María Paz de la mano de su esposo abandonó la que fue su casa con el corazón estrujado, en su semblante se notaba la tristeza, era consciente que su padre se iba a enojar; pero nunca imaginó que le dijera que no podía volver.
—No llores mi reina, yo estoy con vos, estamos juntos mi amor —aseveró Joaquín abrazándola con fuerza.
—Yo estaba segura de que mi papá se iba a enojar; sin embargo, jamás pensé que al punto de no querer saber nada de mí —sollozó la joven.
—Mi amor hay que dejar que le pase el enojo, es comprensible debemos ponernos en el lugar de tu papá, él tiene miedo que yo no sea el hombre que vos te mereces pues.
María Paz con sus ojos llenos de lágrimas observó a su esposo, entristecida por la actitud de su padre; pero a la vez convencida de que hizo lo correcto al casarse con Joaquín.
—Te amo duquecito, no me importa si el mundo entero se pone e
Parece que don Duque anda muy interesado en Mariana. ¿Qué opinan? y ¿Qué opinan de la nueva locura del duquecito y eso de tener 5 hijos? Dejen sus comentarios.
New York- Usa. En casa de la familia Vidal el ambiente era tenso, con lo sucedido con María Paz, Diana estaba molesta con Rodrigo. Santiago no había salido de su habitación, al parecer quería estar solo, sus padres esperaban el momento indicado para que él les contara lo sucedido con Alba. —Diana, ¿Sigues molesta conmigo? Ella siguió digitando un correo en su computadora. Él se acercó, le empezó a acariciar el cabello, a hacerle cosquillas. La señora seguía seria, solamente se removía, cuando él la tocaba. —No pensé que fueras tan injusto Rodrigo Vidal, tú que siempre analizas las cosas antes de actuar, no tuviste corazón con tu propia hija. —Mi amor tú me conoces bien, no lo hice por maldad, sino porque deseo darles una lección, quiero probar si en verdad ese muchacho ama a nuestra hija— contestó él sentándose al frente de su esposa. &
El señor Duque antes de tomar asiento en su lugar se quitó la chaqueta y la colocó en el espaldar de su silla, entonces se sentó y escuchó con atención a Mariana, sonrió al ver las mejillas de ella enrojecidas. —Debe saber que usted es la primera mujer que me abofetea —comentó con sinceridad—, y sin haber dado motivo, pues. —Bromeó, y luego la miró a los ojos—. Tranquila, fue un accidente… Muy afortunado —susurró—, no habría tenido el placer de conocerla. —Elevó su mano para llamar al mesero. Mariana observó con detenimiento el pectoral de aquel atractivo hombre además de cómo se marcaban sus brazos al hacer algunos movimientos. Sacudió con discreción su rostro y no pudo evitar sonreír al escucharlo hablar. —El gusto es mío, ya no existen caballeros, en estos tiempos —Meció su cabello—. Espero que no se vaya con el mal recuerdo que le dejé, y lo olvide —solicitó. Miguel volv
Al día siguiente cuando la ciudad amanecía resplandeciente María Paz, contemplaba a su amado esposo que aún dormía, a pesar de que todavía sentía tristeza por la actitud de su padre, su corazón y su mente le repetían que mejor hombre no pudo haber encontrado, sabía que su amor era indestructible y nadie los iba a separar. Exhaló un suspiro, besó con ternura al hombre de su vida, se puso de pie, y tomó una camisa de él y se la colocó, fue hasta la sala en dónde el reguero de prendas en el suelo quedó como testigo de la fascinante noche que pasaron juntos. Caminó hasta la cocina y puso a preparar el desayuno para Joaquín, quién hoy en día había terminado sus estudios, ya era todo un economista y un importante hacendado; precisamente tenía una reunión en el consorcio, horas más tarde. El olor del tocino, despertó a Joaquín. Cuando estiró su brazo y no encontró a su mujer, se asustó; por un momento pensó qu
