Matthew—Je, yo no dije eso, pero apuesto lo que sea de que tú eres el estilo de “te toqueteo”, beso y luego para dentro. Dale fuego a la lata y cuando acabemos, cada cual para su esquina.Me puse bien rojo, en serio, nunca lo había visto así o sí. Es que tan malo era en esto de las relaciones íntimas, mi dios, me ha hecho dudar de mí mismo. No, esto no va a quedarse de este modo.—¿Y de qué tipo eres tú?Me acomodé, poniendo el brazo en el espaldar y mis dedos en mi barbilla, para mirarla directamente. Ella no desvío su mirada y me mostró su sonrisa.—Soy del tipo que no ha podido conocer lo que es hacer el amor, pero si ha dedicado su tiempo a leer, ver e incluso a veces practicar, lo que he visto sobre el tema.—Okey, entonces muéstrame.Ella abrió los ojos bien grandes y comenzó a pestañear sin detenerse. Ja, al fin, te tengo nerviosa desgraciada.—¿De qué hablas?Dijo casi en un susurro, este era mi momento por lo que me acerqué hasta estar bien cerca de su boca, disfrutaba verla
CarolYa lo sé, no estoy haciendo bien al tentarlo, de hecho, me siento como una ofrecida, pero puedes culparme. Hablé en serio cuando dije que perdí mi corazón con este hombre y sí, sé que jamás podré tenerlo, ya que está fuera de mi liga, sin embargo, puede que podamos tener un desliz. ¡Ah! De nuevo mis pensamientos son absurdos, pero quiero disfrutarlo entre mis piernas, quiero saber lo que es hacerlo con quien amas al menos una vez.Matt es un hombre hermoso, sus ojos verdes son únicos, pues tiene un amarillo en ellos más predominante que se aclara u oscurece de acuerdo con lo que sienta. Su pelo está corto, al estilo militar por los tratamientos, pero sé que tiene un color miel muy bonito. He visto fotos antes de su enfermedad y de pequeño al menos lo tiene como dije en un color miel. Sin embargo, en su adolescencia lo tenía teñido de blanco con rayitos plateados. Eso lo hacía lucir como toda una obra de arte, con esos hermosos labios gruesos y su nariz romana, je, je.Su rostro
MatthewMe desperté buscando su calor, pero ya no estaba en la cama. No me levante temprano porque es fin de semana y quería disfrutar más de su cuerpo junto al mío. Sentí el olor del desayuno y sonreí, quería ver con que iba a sorprenderme hoy, así que fui al baño primero para evadir un regaño y me preparé para encontrarla afuera. En lo que puse mis pies fuera de la habitación, escuché una voz que creí que jamás volvería a oír. De repente mis sentimientos estaban confundidos, no entiendo por qué, pero Claudia aún me atraía de alguna forma. No, no podía ser tan fácil, quizás no era ella, luego de esperar por meses que volviera a mi lado, es imposible que sea.Me dirigí a la puerta centrándome en Carol y preguntando qué hacía en la entrada. Ella no me respondía, así que abrí un poco más la puerta y al ver a Claudia me quedé frío, verla tan hermosa como siempre me sacudió. Pero algo dentro de mí me hizo reaccionar por lo que volví a fijarme en la cara de Carol, más ella nada más salió
Matthew—Ya veo que perdí mi oportunidad. —Se limpió el rostro y trato de aguantar las ganas de llorar—. Igual quiero que cuentes conmigo para lo que sea, si tu enfermera necesita un receso, yo puedo cubrirla.—¿Qué enfermera?—La chica que salió de aquí, estoy segura de que ella necesita tiempo personal también. Yo puedo…Bufe en risa.—Carol no es mi enfermera, es mi amiga, quien me ayuda y acompaña. Por lo que no tienes que preocuparte, podemos arreglarnos bien, pero muchas gracias por ofrecerte.—Ah, en serio, perdona, pensé que…—Olvídalo, vamos te acompaño a tu auto.Caminamos hasta allí y antes de irse volvió a atacar mis labios, esta vez la corte. Debía entender, que fue suficiente con la vez que me rompió al irse. Ya no habría otra oportunidad, le dije adiós y luego de ver que se ponía en camino volví a la casa. Busqué mi móvil y lo encendí, tenía muchas llamadas perdidas y mensajes. Me comuniqué enseguida con mi asistente y me contó todo sobre mi adorada familia, que estaban
