CamilaMe levanté de la cama tomando la camisa del hombre que yacía dormido a mi lado, caminé hasta la puerta para ir a la cocina y prepararme un café, me dolía la cabeza con tantas cosas que tenía en ella. Mientras caminaba iba reparando en cada detalle que había, todo estaba exactamente cómo lo dejamos la última vez que estuvimos aquí. Mis ojos se aguaron al ver los retratos con fotografías nuestras, se sentía como si hundieran una daga en mi corazón, tantas cosas vividas y tantas luchas para que después quedara en nada. Para que el hombre que amaba más que a mi vida me odiara. Me sequé las lágrimas al reparar una revista donde salíamos tomados de la mano ayer en el centro comercial, el titulo me hizo sentir triste pues todo estaba tan lejos de la realidad. Camila Ferretti más hermosa que nunca, un nuevo look y un nuevo ¿novio?En la nota narraban lo sucedido ayer, exageraron con un "se le veía más feliz que nunca" . Me hubiera gustado que las cosas sucedieran diferentes, quedé a
Camila Caminó lejos de mi, cerrando la puerta de golpe cuando salió de la habitación. Dejándome sola y más destruida de lo que ya estaba, su confesión se sintió como un balazo al corazón, hiriéndome y destrozando todo a su paso. Me sentía agonizar, perdiendo las esperanzas de lograr que volviera a sentir algo por mi. Caí de rodillas al suelo, queriendo regresar al pasado y resolverlo todo, hacer las cosas como debía. Era injusto, la vida era injusta conmigo. Sacarifiqué a mi más grande amor por una mentira, por un engaño de alguien tan malditamente despiadado que era capaz de manipular a su propia hija con tal de lograr lo que quería.Se dice que los padre quieren siempre lo mejor para sus hijos, o eso era lo que mi padre me repetía cada vez quería hacer algo con lo que él no estaba de acuerdo. No sé cuánto tiempo pasé en aquella posición, sentí mis pies entumecidos y con mucho esfuerzo logré levantarme, limpie mi rostro y lo maquillé un poco para disimular la rojez. Caminé fuera d
Camila—Estas demente —lo empujé soltándome de su agarre, sólo sonrió destellando la burla en sus ojos. Me volvió a tomar de la cintura para besarme ejerciendo fuerza en sus labios, sus dientes mordiéndome agresivamente y sus manos tocando mi cuerpo.—Si, al igual que tú —susurró consumiéndome en su intensa mirada, algo en mi se prendía cada que me miraba de aquella forma, con la lujuria y el deseo desatándose en un fuego exquisito y en el que disfrutaba arder. Pegué mis labios sobre los suyos, sintiéndolo sonreír para después responderme con la misma ferocidad, con la misma hambre de consumirnos el uno con el otro. Con sus manos me tomó del trasero alzándome a su cadera, caminó hasta el escritorio barriendo con su mano lo que había sobre ello, me sentó soltando mi trasero para apretar mis senos y sacarlos de mi ropa. Se apartó de mis labios para bajar a ellos a chuparlos y morderlos sin dejar de mirarme. Tiré levemente mi cabeza hacia atrás entreabriendo mi boca soltando pequeños ge
Camila —No mienta, el señor jamás permitiría que asesinaran a uno de sus mejores soldados por un capricho de una niña tonta. —No le eres indispensable —la señalé con mi dedo índice —Es mejor que te mantengas alejada de mi, no me busques y no me sigas jodiendo con tus estupideces o pediré tu cabeza. No eres importante para nadie Continué mi camino escaleras arriba, adentrándome en el pasillo y encerrándome en mi habitación, me quité la camisa para darme un baño, estaba sucia, con mi cuerpo lleno de fluidos y con el olor a sexo impregnado en mi cuerpo. Me vestí con ropa deportiva, debía continuar con los entrenamientos si quería seguir sobreviviendo en este lugar. Salí de la casa atravesando el jardín y adentrándome en el bosque, al llegar al campo miré como todos se encontraban abultados en un solo lugar mientras gritaban una sola palabra a coro. «Mátalo»Me abrí paso entre los musculosos cuerpos queriendo ver lo que pasaba, me quedé quieta viendo cómo sus hombres ensangrentados p
