«—Lo siento...—dijo el médico y Joaquín no esperó que terminara de hablar, corrió al quirófano»
El joven Duque abrió las puertas de golpe, parpadeó al mirar que el monitor cardíaco emitía frecuencia.
—¿Qué pasa? ¿Está respirando? ¿Está viva? —inquirió a una enfermera.
—Está viva... Ya mismo viene el doctor Botero a explicarle —indicó la joven, entonces con el corazón temblando, se acercó a su esposa, la tomó de la mano.
—¡Mi reina! Soy yo... Tu Duque, por favor despertate...no nos vayas a dejar te lo suplico.
Joaquín se acercó le dio un beso en los labios; pero ella no reaccionaba, entonces el doctor ingresó, y el joven lo mir&oa
Las semanas transcurrieron las niñas fueron dadas de alta. Joaquín antes de llevarlas a la hacienda, pasó a la habitación de María Paz, quería que sintiera a sus pequeñas, quizás ellas le devolverían a la vida, acercó una a una a las niñas, fue entonces que observó a su esposa sonreír, él sacudió la cabeza, pensando que lo imaginó; de inmediato llamó al doctor que la revisara. El caso de María Paz estaba en manos del doctor Muñoz, uno de los mejores neurocirujanos del país. —¿Qué sucede? —preguntó al joven. —La vi sonreír —dijo él acomodando a sus niñas en el portabebés. El médico le pidió que saliera, para examinar a la paciente. Mientras esperaban noticias Diana y Mariana, les daban el biberón a las pequeñas, que empezaron a llorar de hambre. —¿Estás seguro de que sonrió? —preguntó Rodrigo. —Sí
Queridos lectores mis duquecitos y yo les agradecemos por el tiempo que se han tomado en leer esta alocada historia. Espero la hayan disfrutado. Hay unos capítulos extras más de estos loquillos, pero los publicaré en el libro de Carlos Duque, que ya la pueden leer y titula: Hoy te vuelvo a enamorar. Por otro lado, no olviden seguirme en redes sociales: F*: Si me ves llorar por ti by Angellyna Merida. Les dejo de nuevo el orden de los libros: Un contrato por amor: Finalizado y publicado. (Historia de Nick y Ariadna) Déjame decir que te amo: En proceso. (Historia de los hijos de los protagonistas del primer libro) La esposa infiel: (Historia de Diana y Rodrigo Vidal
"Sacar conclusiones apresuradas, nos puede llevar a la angustia sin razón" Anónimo. Manizales- Colombia. Las hojas secas y ocres que el otoño dejaba a su paso crujían bajo las pisadas del joven, quien se aferraba con suavidad a las pequeñas, manitos de las niñas que lo acompañaban. Caminaba a paso lento, y su mirada iba cubierta de melancolía, respiraba agitado, y el hondo vacío en su alma se hacía presente, como cada año, en aquella fecha. Una vez que llegó a su destino, su mirada azulada se enfocó en las blancas y frías paredes de aquel lugar, entonces observó a las personas a su alrededor y asintió. Las ágiles manos de unos músicos tomaron el arco y rasgaron las cuerdas del violín: «Déjame llorar by Ricardo Montaner» empezó a sonar frente a la fría tumba del mausoleo de la familia Duque, por celebrarse un aniversar
"...Me entenderás, cuando te duela el alma, como a mí..." Frida Kahlo.Manizales- Colombia.Hacienda la Momposina. Años antes.Miguel Ángel Duque observaba con melancolía las grandes hectáreas de cafetales que rodeaban su casa. Liberó un largo suspiro rememorando la celebración que realizaba su esposa antes de empezar la cosecha, sin embargo, desde que ella falleció todo cambió.Miró su reloj de muñeca con impaciencia esperando ver llegar a su hijo menor de Estados Unidos, sin embargo, el jeep que fue por el joven al aeropuerto no aparecía. Presionó sus labios y bajó al gran salón de la casa y cuando se dirigía a la cocina el sonido del motor de un automóvil detu
"Solo una vez te miré. Y eso bastó para atarme. A esos, tus ojos de sol. Y más nadie que yo. Será quien te ame"... Carlos Montilla.Bogotá- Colombia.Para olvidar aquel sueño que la perseguía desde la niñez, se puso a caminar por el aeropuerto. Tenía tres horas para estar ahí, sin embargo, por más que intentaba desechar aquel sueño no podía, entonces fue a las diversas tiendas y adquirió varios dulces, y obsequios, enseguida su mirada se iluminó al leer el letrero de su café favorito.«Amo Colombia» dijo en su mente y sonriendo con amplitud caminó en dirección a aquel lugar. A medida que se acercaba su corazón se aceleraba y no comprendía nada. Presionó con fuerza su bolso, miró a todo lado,
"... Barcoa la deriva que, se hunde un poco cada día. Barco a la deriva que, no puede ver el faro que le guía..." Guillermo Dávila.***Joaquín rascó su nuca y su mirada se enfocó en la chica, la persiguió con su vista, notando lo atractiva que era, y la seguridad con la que caminaba.—Eres muy bella —comentó.María Paz tomó asiento en la sala de abordaje, se llevó las manos al pecho, respiró profundo, entonces cerró sus ojos y la mirada de él se le vino a la memoria.Joaquín… Duque de Manizales —murmuró suspirando—, no, esto no puede ser posible —comentó.—¿Disculpe? —cuestionó una señora que estaba junto a ella.María
“Mírame. En nada me consigo concentrar. Ando despistado todo lo hago mal. Soy un desastre y no sé. Que está pasando…” Alejandro Sanz. ****East Hampton- Nyc, UsaVarios días después. María Paz mantenía su mirada fija en la pantalla de su computador, sonreía contándole a su mejor amigo Matt sobre todas las aventuras que había vivido en sus vacaciones en Ecuador, y él le hablaba de su visita a Europa.—Estuve en el palacio de Kensington, pero no tuve la suerte de conocer a ningún Duque. —Carcajeó el chico observando con atención como los labios de la joven se abrieron en una gran O.—¡Qué
La jovencita enrojeció al recordar que le mintió, y más por lo que su hermano mencionó, miró como el semblante de Joaquín se iluminó, y una amplia sonrisa apareció en los labios del joven.—¡Vaya! —exclamó—, así que vos querés casarte con un Duque —mencionó divertido—, debo aclararte que yo, no estoy disponible. —Elevó una de sus cejas mirándola a los ojos.María Paz lo observó de pies a cabeza.—Con un Duque de verdad, no con una imitación barata —expresó avistándolo con desdén.—Ya quisieras que este Duque se fijara en vos —mencionó él.—Dios te agarre confesado Joaquín —intervino Santy riendo. María Paz golpeó con su puño