La Bratva no sólo tenía de aliados a otras organizaciones criminales, sino también a altos mandatarios de diferentes partes del mundo, funcionarios públicos y gente con cargos altos en las autoridades como el FBI y la DEA, incluida también la INTERPOL. Todas estas influencias le permitían tener acceso libre para comercializar droga, traficar armas y personas a otros países. —Señor —llamaron desde el otro lado de la puerta —los Vors ya están en la torre central esperándolo. Apagó el tabaco en el cenicero y se puso en pie, arreglándose el saco mientras caminaba. Debía discutir y planear el próximo ataque a unos carteles rebeldes que se negaban a aceptar sus estipulaciones. Volvió a tomar un helicóptero que lo dejó en el techo del edificio que se encontraba a unos kilómetros de la mansión, al entrar a la estancia privada que contaba con una larga mesa y sillas colocadas una frente a la otra con una en la cabecera, la cual era exclusiva para el Jefe. —Señor —lo saludaron con el debido
CamilaMe removí entre las sábanas despertando ante el ruido de la incesante alarma, abrí mis ojos con la habitación aún en oscuras. No amanecía todavía. El ruido del agua caer en la ducha me hizo levantarme y caminar desnuda al baño, sabiendo quien se encontraba ahí. Lave mi boca antes de correr el cristal que dividía la ducha, encontrando a aquel hombre desnudo completamente mojado y mirándome como un león a su presa. En silencio me pegué a él inclinándome y colgándome de cuello para besar sus labios. Este hombre era tan adictivo, como una droga letal imposible de abandonar tu cuerpo. Se dejó besar, respondiéndome y tocando mi cuerpo, conociendo cada parte y ahondando en mis puntos más sensibles.—¿Qué deseas, Camila? —susurró contra mis labios con su arrebatadora mirada sobre mi. —Deseo a mi hombre penetrándome duro en esta minúscula ducha —sus ojos se encendieron y sus manos me alzaron hasta su cadera, lo rodeé con mis piernas sonriendo traviesa con ganas de disfrutar del place
Camila Sus embates eran violentos, estaba fuera de si, pero lejos de asustarme, me gustaba y me excitaba como una maldita enferma. —No lo amas, tú no amas a nadie. —Si amo a alguien, un hombre de verdad, con una verga que me hace alucinar y ver estrellas —respondí mirándolo como se salía de mi y subía hasta posicionarme su miembro en la boca obligándome a tragarla toda. —¿Así cómo está? —la tomé saboreándola, sintiendo su sabor mezclarse con mi saliva —mira como la devoras, con los mismos labios que le profesabas amor. Me penetró la boca violento, provocando arcadas que resistí y me concentré en solo darle placer. —Te haré olvidarte de él, te abriré de todas formas y alimentaré esa hombre de sexo que tienes, porque cuando fui por ti no encontré una cara de novia enamorada, sólo de una mustia mal follada. No dije nada, no tenía nada que debatir cuando tenía toda la absoluta razón. Lo dejé follarme las veces que quiso, me ardía todo el cuerpo por su bestialidad, pero mentiría si
Camila Abordamos el helicóptero junto a dos escoltas, sobrevolamos toda la zona boscosa, asombrándome ante la vista desde las alturas. La mansión se pierde de vista y duramos al menos veinte minutos en las alturas, hasta que aterriza en un helipuerto ubicado aún en la espesura del bosque. Bajamos, en la zona hay más hombres custodiando el área, hay tres camionetas y uno de ellos abren las puertas de una. Subo, seguida de él, sin dejar de ver asombrada todo e imaginando lo hermoso que se ha de ver cuando caiga la nieve. Durante el camino Dmitry se pone al teléfono hablando en su idioma natal, no entendía mucho lo que decía sólo logré a traducir un "Custodien toda la zona, no quiero errores" , no le presté atención sólo me dediqué a ver los árboles pasar. —Sobre lo de mi familia... —comencé a hablar cuando colgó la llamada, levantó su vista del aparato para ponerla sobre mi —necesito verla o hacerles saber cómo estoy. —¿Y cómo estás, Camila? —inquirió sarcástico Removí mis manos si
