suspendida en él aire, al pensar que no sabría cómo podría reaccionar, que no sabía que pudieron haberle dicho de ella, recogió su mano, y con voz temblorosa habló.—¿David? — fue lo único que pudo decir mirando al pequeño a los ojos, él sonrió al escuchar su nombre, su corazón dio de nuevo un brinco de júbilo— ¿te llamas David?—Si, usted quien es— no sabía que responder, miró con odio y dolor a Devon porque de nueva cuenta le había mentido, él juró que no sabía nada de su hijo y él lo tenía en su poder— tía quien es la señora…— preguntó a la mujer
Arantxa lamentó lo que esa mujer Allison había sufrido a causa de Ann, tal vez ese hubiera sido su destino, si ella estuviera embarazada, pero por desgracia había perdido a su hijo, algo que aún no podía superar.En cuanto escucharon su petición no tardaron sus protestas por parte de los dos, Allison comenzó a llorar con más pesar, a lo contrario de Devon que parecía molesto, ninguna palabra que dijeran la haría cambiar de opinión, ahora que tenía la posibilidad de tenerlo con ella no la dejaría pasar por nadie, era su hijo y él debía estar con ellos, con sus padres. —Hija es mejor que dejes aquí a David— escuchó que decía Devon con angustia— por un tiempo, puede ser traumático para un niño de su edad ser separado de las personas con la que ha vivido.—Tal vez tengas razón, pero quiero a mi hijo conmigo, no puedes entender que por culpa de ustedes no le tenido todos estos años— los miraba con reproche— y por favor Devon deja de llamarme hija.—Por favor no me quiten a mi niño— Alliso
Se encontraba al borde de la desesperación, sin tener una sola pista de Arantxa, ni de quien se la había llevado, por primera vez quería destruir al mundo si no le era de vuelta ella, la mujer que tenía su corazón, sin ella no podía dormir, ¿cómo? si no sabía que le estaba pasando, temía cada vez que sonaba su teléfono, pensando que él agente Ramson llamará para darle la peor noticia de su vida. Aquel día cuando bajo con David, vio la entrada de la casa destrozada, se había vuelto inseguro para su hijo y cualquier otra persona, vio la maleta que ya estaba lista con algunas de sus cosas y no dudó en tomarla.David corrió junto a la mujer que lo había cuidado desde que lo rescató del orfanato, no la quería cerca de su hijo, pero no tuvo el corazón para alejarla de ella, él la necesitaba ahora que no sabía a dónde habían llevado a Arantxa.Miró antes de salir a Devon, se acercó poniendo dos dedos sobre su cuello y encontró el pulso, tenía unas heridas mínimas, pero nada de gravedad, así
Al abrir los ojos la oscuridad del espacio la inunda por completo, la pesadilla aún no ha terminado, sigue en él mismo lugar, sin que Leo hubiera ido por ella. Los días han pasado, tal vez una semana, y eso lo sabe por las veces que ha contado que han traído de comer, la mayor parte de día y de noche la vive ahí recostada.Cuando despertó no sabía si era de día o de noche, pues lo único que había era soledad y oscuridad, su cabeza y partes de su cuerpo dolían, con sus manos exploró la superficie donde se encontraba, parecía una cama, aunque está muy dura, al intentar ponerse de pie para caminar y salir de ahí, se da cuenta que está encadenada a la cama.El pánico y miedo se apoderan de ella, con una nueva punzada de dolor en la cabeza recuerda lo sucedido, descubrir que Devon, él hombre que fue su padre por años, le escondió a su hijo, y además que descubrió en otra mentira, siempre conoció perfectamente a la mujer que fue amante de Steven y por último él estallido, él último recuerdo