“… Tú me cambiaste la vida. Desde que llegaste a mí. Eres el sol que ilumina todo mi existir…” Río Roma.
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María Paz bajaba los escalones de la biblioteca de la universidad, al finalizar la última grada se colocó sus lentes para el sol, y sobre sus stilletos de tacón de aguja caminaba hacia el estacionamiento.
Alguien tomó su brazo y detuvo su andar. La chica se sobresaltó y giró.
—Casi me matas de un susto —recriminó a Santiago, su hermano.
El joven sonrió, y Paz enseguida notó que la mano de Santy sostenía la de la chica que lo acompañaba, la jovencita ladeó los labios y se acercó a ella.
—Hola, cuñada —saludó.
Las mejillas de Alba se tiñeron de carmín, inclinó la cabeza avergonzada.
—Buenos días —susurró, y Santiago notó como la mano de su
Queridos lectores. ¿Creen que arda Troya? ¿Qué opinan? El Duque se ve furioso, no dejen de comentar.
“…Me gusta lo que haces para conquistarme. Para seducirme, para enamorarme. Y vas causando efecto…” Chayanne. **** Joaquín clavó su profunda y sería mirada en ella. —¿Vos estás jugado conmigo? —reclamó. María Paz arrugó el ceño y lo observó a los ojos. —Yo no tengo ningún compromiso contigo —rebatió—, y este no es el lugar para tus reproches —enfatizó—. Ven a mi oficina —ordenó. Joaquín caminó sofocado tras de ella, su furia aumentó más cuando la recorrió con la mirada, y la observó con aquel vestido entallado que le llegaba más arriba de sus rodillas, y dejaban al descubierto sus espectaculares piernas. Frunció los labios imaginando a aquel hombre que minutos antes la cortejó devorándola con la mirada. &nb
“… Si no existieras. Yo te inventaría. Como el sol al día. O tú, o ninguna…” Luis Miguel. *** El joven Duque divisó de reojo a su novia, y luego enfocó su azulada mirada en Santiago. —No puedo parce —respondió—, tengo una cita con mi chica. Santy se atragantó con la saliva, empezó a toser impresionado. María Paz tuvo que servirle un vaso con agua. —¿Es broma? —inquirió. —No —respondió Joaquín—, también tengo derecho a tener una relación. —Si no fuera porque lo escucho de tus labios no lo creería —respondió Santiago—, ni modo hermano, ya te pusieron la soga al cuello, buscaré a alguien más —manifestó y abandonó la oficina. María Paz se mordió los labios y abrazó a Joaquín. —Por un momento pensé que cor
Joaquín se miraba en uno de los grandes espejos del baño y no podía creer lo que sus ojos veían. Él enfundado en un overol de limpieza, negó con la cabeza, y colocó sus dedos sobre el mármol del lavamanos. —Esto no se hizo para mí —murmuró bajito. Rosita ingresó con el carro de utensilios de limpieza, y lo sacó de sus cavilaciones. —Hoy vas a lavar los baños del área de informática y ventas —ordenó. —¿Y qué debo hacer? —investigó Joaquín. La mujer bufó y tomó el cepillo de baño y un desinfectante, entonces vertió el contenido en la taza y le mostró a Joaquín como proceder. El joven sintió arcadas, su estómago se revolvió, palideció. —Luego de lavar todos los sanitarios, haces lo mismo con el lavamanos, los espejos y por último trapeas los pisos, debes verificar que cada cubículo teng
Alba se aferró a los brazos de él, correspondió al beso de Santiago, suspiró bajito, y su corazón se alegró, porque sabía que él no mentía, y que las demás chicas a pesar de ser de su misma posición social estaban fuera de su vida, entonces el temor se apoderó de todo el cuerpo de ella al recordar que ella no era sincera con él. —Hola, chicos —interrumpió el beso la voz de Angie. —Buenas noches —saludaron al unísono la pareja. Angélica sonrió y junto a ella los tres se sentaron en las butacas en la barra. Varios caballeros observaban a la atractiva morena, y la chica no perdía la oportunidad de coquetear. —¿Qué desean beber? —inquirió Santy. —Un Bloody Mary —dijo Angélica. Alba la codeó con su brazo. —¡Auh! —Se quejó mirando a su amiga—. Es un bar, y aquí se bebe lic
Los labios de Santiago abandonaron los de Alba. La chica bebió un sorbo de su frío coctel para aplacar aquel calor que le provocó la melodía y el apasionado beso de su novio. El joven Vidal notó que tanto su hermana como su amigo habían desaparecido. Sacudió su cabeza intentando no hacer conjeturas apresuradas. Giró su rostro y miró a Paz regresar a la barra, y enseguida reconoció al chico que ella esperaba, era su amigo Matt. Instantes después Joaquín se reunió en la mesa con ellos, y luego de una ronda de canciones y de licores. María Paz tomó el micrófono. La chica se puso de pie y miró en la pantalla esperando que le colocaran la melodía que solicitó. Chiflidos y aplausos no se hicieron esperar por parte de los caballeros con tan solo verla, enseguida las notas de una antigua canción de Angélica María que Diana siempre le dedicaba a Rodrigo y que Paz se la sabía de memoria sonó.
“…Bien tu amor me hace bien. Tu amor me desarma. ¡Ay! Tu amor me controla. Me endulza, me encanta” … Mark Antony. *** En el instante que María Paz se acercó a agarrar su bolso que lo había dejado en la barra junto a Matt, sintió que alguien la tomó del brazo. —Nos vamos a casa —avisó Santy. Paz sacudió su cabeza extrañada. —No vinimos juntos —refuto—. Me voy con Matt —mintió. Santiago observó al amigo de Paz, y no se convenció de la respuesta de su hermana. —Perfecto, ve con él, pero yo te sigo —informó—, es peligroso que conduzcas sola a estas horas. María Paz arrugó el ceño, y colocó sus manos en la cintura. —¿Por qué te comportas así? —indagó, y en ese momento Joaquín se acercó a ellos.
“… Porque al caer me levantas. Porque mi voz y mi espíritu se agita. Cuando dices que me amas. Porque tu amor como es verdad me vuelve el alma” … Mark Antony. **** Miguel abrazó a su hijo conmovido. —Debo conocer a esa muchacha, tiene que ser un ángel, para que haya hecho el milagro que yo no logré. Joaquín carcajeó al escuchar que la comparó con un querubín, cuando ella era una diablilla. —Ella se convirtió en la luz que alumbró mi oscuridad, se transformó en la calma que mi atormentada vida necesitaba, es el aire que respiro, es todo para mí. Miguel Ángel sonrió complacido al escuchar a su hijo hablar de esa manera. —¿Cuándo me la presentas? —Todo a su debido tiempo papá, hay asuntos que necesitamos arreglar con la familia de ella, y entonces
En las oficinas del Consorcio colombiano de café: Alma mía en New York, el detective le entregó a Carlos Mario, el informe acerca de la investigación de la vida de su hermano.En primer lugar, el joven se dio cuenta de que Joaquín, les había estado mintiendo durante algún tiempo, indicando boletas falsas de calificaciones. Notó que iba retrasado un año.—¡Este si es un pendejo! —Resopló Carlos; y prosiguió leyendo: lo que más le llamó la atención fue el acta de matrimonio de su hermano en Colombia, en el cual decía que estaba casado con Andrea Carmona. Sin embargo, el investigador no había podido dar con esa mujer. Lo que sí incluyó en el informe fue el acta de nacimiento de un niño cuyo nombre era Carlos Gabriel Duque Carmona.—¡Vaya el muy idiota de mi