“… Son tus labios el ángel de la tentación…” Alberto Plaza.
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Semanas después.
María Paz se observaba al espejo, retocaba por última vez su maquillaje. Se miraba de todos los ángulos, acomodaba unos mechones de su cabello, ese día era muy especial, cumplía sus dieciocho años, convenció a sus padres de realizar la celebración en una discoteca de la ciudad. Ellos le dieron gusto.
—¿A quién quieres impresionar? —preguntó su madre ingresando a la habitación de su hija.
—A nadie mamá —respondió sonriente la muchacha, mientras Diana, le acomodaba el cabello—. Gracias. —Las dos se observaron al espejo, y luego María Paz m
“…Quiero que tus sentimientos sean puro mineral, polvo de cometa al viento del espacio sideral...” Luis Eduardo Aute. **** Él le brindó esa sonrisa seductora que a ella ponía sus piernas a temblar, le guiñó un ojo y luego cuando la música terminó ambos se separaron y cada uno tomó un camino diferente, él se fue a reunir con Santiago y María Paz conversaba con sus amigas. Joaquín estuvo charlando un par de minutos más, después se despidió de su amigo aludiendo que tenía una cita muy importante. Minutos más tarde María Paz escabulléndose de los invitados y de las miradas de sus padres logró salir, caminó a toda prisa hacia la parte de atrás de la discoteca. Joaquín la esperaba impaciente cuando escuchó el ruido de sus tacones, la observó acercarse a él y María Paz se lanzó a sus brazos y lo besó. Él la tomó
“… Cuando te despiertes y me veas sonriendo va a tener sentido. Todo el tiempo ido que he desperdiciado antes de estar contigo…” Santiago Cruz **** En alta mar los meseros se acercaron a la mesa que estaba decorada con un fino mantel blanco, velas artificiales y rosas en el centro. Los jóvenes colocaron el delicioso pastel de chocolate cubierto con crema chantilly, y fresas. Joaquín tenía a María Paz abrazada a él, con una de sus manos le cubría los ojos para que no viera la sorpresa. Cuando los meseros se retiraron, Joaquín descubrió los párpados de la chica. —Ya puedes abrirlos, mi reina. En ese momento María Paz levantó sus parpados, su verdosa mirada se iluminó al observar la gran sorpresa, ella estaba tan feliz e ilusionada que ni se acordaba que en tierra dejó a sus padres y amigos en plena fiesta.
“Cuando te bese el viento, tendrás que recordarme…” Claudio Vallejo. Diana y Rodrigo llegaron a casa, el señor Vidal en la habitación caminaba de un lado a otro molesto sostenía su móvil en las manos, insistía en comunicarse con su hija, sin embargo, el celular enviaba a buzón.—Esa niña es una inconsciente Diana, mira la hora que es y no es capaz de comunicarse con nosotros.—Tranquilo mi amor, si le hubiera pasado algo ya nos habríamos enterado. Ya nos llamara, de seguro está en algún lugar donde no hay señal.—¿Por qué estás tan tranquila?—Porque conozco demasiado bien a nuestra hija, le hemos inculcado principios y valores, sé también que, si tiene novio, ese muchacho debe se
“…Tú y yo haciendo una fábula. Tú y yo jugamos un verso sin comas si reglas…” Enmanuel. ****Manizales-Colombia.Carlos Mario Duque, la noche anterior no había podido conciliar el sueño y hoy se dirigía a la casa de su madre. Lugar que por cierto no le gustaba ir por muchos recuerdos que lo atormentaban.En una emisora de radio en la cocina sonaba «Yo no lloro por llorar by Diego Verdaguer»«Si me enamoré algún día, nunca fui querido como los demás. Si he sembrado rosas, tuve las espinas, pero nada más»Esa parte de la canción le llegó a lo más profundo de su alma, se estremeció hasta los huesos, inhaló hondo, e ing
“…En la cárcel de tu piel me retiene la pasión. Y por qué voy a negar que me encanta mi prisión…” Braulio. **** New York- Usa. Aquella tarde el joven Duque se hallaba en la casa de su amigo Santiago. No lograba concentrarse en las tareas porque María Paz lo había descubierto coqueteando con Angélica una compañera de clases. Justo cuando estaba por salir de la mansión Vidal, la llamada de su padre lo detuvo, luego de hablar con él un par de minutos Joaquín palideció. —¡Maldición! —gruñó el joven y le contó a Santy que su papá le había cancelado las tarjetas de crédito, aún sin poder creer eso salió en su auto y se detuvo en el primer cajero, cuando ingresó la clave, la tarjeta apareció bloqueada—. No puede ser —mencionó agitando su cabello, enseguida subió al vehículo y se
“Regálame una noche llena de ternura, y deja que mis manos acaricien tu piel, sin miedo que lo nuestro no es una aventura, como cualquier desliz que tuve en el ayer…” Los Inquietos. *** Joaquín presionó sus labios, respiró profundo al instante que su Lamborghini llegó al estacionamiento del edificio. María Paz se estremeció cuando el rugido del motor se apagó, suspiró profundo sintiendo su estómago encogerse. Los dedos de Joaquín rozaron los de la chica cuando la ayudó a salir del auto y aquel corrientazo que desde el día que se conocieron habían experimentado volvió a transitar por su piel. Los delicados pies de María Paz tocaron el piso y sus largas, firmes y bien torneadas piernas bajaron del auto. Joaquín la observaba embelesado, entonces cuando ella irguió su figura sus rostros quedaron uno frente al otro y su
“Solo quiero una noche llena de ternura. Que me ames para amarte olvidando el ayer…” Los Inquietos. *** Luego de unos minutos cuando el torbellino cesó, Paz retiró su rostro del cuello de él. —Es mi turno —mencionó batiendo sus pestañas. Joaquín la miró extrañado. —No comprendo —comentó, entonces ella deslizó su mano hacia la virilidad de él—, quiero hacer lo mismo —propuso, y empezó a acariciarlo, y por más que Joaquín habría querido decir que no, la cordura desapareció de su mente, al momento que sintió la lengua de ella recorrer su cuello. —Mi reina...—Gruñó presionando sus dedos en la cintura de ella, entonces frunció el ceño cuando la chica se detuvo. —¿Qué sucede cuestionó? María Paz sonrió y bajó de la barra, enseguida sus dedos acariciaron el pecho del joven y lueg
“…Ella todo me lo dio, deseando estar al pie, fue mi verso y mi papel fue mi amiga y fue mi amor…” Ricky Martin. Después del fuerte regaño que recibió María Paz por parte de su progenitora días atrás, dejó de escaparse para encontrarse con Joaquín. La jovencita estaba preocupada por la situación económica del joven. No había podido ir a verlo porque entre las clases de la universidad y su trabajo en la empresa pasaba todo el tiempo ocupada, pero ese sábado salió en su auto se dirigió a un supermercado, y pasó por un restaurante, y luego llegó al edificio en donde residía el joven. El conserje le ayudó con las bolsas de las compras. **** Joaquín sentado en la sala de su apartamento sostenía en sus manos una lata de cerveza que era lo único que le quedaba luego de haber gastado casi todo el dinero que Santiago le había prestado.