En el consorcio tal como lo vaticinó Paz una acalorada discusión entre Carlos y Joaquín se escuchaba hasta los pasillos de la empresa.—Recoge tus cosas y lárgate antes que te eche como a un perro —vociferó Carlos.—Atrévete, vamos ¡Hazlo! — gritó Joaquín.Los dos hermanos estaban a punto de irse a los golpes, si no hubiera sido por la llegada de María Paz, quien los miraba de manera inquisidora.—¿Ustedes dos nunca van a dejar de pelear? —recriminó a ambos—. Son hermanos, deberían desistir de los rencores —recomendó y se acercó a Joaquín, y lo abrazó, para luego dirigirse a su cuñado—. Creí que eras un hombre maduro, y me equivoqué contigo.—La que se
En horas de la tarde María Paz llegó al centro comercial por pedido de su madre, quién le solicitó que la ayudara con Alba, a comprar algunas cosas que la chica necesitaba, luego de que la propia Paz la encontró en el centro comunitario huyendo de Santiago. Diana conversó con la muchacha, y accedió laborar en la empresa de familia, y no negarle a Alex el derecho de convivir con su familia paterna. Luego llegó Joaquín quién junto a Santiago, y al pequeño Alex, se dirigieron a las tiendas de ropa de niño. Entre tanto Paz bromeaba con Alba y le insistía en que se comprara ropa sensual, la joven venezolana enrojecía cada vez que Paz tomaba atuendos atrevidos y se los mostraba. Después de hacer las compras Joaquín y María Paz aprovecharon para despedirse de Santiago. —Cuida a mi hermana —advirtió el joven Vidal a su cuñado. —Con mi vida —respondió él.
Manizales-Colombia. Varias semanas después. Entre hermosos amaneceres rodeados de cafetales, naranjos y colibríes, y el singular y exquisito aroma del café, los días de María Paz y Joaquín, transcurrían en perfecta armonía. Ella se había ganado el cariño de los trabajadores de la hacienda, estaba pendiente de ellos, de sus familias, como buena esposa, las tardes se metía a la cocina a aprender a preparar los platos típicos de la región y sobre todo las comidas favoritas de su esposo. Ella también les enseñaba a las cocineras de la hacienda a preparar deliciosas recetas ecuatorianas. María Paz al haber estudiado comercio exterior, se hizo cargo del área de exportación: Es decir ella emitía las respectivas facturas y guías de remisión de acuerdo a la cantidad de sacos de café que la exportadora comercializaba. Enviaban contenedores
Sierra Nevada- Santa Marta- Colombia Días después. Balcones de madera oscura ribeteados de ondas y de formas de muy buen gusto, fachadas blancas y otras coloridas componían un paisaje seductor, es así como Santa Marta daba la bienvenida a María Paz y Joaquín. Caminando tomados de la mano por la plaza de los enamorados, degustaron de la amplia gastronomía de la zona, con su particular costumbre de darse de comer en la boca uno a otro. Prosiguieron su recorrido observando las hermosas casas coloniales, transformadas en hostales que daban la bienvenida a los turistas, continuaron su paseo hasta llegar a la primera catedral de América Latina, en donde los guías turísticos los esperaban para darles un recorrido por la Sierra Nevada y sus tribus ancestrales. Subieron a una camioneta y tomaron la carretera observando la exuberante vegetació
Después de haber pasado cuatro días inolvidables en Santa Martha a su regreso los sorprendió la visita de los miembros del partido liberal, aquellos hombres trataron por todos los medios de convencer a Joaquín de aceptar la candidatura al Senado; sin embargo, él y su esposa se negaron con firmeza. Semanas más tarde Joaquín recibió la visita inesperada de miembros de la Federación Nacional de Cafeteros, con quienes salió a realizar una inspección; sin embargo, las noticias que ellos no trajeron no eran nada alentadoras. Cuando María Paz, bajó a la cocina una vez bañada y vestida preguntó por su esposo, las empleadas le comentaron que había salido con unos señores que llegaron de la capital, mientras ella se servía el desayuno Joaquín regresó a la casa. —Mi bella durmiente, se te pegaron las sábanas —mencionó y se acercó para besarla en la mejilla. —No debiste dejarme dormir tanto. —Mordi