Capítulo 37— Como una reinaNarradorColocándose de pie a las afueras del lugar acordado, Alexandra apretó el bolso en sus manos antes de seguir. Sabía que esa cita con Lucían podría estar cargada de malas intenciones; pero deseando conocer más a Damiano, se convenció de que debía asistir.—Alexandra ValenteManteniéndose de pie fuera al restaurante, Alex dijo su nombre para así poder ingresar, y señalándole a dónde debía seguir, empezó a caminar con cautela, hasta donde se encontraba Lucían de pie con una amplia sonrisa.Preguntarle a Damiano directamente sobre la rivalidad entre ellos, era una pérdida de tiempo, él de ninguna manera le contaría la verdad, y una parte de ella, no entendía el porqué necesitaba saberlo.—Señora Zorzi...Caminando hasta ella, Lucían, con una sonrisa de satisfacción en sus labios, se acercó a ella, y tomando su mano con delicadeza, depositó un casto beso sobre esta, que hizo que Alex elevara su mentón—Me alegra que haya llegado.Llegando a su lado, Lucí
Capítulo 38— Vil mentiras Narrador Permaneciendo de pie en la estancia de la mansión Zorzi, Alexandra recorrió el lugar con su mirada un poco abrumada por lo que recién había descubierto. Que si bien todo lo dicho por Lucían tenía intenciones de envenenarla en contra de Damiano, lo cual supo apenas lo escuchó, eso no le quitaba el hecho que logró perturbarla un poco. Caminando a las escaleras para dirigirse a la habitación en donde descansaría, se detuvo enseguida al ver la puerta del estudio entreabierta, y sabiendo que Damiano se encontraba allí trabajando como solía hacerlo antes de dormir, liberó una bocanada de aire, decidida a verlo. ¿Le diría lo que sucedió? ¿Le contaría todo lo que dijo Lucían de él? ¿O simplemente callaría para mantener la paz en la relación? Cambiando de dirección con su corazón un poco acelerado, llegó a la puerta del lugar, sintiendo duda de entrar, o no, y asomando su cabeza encontró a Damiano sumergido en la lectura, revisando unos documentos. —¿Ac
Capítulo 39 —La primera bodaNarrador:El día de la boda civil había llegado, era un evento discreto y completamente secreto. Para el mundo, Damiano y Alexandra ya estaban casados, pero todos los presentes sabían que la realidad era muy diferente. Lo que había comenzado como un acuerdo de conveniencia ahora tenía un nuevo matiz, pues Damiano se había enamorado de Alexandra. Los únicos testigos serían sus más cercanos; Leonardo y Dorian por parte de Damiano, Elektra y Analía por parte de Alexandra. Todos conocían la verdad, y aunque la boda era necesaria por razones legales, para Damiano significaba mucho más. Él se encontraba ajustándose la corbata frente al espejo de la pequeña sala que les habían asignado en el registro civil. Su rostro mostraba calma, pero quienes lo conocían sabían que estaba nervioso. Leonardo se acercó a él, cruzando los brazos mientras lo observaba.—No pensé que viviría para verte en esta situación —comentó Leonardo con una sonrisa —El hombre que juraba no pen
Capítulo 40— No puedoNarradorUn par de días pasaron tras el matrimonio civil, en donde la relación entre Damiano y Alex se hacía más estrecha, las muestras de amor más frecuentes, y los encuentros más intensos; por supuesto ellos seguían en sus labores, trabajando duro cada día en su lugar dejando cada vez más claro que eran un matrimonio real y sólido.—Señora Zorzi, llegó una encomienda para usted.El día previo a la ceremonia por la iglesia, como lo prometió Ginebra envió el vestido preparado con las modificaciones para el gran día, y entregándole la enorme caja blanca con este, y la lencería prometida en el interior, el ama de llaves sonrió levemente antes de girarse sobre sus pies, y salir de la habitación —Llegó el día.Colocándola sobre la cama, Alexandra murmuró liberando el aire, dándole una mirada cargada de felicidad, y no resistiendo las ganas de verlo, abrió está para contemplarlo de nuevo—Es hermosoObservando el vestido blanco, con falda pomposa, y corpiño adornado
