Durante dos semanas Arantxa no dejó que Leonardo hiciera ningún esfuerzo, había hecho una tabla con los horarios de los medicamentos, por las mañanas le hacía su curación y llevaba el registro de cómo iba evolucionado la herida, gracias a sus cuidados parecía que pronto saldría de la cama. Pasaban la mayor parte del tiempo solos en la habitación, ella de ser su doctora se había convertido en su enfermera, para evitar que hiciera algún esfuerzo lo bañaba asegurándose que sus manos estuvieran lejos de ella, porque cada vez que tenía oportunidad, la acariciaba de una forma que le provocaba deseo, de estar entre sus brazos, los cuales debía reprimir para evitar que pudiera causarle algún daño. Diego permanecía en el departamento, pero él siempre estaba en la sala o en la cocina trabajando, buscando pistas para por fin dar con él que la amenazaba, llevaba la demanda junto con el abogado de Leonardo del terminó de la sociedad con Valentina, después de lo que había intentado hacerle a Aran
Arantxa sintió un vuelco en el corazón al escuchar las palabras de Diego, eso podía significar que pronto tendría a su hijo en sus brazos, le explicaría que ellos nunca quisieron abandonarlos, que supiera que ellos fueron victima de un engañó y demostrarle cuanto lo querían.—¿Qué pista Diego? — preguntó Leonardo sin soltar la mano de Arantxa que se había vuelto fría tras la noticia. —Steven donaba cierta mensualidad cada mes a un orfanato de México— como fue posible que Steven había logrado sacar a su hijo del país, sin que nadie le pidiera los papeles de su hijo— desde su muerte el orfanato no ha recibido ese apoyo, por eso las personas que administran el lugar se contactaron con él por medio de un correo, le escribieron como si el aun estuviera vivo, tengo la sospecha que no están enterados de su muerte. —Vamos, quiero ir por mi hijo— ella tenía un deseo de estar ya en ese lugar, teniendo a su hijo en brazos— quiero decirle cuanto lo quiero. —Danos la dirección Diego— escuchó qu
Leonardo mentalmente descartaba quien podía estar detrás de que ese hombre se declarará culpable de algo que claramente no era responsable, su primer sospechoso había sido el secretario de seguridad, algo completamente erróneo, pues no era de esas personas que usaban el dinero para comprar a la justicia. También pensó en Devon, pero lo descartó, pues sabía perfectamente que no era de su agrado, y no creía al pensar que estaba muerto tuviera la buena intención de limpiar su nombre. No, además que no le parecía la forma, pues no le gustaba que un hombre estuviera en la cárcel por algo que no hizo. —¿En que piensas? — la sutil caricia de Arantxa lo sacó de sus pensamientos. —En ese hombre, yo se que él no es el culpable que esa porquería estuviera en mi agencia— tomo su mano y la llevó a sus labios— desde ese día supe que todo fue orquestado por John, solo por destruirme.—Si, tienes razón— miró con asombro a Arantxa que estaba muy convencida como si ella supiera algo— el día que Val
Tenía que estar en una pesadilla, no podía ser cierto lo que acaba de escuchar de boca de esa mujer, su hijo debía ser uno de esos niños que estaban ahí corriendo, riendo, gritando o sentado en un rincón, pero su hijo no fue entregado así de fácil a otra mujer que dijo ser su madre. —¿Cómo es posible que le entregaran a mi hijo a una mujer simplemente porque dijo que era su madre? — replicó con suma molestia Arantxa, la ilusión de verlo por primera vez y la emoción de tener a su hijo en brazos esa misma tarde se había esfumado por completo.—No fue así, le hicieron las pruebas de ADN para demostrar su parentesco— como fue que hicieron que esas pruebas salieran positivas o el niño que había dejado ahí Steven no era su hijo. —¿Cuándo dejó a ese bebé aquí el abogado? — preguntó con la esperanza que no fuera el único que separaba de su madre, que fuera algo que hacía por deporte para ver sufrir a las mujeres por la supuesta muerte de su hijo. —El 22 de junio— con la fecha tenía, no nec
