Capítulo 32 —MomentosDamiano:Cuando escuché la puerta de la habitación abrirse, supe que Alexandra bajaba las escaleras. El aroma del café recién hecho llenaba la cocina, y frente a mí, sobre la mesa, estaba el desayuno que había preparado. No era nada del otro mundo, pero me esforcé en hacerlo bien. Pan tostado, huevos revueltos y un par de frutas que encontré en el refrigerador. Nunca había hecho esto antes, pero sentí que era necesario, por lo menos hoy. Ella apareció en la puerta, con el cabello desordenado y una mirada sorprendida al ver la mesa lista.—¿Tú hiciste todo esto? —preguntó, con sus ojos recorriendo el pequeño banquete.—Lo hice —respondí, un poco incómodo, rascándome la nuca —No estoy acostumbrado, ya sabes… a hacer este tipo de cosas.Alexandra se acercó lentamente, todavía sin creer lo que veía, y se sentó en una de las sillas. Parecía en shock. Yo mismo no terminaba de asimilar lo que estaba haciendo, pero había algo en mí que quería demostrarle, aunque fuera de
Capítulo 33 —CelebraciónNarrador:Alexandra llamó a Analía a media mañana, para pedirle un favor muy especial.—Analía, ¿puedes hacerme un favor? —preguntó Alexandra, suspirando levemente —¿Podrías llevarte a Gio y quedarte con él hasta mañana? Necesito un poco de tiempo a solas con Damiano.Analía, siempre dispuesta a ayudar, no dudó en aceptar.—Por supuesto, Alex, no te preocupes, yo me encargo.Poco después, Analía pasó a recoger a Gio. Ya en el apartamento, el ni*ño reía en sus brazos, ella notó lo tranquilo que parecía, pero horas más tarde, Gio comenzó a ponerse inquieto. La fiebre llegó rápido, y el pánico la invadió. Quería llamar a Alexandra, pero ella le había pedido ese favor porque deseaba estar a solas con Damiano, y no quería perturbar ese momento tan necesario para ellos.En lugar de eso, decidió llamar a Leonardo.—Leonardo, perdona que te moleste, pero necesito que vengas, por favor —dijo, tratando de mantener la calma —Gio tiene fiebre, y no quiero preocupar a Alex
Capítulo 34 —Como un ángelNarrador:Damiano y Alexandra llegaron al restaurante, un lugar discreto pero elegante, con luces tenues que creaban una atmósfera íntima. El maître los condujo hasta una mesa privada, resguardada del bullicio. El lugar era ideal para una cena tranquila, lejos de las distracciones del mundo exterior. Él la observaba mientras Alexandra se acomodaba en su asiento. Había algo diferente en su forma de mirarlo, una sensación de complicidad que no habían compartido antes. Esbozó una leve sonrisa, satisfecho de cómo las cosas entre ellos habían comenzado a cambiar.—Este lugar es encantador —comentó Alexandra, mirando alrededor —Es perfecto para una noche como esta.Damiano asintió, sin dejar de observarla.—Quería que fuera especial. Después de todo, estamos celebrando el comienzo de algo nuevo, ¿no crees?Alexandra lo miró, con una sonrisa ligera pero genuina.—Sí, lo estamos.Los dos pidieron sus platillos, y la conversación fluyó sin esfuerzo. Hablaron de cosas
Capítulo 35— Dosis de realidadNarrador.Recorriendo los extensos pasillos de industrias Sinclair, siendo guiados por el mismo Jordan, Alex y Damiano contemplaban el lugar. Alexandra con gran fascinación al ser fanática del trabajo de la pareja, disfrutaba cada detalle; llegando a la puerta del taller mientras se dirigían a la sala en donde se encontraba Ginebra, ella se detuvo para observar como Cándida, la mano derecha de los señores Sinclair, preparaba un par de vestidos para un desfile que se llevaría a cabo en los días posteriores, y colocándose de pie a sus espaldas, tomándola desprevenida, Zorzi pregunto—¿Te gusta lo que ves? No sabía que te gustaba tanto el trabajo de ellosAlex, sin apartar la vista de las modelos que caminaban sobre una pequeña pasarela, asintió pareciendo hipnotizada, y llegando justo a su lado, Jordan, agregó.—Como ven, en unos días tendremos un desfile, así que trabajamos a toda máquina, solo porque se trataba de Damiano, es que hicimos una excepción pa
