Capítulo 3.

 Narra Marcela.

Me desperté con una sonrisa en los labios, esperaba despertar a Brandon besando cada parte de su cuerpo, pues nos encontramos de luna de miel, pero tal fue mi desilusión cuando vi el lado de la cama vacío.

¡De seguro está en la ducha! Pensé dándome ánimos a mí misma mientras caminaba hacia el baño, pero nuevamente me volvió el mal sabor de boca cuando vi que no estaba allí.

ꟷvamos Marcela no sea tan dramática, quién sabe si tu esposo se encuentra preparándote un rico desayunoꟷ me dije a mi misma mientras sonreía; volví a la habitación donde busqué un blusón, me lo puse rápidamente y Salí corriendo para la cocina.

Les cuento que desde ese día nuestra relación empezó a ir de mal en peor, Brandon empezó a llegar tarde a casa, y siempre que lo buscaba como pareja me rechazaba, pocas veces me tocaba, su trabajo empezó a crecer, tanto que cuando lo ascendieron. Un día  me dijo sabes que nos vamos a vivir a otro lugar, sin importarle mi opinión y yo como una esposa sumisa acepté su decisión.

Estando en la ciudad no me permitía salir, con la excusa de que me podría perder si andaba sola por las calles, tratándome de estúpida, mínimo él pensaba que yo era una retrasada que me perdería así de fácil.

Después de que desistí de querer salir a conocer el lugar en el que vivo; un día le dije que me ayudara a terminar mis estudios, me había decidido por auxiliar quirúrgico carrera que nunca he podido ejercer, pues él no me lo permitió con la excusa de que no tenía necesidad, porque él ganaba suficiente para mantenerme como yo quisiera… Al principio fue así, pero luego fue cambiando; después perdimos nuestro primer bebé, luego el segundo y más adelante el tercero.

Fue tanta mi desilusión que no quise tener más hijos, ya no quería arriesgarme más. Él empezó a tratarme muy mal, me decía que era una mula que consumía a mis propios hijos, detrás de eso llegaron los golpes.

Pero no entendía por qué mi cuerpo rechazaba a mis propios hijos los médicos y ginecólogos obstetras nunca supieron darme una explicación, pues según ellos todo estaba bien en mí a que lo mejor el problema era de Brandon. Cuando se lo manifesté ya se imaginarán el resultado de mi sugerencia, me golpeó hasta más no poder.

¡En qué momento me perdí esta no soy yo, vamos despierta Marce! Me dije a mi misma como tratando de despertarme del sueño en el que estaba metida.

Con el rostro magullado, dándome ánimos a mí misma  tomé la decisión y el valor para pedirle que me diera mi libertad por qué no sé en qué parte del camino me perdí. Él aceptó sin poner ninguna objeción, pero con una sola condición; y esta fue que le cediera las escrituras de la pequeña casa que mi padre nos había regalado el día de nuestro matrimonio y  pensé que si ese era el pago por mi libertad, lo haría sin importarme que para mí esa pequeña e insignificante casa tenga un valor emocional único, ya que se trata del gran esfuerzo de mi padre.

ꟷ sabes que la escritura de esa casa está bajo el nombre de mi padre ꟷ le expliqué algo que ya él tenía más que sabido, pero no tenía el valor para llamar a mi padre y decirle: sabes que papito la casa que compraste con tanto esfuerzo se la voy a regalar a mi marido para que me deje marcharme de su lado.

Marcela no te hagas la muy estúpida conmigo sabes que eso lo sé a la perfección, así que de ti depende irte de aquí ꟷ tal parece que le urgía deshacerse de mí.

ꟷ necesito un teléfono ꟷ le dije con ironía porque eso fue otra de los miles de cosas que él me había prohibido usar, me encontraba incomunicada y el día que deseaba hablar con mis padres tenía que ser desde su móvil y con él a mi lado.

ꟷ toma, pero no tardes demasiado ꟷ me dijo mientras me pasaba su móvil. Me ponía límite para todo.

Hola, papá ¿Cómo están ustedes? ꟷ lo saludé con normalidad evitando llorar para no preocuparlo.

Hola, nena, estamos bien, extrañando hablar contigo ꟷ tenía deseos de decirle que me viniera a recatar de este infierno.

Papá te estoy llamando, porque tengo problemas económicos y necesito vender la casa que me regalaste ꟷ le dije tan rápido, omitiendo el detalle de que el desgraciado de mi esposo me la estaba quitando.

Hija, no lo hagas esa es la única riqueza que poseo y te la he regalado a ti por favor busquen otra solución.

Lo siento ꟷ fue lo último que dije antes de colgarle la llamada, con la decisión tomada le entregué las escrituras de la propiedad.

ꟷ esa es mi Marce, lástima que lo nuestro llegó a su fin ꟷ me dijo esas palabras intentando tocar mi rostro, pero yo retrocedí, su toque me producía asco.

ꟷ Que tiene ese terreno que te interesa tanto— le pregunté con curiosidad cuando lo vi sonreír mientras leía el título. 