MatthewElla me acompañó, pero por alguna razón no era igual que antes, nos estábamos alejando, hasta los del hospital lo notaron. Varios incluso me preguntaron si estábamos peleados, que por qué no estábamos mandándonos notas hoy. Yo estaba algo deprimido, no voy a negar que me afectó su distanciamiento, sobre todo porque hoy era un día especial que no hablaba con nadie. Sin embargo, había decidido que, por ella, quería cambiar esto.Casi se estaba acabando el suero y Carol ni había preguntado cómo me iba, si me sentía bien. En medio de mis pensamientos, entró una doctora a la sala, lo sé porque traía una bata y no me fije en nada más. Solo en que se detuvo justo frente a mí, igual no la mire, solo pensaba en mi coneja.—Pues si esa es la maravillosa cara con la que piensas recibirme, no haré la presentación para ti Matthew.De repente alcé la mirada y era mi coneja vestida de doctora, todos comenzaron a reír. Ella se acercó y besó mi rostro, dos veces, todos hicieron coro.—¡Awe!Co
Matthew—A veces dices cosas más raras, pero está bien, voy a pensarlo. Puedo pedirte un favor mientras tanto—Claro, lo que gustes.—Pase lo que pase, siempre serás mi amigo. ¿Verdad?Siempre lo he sido cuando en realidad quiero más que eso, me da tristeza, pero no puedo mostrárselo. Así que rio y le doy un abrazo para probárselo.—Siempre puedes contar con eso Carol, soy tu amigo pase lo que pase.Esa noche me despedí de ella y fui directo a mi dormitorio, pero no podía dormir, sentía unos celos angustiantes y seguía extrañando el tenerla en mis brazos. Aun así, no podía hacer nada, ella le daría su amor a otro hombre, el cual no sé ni en qué tiempo se encuentra con él. ¿Será que se llaman por videollamada? Ay, Dios, detente ahora mismo o te vas a volver loco. Traté de relajarme y caí en un estado de sueño, del que entraba y salía, en eso sentí mi puerta abrirse despacio. En segundos la cama se hundió y unas manos calientes abrazaron mi torso desnudo. Apreté fuerte los ojos y sentí
MatthewNo sé cuántas fotos nos tiramos, pero sí nos reíamos de la mayoría por nuestras monerías. Decidimos hacer un álbum con algunas y otras que tomáramos, más adelante. Sería un hermoso recuerdo si… no, lo veremos juntos en un futuro y reiré de nuestras locuras.La miro y me acerco para tenerla entre mis brazos nuevamente. Luego de darnos un poco de amor, nos levantamos y nos preparamos para el día, debía volver a las oficinas para organizar todo por allá. Hoy ambos teníamos el día bien enredado, ella debía ir a la universidad, yo quería que terminara su carrera como Gina había deseado y no debía seguir perdiendo su tiempo.Además de eso, había otra situación a resolver antes de entrar a trabajar. Debía ir a ver a Carl, tenía que saber si podía tener relaciones o no, si no era peligroso para ella que lo hiciéramos. Mientras descendemos en el elevador de la casa, decidimos finalizar el día juntos luego de resolver cada uno sus temas, ambos nos reuniremos en la compañía, la quería ce
MatthewDe repente se dirigió hacia mi grupo de trabajo y muy educadamente les hablo.—Disculpen la interrupción, pero acá el señor Matthew tiene prohibido saltarse su horario de alimentación. —Me miró muy seria y alzando una ceja—. ¿No es cierto?Sonreí, esta pequeña cosa mía iba a dominarme sin que nadie pudiese detenerla. Miré a mi gente y asentí, para volver a verla.—Nos vemos dentro de dos horas, todos pueden ir a almorzar.—Sí señor.En ningún momento nos quitamos los ojos de encima, ella me observaba molesta mientras que yo lo hacía con orgullo. Me levanté lento, caminé acortando nuestra distancia haciéndola retroceder. Tan solo tomé su mano llevándola conmigo a través de la puerta que conecta con mi oficina. La deseaba como loco, pero este no era el sitio, al menos no aún. Aun así, sí que podía hacer otras cosas al cerrar la puerta de mi despacho.Luego de besarnos y algo más por un buen rato, nos acurrucamos en el sofá de mi oficina donde me alimento como niño chiquito. Le c