Nunca se imaginó que pudiera ser nominada a ese premio, era un logro del que debía estar brincando de felicidad, pero no era así, no cuando le faltaba un pedazo de su corazón. —Estas nerviosa mi ángel— sintió los brazos protectores de Leo que la apretaban a su cuerpo.—Si, nunca pensé que pudiera recibir ese premio— dibujó una media sonrisa, sin dejar ver el reflejo de su rostro en el espejo, ya había pasado una semana desde que habían ido a buscar a su hijo. Diego estaba cumpliendo su palabra que había dado, que no descansaría para dar con esa mujer, a pesar que no tenía más que una descripción física que Zoe le había dado a Leonardo. Mientras tenía un equipo de personas que investigaban más sobre Steven, y quien estaba detrás de las amenazas las cuales no cesaban, todos los días tenía una nueva en su teléfono con un número diferente. —Como no, si eres la mejor doctora que conozco— beso su cuello— la más hermosa— ella se sintió como su piel se erizaba como la primera vez que sinti
Todo era confusión, personas con el teléfono llamando a los números de emergencia, otras grabando como él auto se volvía calcinaba, las sirenas de los bomberos se escuchaban como se venían acercando por la avenida. Nadie entendía que era lo que estaba pasando y como fue que él vehículo había explotado, por las redes comenzó a circular las imágenes del auto, que no sabían si dentro de él pudiera haber estado personas. Un quejido en la penumbra de la noche alerto a uno de los bomberos que llegaba para contener las llamas del vehículo, siguió el sonido hasta detrás de unos de los autos que había sido aventado por la explosión. Casi debajo de él vio la figura negra de un hombre que cubría algo o a alguien. —Llamen una ambulancia hay personas heridas— dijo el bombero llamando la atención de sus compañeros, se acercó para ver como podría auxiliar al hombre, cuando este se movió dejo ver a una mujer embarazada debajo de él. —Arantxa — dijo con un gimoteo Leonardo— Ara mi vida dime que e
Creía que nunca volvería a sentir ese dolor tan grande, pero ahí estaba, carcomiendo su alma, provocando lágrimas de sufrimiento al saber que su vientre estaba vacío, tenían que estar equivocados, debía ser un sueño del que no podía despertar, de pronto sintió los brazos de Leonardo que la envolvía con su calidez, quería apartarlo, no quería que sintieran lástima, ni tampoco quería ser consolada, ella quería volver el tiempo atrás y no estar en ese lugar cuando el auto explotó, quería sentir a su hijo en su vientre.—¡No! ¡no puede ser verdad! — gritó con desesperación— mi hijo no puede estar muerto— las lágrimas de Leonardo mojaban su bata, él también estaba llorando, al percibir su sufrimiento se dejó abrazar por él, lo abrazó con fuerza, comprendía que no estaba pasando por eso sola, que Leonardo estaba con ella. Dejó de gritar, pero no dejó de llorar, no cuando él dolor se instalaba en su corazón, ninguna madre estaba preparada para perder a un hijo que esperaba con todo el coraz
Devon llegó junto con su esposa al hospital, querían saber el estado de salud de su hija, se sentían indignados que nadie tuvo la cortesía de avisarles lo que había pasado en la noche, sino fuera por las noticias, ellos seguirían ignorando lo sucedido a Arantxa. —¡No saben quién soy! — gritaba Devon con altanería a las enfermeras— el empresario Devon Olivares y la que está en esa habitación es mi hija Arantxa Olivares que fue traída aquí desde la noche— la mujer lo miraba como si estuviera acostumbrara a recibir ese tipo de tratos — tengo el derecho a que me informe cuál es su estado de salud.—La paciente se encuentra estable, y fuera de peligro— se limitó a decir— ahora no es hora de visitas, debe esperar hasta más tarde.—No me importa que no sea hora de visitas, ella nos necesita— habló Alba con un tono más mensurado pero autoritario— nos permite entrar a verla o hablaremos con el director para que la despida por…—El director fue quien dio la orden para que nadie pudiera entrar—