Capítulo 36 —MensajeNarrador:Jordan entró con su actitud habitual de desparpajo, interrumpiendo la tranquilidad del ambiente donde Alexandra y Ginebra estaban ultimando detalles del vestido, el cual ya había sido elegido.—Bueno, chicas, ¿les molesta si interrumpo un segundo? —preguntó con una sonrisa, pero ya estaba dentro.Alexandra lo miró, esperando lo que vendría.—No te preocupes, no tardaré mucho, Alex. Solo quería decirte que te preparé una sorpresa. —Jordan sonrió con su típico aire despreocupado —Sé que el vestido es increíble, pero he organizado algo para que te sientas aún mejor para tu noche de bodas.Alexandra levantó una ceja, curiosa.—¿Sorpresa? ¿Qué has hecho ahora, Jordan? —preguntó Ginebra, conociendo lo que era capaz de hacer su esposo.—Ah, nada, solo un pequeño detalle... —hizo una pausa, disfrutando del suspenso —He preparado un desfile privado de lencería para ti. Tres o cuatro modelos están listas para mostrarte lo mejor de nuestra última colección, así pue
Capítulo 37— Como una reinaNarradorColocándose de pie a las afueras del lugar acordado, Alexandra apretó el bolso en sus manos antes de seguir. Sabía que esa cita con Lucían podría estar cargada de malas intenciones; pero deseando conocer más a Damiano, se convenció de que debía asistir.—Alexandra ValenteManteniéndose de pie fuera al restaurante, Alex dijo su nombre para así poder ingresar, y señalándole a dónde debía seguir, empezó a caminar con cautela, hasta donde se encontraba Lucían de pie con una amplia sonrisa.Preguntarle a Damiano directamente sobre la rivalidad entre ellos, era una pérdida de tiempo, él de ninguna manera le contaría la verdad, y una parte de ella, no entendía el porqué necesitaba saberlo.—Señora Zorzi...Caminando hasta ella, Lucían, con una sonrisa de satisfacción en sus labios, se acercó a ella, y tomando su mano con delicadeza, depositó un casto beso sobre esta, que hizo que Alex elevara su mentón—Me alegra que haya llegado.Llegando a su lado, Lucí
Capítulo 38— Vil mentiras Narrador Permaneciendo de pie en la estancia de la mansión Zorzi, Alexandra recorrió el lugar con su mirada un poco abrumada por lo que recién había descubierto. Que si bien todo lo dicho por Lucían tenía intenciones de envenenarla en contra de Damiano, lo cual supo apenas lo escuchó, eso no le quitaba el hecho que logró perturbarla un poco. Caminando a las escaleras para dirigirse a la habitación en donde descansaría, se detuvo enseguida al ver la puerta del estudio entreabierta, y sabiendo que Damiano se encontraba allí trabajando como solía hacerlo antes de dormir, liberó una bocanada de aire, decidida a verlo. ¿Le diría lo que sucedió? ¿Le contaría todo lo que dijo Lucían de él? ¿O simplemente callaría para mantener la paz en la relación? Cambiando de dirección con su corazón un poco acelerado, llegó a la puerta del lugar, sintiendo duda de entrar, o no, y asomando su cabeza encontró a Damiano sumergido en la lectura, revisando unos documentos. —¿Ac
Capítulo 39 —La primera bodaNarrador:El día de la boda civil había llegado, era un evento discreto y completamente secreto. Para el mundo, Damiano y Alexandra ya estaban casados, pero todos los presentes sabían que la realidad era muy diferente. Lo que había comenzado como un acuerdo de conveniencia ahora tenía un nuevo matiz, pues Damiano se había enamorado de Alexandra. Los únicos testigos serían sus más cercanos; Leonardo y Dorian por parte de Damiano, Elektra y Analía por parte de Alexandra. Todos conocían la verdad, y aunque la boda era necesaria por razones legales, para Damiano significaba mucho más. Él se encontraba ajustándose la corbata frente al espejo de la pequeña sala que les habían asignado en el registro civil. Su rostro mostraba calma, pero quienes lo conocían sabían que estaba nervioso. Leonardo se acercó a él, cruzando los brazos mientras lo observaba.—No pensé que viviría para verte en esta situación —comentó Leonardo con una sonrisa —El hombre que juraba no pen