“Solo quiero una noche llena de ternura. Que me ames para amarte olvidando el ayer…” Los Inquietos.
***
Luego de unos minutos cuando el torbellino cesó, Paz retiró su rostro del cuello de él.
—Es mi turno —mencionó batiendo sus pestañas.
Joaquín la miró extrañado.
—No comprendo —comentó, entonces ella deslizó su mano hacia la virilidad de él—, quiero hacer lo mismo —propuso, y empezó a acariciarlo, y por más que Joaquín habría querido decir que no, la cordura desapareció de su mente, al momento que sintió la lengua de ella recorrer su cuello.
—Mi reina...—Gruñó presionando sus dedos en la cintura de ella, entonces frunció el ceño cuando la chica se detuvo. —¿Qué sucede cuestionó?
María Paz sonrió y bajó de la barra, enseguida sus dedos acariciaron el pecho del joven y lueg
Duquecitas espero hayan disfrutado estos capítulos. Estos dos sí que son intensos, y tal para cual. ¿Qué les pareció ese instante lleno de fuego entre Majo? No olviden dejar sus comentarios, sino el Duque se resiente, y ahora en la historia se viene lo candente.
“…Ella todo me lo dio, deseando estar al pie, fue mi verso y mi papel fue mi amiga y fue mi amor…” Ricky Martin. Después del fuerte regaño que recibió María Paz por parte de su progenitora días atrás, dejó de escaparse para encontrarse con Joaquín. La jovencita estaba preocupada por la situación económica del joven. No había podido ir a verlo porque entre las clases de la universidad y su trabajo en la empresa pasaba todo el tiempo ocupada, pero ese sábado salió en su auto se dirigió a un supermercado, y pasó por un restaurante, y luego llegó al edificio en donde residía el joven. El conserje le ayudó con las bolsas de las compras. **** Joaquín sentado en la sala de su apartamento sostenía en sus manos una lata de cerveza que era lo único que le quedaba luego de haber gastado casi todo el dinero que Santiago le había prestado. 
“… Te necesito más que al aire. Más que al agua y que a la vida. Más que al sol de cada día. Necesito tu calor…” Manuel Mijares. **** María Paz empezó a contonear las caderas al igual que lo hacía la cantante. Entretenida en su tarea de acomodar los víveres en los gabinetes, no percibió la presencia de Joaquín. El joven abrió los labios ligeramente al verla bailar con aquella sensualidad característica de la jovencita, inhaló profundo y sin poder evitarlo su cuerpo reaccionó, El sensual vaivén de las caderas de Pazlo tenía paralizado, imaginó verla danzando sobre él de esa forma, entonces sacudió su cabeza, y con lentitud se acercó a ella, la tomó de la cintura. La joven se quedó estática suspiró profundo al sentir las manos de él tocando su piel, todo su ser se erizó, cerró sus ojos y asp
“… Libidinosamente libar el néctar de la flor de tus mareas lamiendo la miel salada que te fluye, y quema mi lengua que vibra lasciva. Entre savia y saliva…” Luis Eduardo Aute. **** Joaquín no entendió por qué ella le dijo eso, pero escuchar esas frases reconfortaron su alma solitaria. —Yo estoy seguro de que fue mi mamá la que te puso en mi camino. La joven sintió su corazón latir con fuerza. —Yo tengo la completa seguridad de que es como tú dices —afirmó ella, él la tomó de la mano y se la besó. —Yo estaré muy agradecido con el ser que te puso en mi camino — concluyó Joaquín besando a María Paz lo hacía con ternura, con cariño, con amor y profunda gratitud. Se separó de ella y entrelazó sus dedos. —Hay pendiente dos cop