Capítulo 41— Hasta que la muerte nos separe.Narrador Abriendo sus ojos al amanecer cuando sintió el reflejo de la luz golpear su rostro, Alexandra tomó asiento en su cama sintiendo como la ansiedad carcomía su ser. Ese día era el gran día, el día en que ella uniría su vida al hombre que amaba, el hombre que le había dado una segunda oportunidad para vivir, el mismo que le había enseñado en cuerpo, y alma lo que es amar.Colocándose de pie, se observó en uno de los espejos de cuerpo completo unos segundos después de entrar al baño mientras se preguntaba ¿Era este un sueño? ¿Se podría llegar a ser tan feliz? Y confirmando que su mente no la estaba engañando, que el día de su boda había llegado, se metió bajo la ducha para despejar los malos pensamientos que querían llegar para arruinarle la maravillosa mañana.—¿Alex? ¡Mira quién viene a verte!Saliendo de la ducha con su cuerpo rodeado por una toalla, Alexandra notó a Gio con sus hermosos ojos abiertos, y sus mejillas regordetas, obs
Capítulo 42 —Guerra entre el corazón y la menteDamiano:Cuando la puerta de la iglesia se abrió y vi a Alexandra avanzar, algo en mí se rompió. Estaba radiante, más hermosa de lo que jamás hubiera imaginado, con su vestido blanco rozando el suelo y cada paso perfecto, como si el mundo entero hubiera sido creado solo para este momento. Mi corazón se aceleró al verla acercarse, y por un segundo me permití sentir el amor que ahora inunda mi vida desde que ella llegó. Pero esa sensación de felicidad no duró mucho. Algo oscuro, como una espina enterrada en lo más profundo de mí, me recordaba que no todo era lo que parecía. La amaba, con una intensidad que jamás pensé posible, pero esa misma intensidad traía consigo un peso que me aplastaba, pues sabía cosas que ella no creía que yo supiera, cosas que enturbiaban esta imagen perfecta. Había una intención detrás de sus sonrisas, de sus caricias. Y aunque el amor en mi pecho crecía, también lo hacía la certeza de que ella no estaba aquí por
Capítulo 43 —24 horas antes…Damiano:Tal y como habíamos quedado con Alexandra, esa noche pasaríamos separados, ella en casa con su amiga Analía y yo me iría al departamento de mi amigo, el Diputado Langdon. Cuando llegué al apartamento de Dorian, ya estaba esperándome con un vaso de whisky en la mano y algo para comer, antes de cenar. Nos conocíamos lo suficiente para que supiera que algo no estaba bien en mí, pero no dijo nada al principio. Solo me ofreció la bebida y se acomodó en el sillón frente a mí, esperando a que hablara.—¿Qué pasa? —preguntó finalmente, rompiendo el silencio.Miré el líquido ámbar en mi vaso, dándole vueltas sin realmente prestar atención. La tensión en mi pecho era como una piedra que no podía sacudirme, y las palabras pesaban en mi garganta.—Escuché a Alexandra hablar con Analía. —Las palabras salieron más ásperas de lo que esperaba. Alcé la vista hacia Dorian, cuyos ojos se entrecerraron con una mezcla de interés y preocupación. Apreté los labios, trat
Capítulo 44 —Luna de mielNarrador:El viaje a París era algo que Alexandra había esperado con ilusión. Después de la boda, pensó que quizás podrían reconectar lejos de todos, sin las miradas curiosas ni los compromisos que los rodeaban. Sin embargo, desde que llegaron, Damiano había estado distante, como si hubiera una barrera invisible entre ellos. Alexandra miraba por la ventana de su lujosa habitación en el hotel, observando las luces de la ciudad reflejadas en el Sena. Damiano estaba sentado en un sillón, revisando su móvil, fingiendo estar ocupado con correos y llamadas. Ella decidió acercarse.—Damiano, ¿por qué no dejamos todo eso para después? —le sugirió, tratando de sonar casual mientras se inclinaba hacia él —Estamos en París, deberíamos disfrutarlo.—Lo sé, pero tengo varios asuntos pendientes. Hay reuniones que no puedo aplazar —Dijo sin apartar la vista de la pantalla. —¿Reuniones? —le preguntó frunciendo el ceño —Pensé que habíamos acordado que este viaje sería solo p