Le pregunté por qué entiendo que ese terreno no tiene gran valor, ya que está a las afueras de la ciudad muy apartada de las otras casas que estaban en los alrededores. Su respuesta fue  que solo se quería dar el gusto de dejarme en la miseria, por qué me iba a ir de su casa solo con lo que tenía puesto y dicho eso me tomó por el cabello para sacarme  a la calle.

Desesperada golpeé la puerta varias veces y lo maldije, pero él muy desgraciado nunca me abrió, al ver que ya los más chismosos de mis vecinos empezaban a salir, me retiré  por suerte en los bolsillos de mis bluyines tenía unos cuantos pesos. Eran pocos y en realidad no sabía qué hacer porque no me daban para regresar a casa de mis padres.

¿Qué haré? Me preguntaba mientras caminaba sin rumbo alguno hasta que a mi mente llegó la última conversación que tuve con mi amiga Fanny luz, donde ella me decía que se había mudado a la ciudad y aunque había pasado mucho tiempo igual no perdía nada con intentarlo así que le hice parada a un taxista, sin saber cuánto debía pagarle le dije la cantidad de dinero que tenía y que si me podría llevar a la dirección que le dije, él se sonrió como con cierta burla para luego preguntarme  en qué planeta vivía, porque con esa cantidad de dinero él me podría pasear por la capital completa, para mí fue un alivio la verdad fue que pensé que el dinero era muy poquito y que él no me podría dar el servicio.

Después de media hora pude llegar hasta la casa de mi amiga, habíamos estudiado juntas, ella vino a esta ciudad con el fin de trabajar,  estudiar y divertirse, ya que mi amiga era toda una “arroz”

La última vez que hablé con ella fue cuando vivía en la casita que me regaló mi padre, allí nos veíamos a escondidas, ya que Brandon me prohibió hablar o verme con ella y así lo hice, mi amiga me entendió y sencillamente se alejó.

 ¡Solo le pido a Dios que ella siga viviendo en este lugar!

Llegué hasta su puerta con los ojos hinchados de tanto llorar, el cabello un poco desarreglado y sudada.

Temía a que mi amiga me viera en estas condiciones, pero no me quedaba más que pedirle ayuda, así que toqué varias veces la puerta, y mi mundo cayó cuando nadie abrió, todo era silencio pegué mi frente a la madera de la puerta y lloré más y más, por mi mala suerte. Cuando pensé que no tenía oportunidad de ser recatada por mi amiga; alguien puso su mano en mi hombro.

— ya  se me  voy - comenté antes de darme la vuelta, pero al hacerlo quien me había tocado era ella mi amiga, tal parece que estaba haciendo la compra, pues había llegado con bolsas del supermercado en las manos y al verme las dejó en el piso.

ꟷ ¡oh por Dios, Marce! ꟷ exclamó sorprendida en el momento que me vio golpeada y yo no hice más que aferrarme a ella para seguir llorando mientras ella me correspondía al abrazo pasando suavemente su mano por mi espalda mientras me decía que todo estaría bien.

Pasamos a su casa y le conté todo lo que había pasado en el tiempo que no nos vimos ni hablamos, ella  no me podía creer que yo le hablara de la misma persona de la cual le hablaba maravillas hace 4 años,  pero igual lo odiaba por haberme prohibido verla. Le pedí de favor que me permitiera quedarme en su casa solo mientras conseguía trabajo y me organizaba, me miró con ternura y me dijo “esta es tu maldita casa zorra no tienes que irte nunca solo comprar buenos tapones para tus oídos, ya que soy muy escandalosa"

¡Mi amiga es única siempre me hace reír con sus ocurrencias!

 Así empezó mi nueva vida aunque lo que me pareció extraño era que ella se comportaba de manera rara y no paraba en casa. Yo tuve unos días difíciles, pero los supe superar, a los dos meses nuevamente mi amiga tuvo  que viajar a Canadá según ella  por motivos de trabajo y esta vez no sabía hasta cuando iba a estar  fuera, así que me dejó en su casa como dueña y señora, sin abusar claro, aún no conseguía trabajo, ya que nunca ejercí en mi carrera y era bastante difícil.

 Hasta que una amiga de Fanny me ayudó en un consultorio médico como recepcionista, bueno eso me alcanzaba para tener los servicios del apartamento al día y mis gastos personales, era todo muy estricto, pero subsistía con ello.  Un día mientras salía de la casa conocí a la vecina de la cual me hice muy amiga (la señora Sara) una mujer como de unos 60, o de 65 años que por cierto estaba muy bien conservada para su edad, desde ese día siempre me invitaba a tomar el té mientras me  hablaba de sus años mozos de su juventud y todo lo que hacía; su historia me pareció triste, pues ella me dijo que nunca encontró el amor de su vida, pero que no perdía la esperanza hasta que no diera el último suspiro y eso me gusta me llenaba de buenas energías y mucho positivismo

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