“… Tú me cambiaste la vida. Desde que llegaste a mí. Eres el sol que ilumina todo mi existir…” Río Roma. *** María Paz bajaba los escalones de la biblioteca de la universidad, al finalizar la última grada se colocó sus lentes para el sol, y sobre sus stilletos de tacón de aguja caminaba hacia el estacionamiento. Alguien tomó su brazo y detuvo su andar. La chica se sobresaltó y giró. —Casi me matas de un susto —recriminó a Santiago, su hermano. El joven sonrió, y Paz enseguida notó que la mano de Santy sostenía la de la chica que lo acompañaba, la jovencita ladeó los labios y se acercó a ella. —Hola, cuñada —saludó. Las mejillas de Alba se tiñeron de carmín, inclinó la cabeza avergonzada. —Buenos días —susurró, y Santiago notó como la mano de su
“…Me gusta lo que haces para conquistarme. Para seducirme, para enamorarme. Y vas causando efecto…” Chayanne. **** Joaquín clavó su profunda y sería mirada en ella. —¿Vos estás jugado conmigo? —reclamó. María Paz arrugó el ceño y lo observó a los ojos. —Yo no tengo ningún compromiso contigo —rebatió—, y este no es el lugar para tus reproches —enfatizó—. Ven a mi oficina —ordenó. Joaquín caminó sofocado tras de ella, su furia aumentó más cuando la recorrió con la mirada, y la observó con aquel vestido entallado que le llegaba más arriba de sus rodillas, y dejaban al descubierto sus espectaculares piernas. Frunció los labios imaginando a aquel hombre que minutos antes la cortejó devorándola con la mirada. &nb
“… Si no existieras. Yo te inventaría. Como el sol al día. O tú, o ninguna…” Luis Miguel. *** El joven Duque divisó de reojo a su novia, y luego enfocó su azulada mirada en Santiago. —No puedo parce —respondió—, tengo una cita con mi chica. Santy se atragantó con la saliva, empezó a toser impresionado. María Paz tuvo que servirle un vaso con agua. —¿Es broma? —inquirió. —No —respondió Joaquín—, también tengo derecho a tener una relación. —Si no fuera porque lo escucho de tus labios no lo creería —respondió Santiago—, ni modo hermano, ya te pusieron la soga al cuello, buscaré a alguien más —manifestó y abandonó la oficina. María Paz se mordió los labios y abrazó a Joaquín. —Por un momento pensé que cor
Joaquín se miraba en uno de los grandes espejos del baño y no podía creer lo que sus ojos veían. Él enfundado en un overol de limpieza, negó con la cabeza, y colocó sus dedos sobre el mármol del lavamanos. —Esto no se hizo para mí —murmuró bajito. Rosita ingresó con el carro de utensilios de limpieza, y lo sacó de sus cavilaciones. —Hoy vas a lavar los baños del área de informática y ventas —ordenó. —¿Y qué debo hacer? —investigó Joaquín. La mujer bufó y tomó el cepillo de baño y un desinfectante, entonces vertió el contenido en la taza y le mostró a Joaquín como proceder. El joven sintió arcadas, su estómago se revolvió, palideció. —Luego de lavar todos los sanitarios, haces lo mismo con el lavamanos, los espejos y por último trapeas los pisos, debes verificar que cada cubículo teng
Alba se aferró a los brazos de él, correspondió al beso de Santiago, suspiró bajito, y su corazón se alegró, porque sabía que él no mentía, y que las demás chicas a pesar de ser de su misma posición social estaban fuera de su vida, entonces el temor se apoderó de todo el cuerpo de ella al recordar que ella no era sincera con él. —Hola, chicos —interrumpió el beso la voz de Angie. —Buenas noches —saludaron al unísono la pareja. Angélica sonrió y junto a ella los tres se sentaron en las butacas en la barra. Varios caballeros observaban a la atractiva morena, y la chica no perdía la oportunidad de coquetear. —¿Qué desean beber? —inquirió Santy. —Un Bloody Mary —dijo Angélica. Alba la codeó con su brazo. —¡Auh! —Se quejó mirando a su amiga—. Es un bar, y aquí se bebe lic