Camila El auto se detuvo y no molesté en mirar hacia la ventana, sólo me quedé aferrada a él, sujetando con fuerza su camisa con miedo a que me apartara, no quería soltar, nunca más. Él era mi lugar seguro, donde me sentía yo misma. No me soltó, salió del auto conmigo rodeando su cintura con mis piernas y sus manos sujetándome para que no me cayera, no sabía a dónde íbamos y no quería saberlo. Trataba de calmar mi llanto pero no podía. Cada recuerdo de mi yo llorando desconsolada en mi antigua habitación, visitando los lugares a los que había ido con él, mirando las fotos que teníamos juntos, las promesas, los planes que teníamos a futuro. Lloraba por lo mucho que sufrí en ese entonces, por cómo me dejé manipular por quien se suponía era el hombre que más anhelaba mi felicidad. Pero no, el solo me veía como uno más de sus negocios, algo que intercambiar a cambio de hacer crecer más su imperio. Sentí como me acostaba en un mullido colchón, sin soltarme, se colocó a mi lado abrazándo
CamilaMe levanté de la cama tomando la camisa del hombre que yacía dormido a mi lado, caminé hasta la puerta para ir a la cocina y prepararme un café, me dolía la cabeza con tantas cosas que tenía en ella. Mientras caminaba iba reparando en cada detalle que había, todo estaba exactamente cómo lo dejamos la última vez que estuvimos aquí. Mis ojos se aguaron al ver los retratos con fotografías nuestras, se sentía como si hundieran una daga en mi corazón, tantas cosas vividas y tantas luchas para que después quedara en nada. Para que el hombre que amaba más que a mi vida me odiara. Me sequé las lágrimas al reparar una revista donde salíamos tomados de la mano ayer en el centro comercial, el titulo me hizo sentir triste pues todo estaba tan lejos de la realidad. Camila Ferretti más hermosa que nunca, un nuevo look y un nuevo ¿novio?En la nota narraban lo sucedido ayer, exageraron con un "se le veía más feliz que nunca" . Me hubiera gustado que las cosas sucedieran diferentes, quedé a
Camila Caminó lejos de mi, cerrando la puerta de golpe cuando salió de la habitación. Dejándome sola y más destruida de lo que ya estaba, su confesión se sintió como un balazo al corazón, hiriéndome y destrozando todo a su paso. Me sentía agonizar, perdiendo las esperanzas de lograr que volviera a sentir algo por mi. Caí de rodillas al suelo, queriendo regresar al pasado y resolverlo todo, hacer las cosas como debía. Era injusto, la vida era injusta conmigo. Sacarifiqué a mi más grande amor por una mentira, por un engaño de alguien tan malditamente despiadado que era capaz de manipular a su propia hija con tal de lograr lo que quería.Se dice que los padre quieren siempre lo mejor para sus hijos, o eso era lo que mi padre me repetía cada vez quería hacer algo con lo que él no estaba de acuerdo. No sé cuánto tiempo pasé en aquella posición, sentí mis pies entumecidos y con mucho esfuerzo logré levantarme, limpie mi rostro y lo maquillé un poco para disimular la rojez. Caminé fuera d
Camila—Estas demente —lo empujé soltándome de su agarre, sólo sonrió destellando la burla en sus ojos. Me volvió a tomar de la cintura para besarme ejerciendo fuerza en sus labios, sus dientes mordiéndome agresivamente y sus manos tocando mi cuerpo.—Si, al igual que tú —susurró consumiéndome en su intensa mirada, algo en mi se prendía cada que me miraba de aquella forma, con la lujuria y el deseo desatándose en un fuego exquisito y en el que disfrutaba arder. Pegué mis labios sobre los suyos, sintiéndolo sonreír para después responderme con la misma ferocidad, con la misma hambre de consumirnos el uno con el otro. Con sus manos me tomó del trasero alzándome a su cadera, caminó hasta el escritorio barriendo con su mano lo que había sobre ello, me sentó soltando mi trasero para apretar mis senos y sacarlos de mi ropa. Se apartó de mis labios para bajar a ellos a chuparlos y morderlos sin dejar de mirarme. Tiré levemente mi cabeza hacia atrás entreabriendo mi boca soltando pequeños ge