Camila Observó el agarre por unos segundos, frunció el ceño y se soltó, traté de disimular mi decepción y fingí sonreír. —No confundas las cosas, Camila —Yo... —quise hablar pero no sabía que decirle, el nudo en mi garganta no me dejaba. —Duerme —dijo saliendo de la habitación y dejándome un vacío enorme, las lágrimas querían salir pero no lo permití, ya no quería seguir llorando y verme como tan frágil y débil. Me metí a la cama cerrando los ojos y tratando de alejar todos los recuerdos en mi memoria, como él me lo había dicho, ya no existía y nada volvería a ser lo mismo. No quería vivir más con esta ilusión y afrentar de una buena vez lo que me esperaba a su lado. Desperté temprano para vestirme y maquillarme con algo suave, sujeté mi cabello en una coleta dejando algunas hebras delanteras sueltas. Mentalizándome que no iba a llorar y me plantaría firme ante mi padre, podía ir imaginando ya todos los reclamos y ofrendas que me diría. Bajé al comedor para desayunar, mi estóma
Camila El avión aterrizó en New York a las seis de la tarde, el aire fresco me recibió con melancolía, extrañaba este lugar, demasiado.Cuatro camionetas Cadillac Escalade negras último modelo aguardaban en la pista, las puertas de una ya estaban abiertas para que pudiéramos entrar, la abordé sintiendo mil emociones encima, traté de controlar el temblor en mi cuerpo, debía mantenerme firme. —Iremos ahora mismo, pasaremos la noche en un hotel y mañana temprano regresaremos a Moscú —dijo acomodándose a mi lado y dando la orden para partir, una camioneta iba adelante y las otras dos atrás. La ciudad me parecía más grande ahora, llegar a la zona residencial nos llevó mucho tiempo, sentí mi corazón latir con gran fuerza al reconocer la calle. El auto se detuvo frente a la entrada, miré dudosa sabiendo que probablemente con esta decisión perdería de un todo a mi padre. —Quiero entrar sola —le pedí volteando a verlo con súplica, necesitaba mi espacio a solas con mi padre. —No, te acompa
CamilaSu voz fue como un trueno, desafiante e intimidante, bastó para que aflojara el agarre y me soltara, caminé hasta posicionarme al lado de aquel hombre que mantenía su cuerpo erguido y completamente tenso. Ángel alzó las cejas mirando de uno en uno, sonrió irónico, en sus ojos se podía observar el dolor, la decepción y la ira mezclarse, esa no era una buena señal, tenía que sacar a Dmitry de aquí en ese mismo momento. —¡Vaya! Tan descarada te volviste —soltó —ya traes a tu amante a presentárselo a tu padre —Vámonos —tomé el brazo del ruso jalándolo al vehículo pero este no se movió ni un poco y se mantuvo firme con la mirada desafiante. —Siempre evitando las cosas, ¿no, Camila? Algo tan típico en ti, no sé porque te aguanté tantas cosas.—Lo siento, Ángel, no quería que las cosas fueran así pero... —su risa sarcástica me interrumpió —¿Lo sientes? Que fácil, querer solucionar toda la mierda que me hiciste con un "lo siento" —negó con su cabeza mirándome con odio —Dime, ¿cómo
Dmitry —¿Ya recibieron los resultados del cuerpo? —le pregunté a Grigori, uno de mis hombres de confianza. —En unos momentos estarán listos, señor. —¿Qué hay del cargamento que se trasladaría a Suecia? —le di una calada al tabaco que sostenía entre mis dedos. —Se ha complicado un poco, el cargamento se encuentra en el puerto de San Petersburgo listo para partir, un operativo policial retrasaron el trayecto. —¿Operativo policial? —Si, señor. Afortunadamente apareció Makarov a impedir que revisaran los camiones. —¿Qué pretende ese hijo de puta? Se le ha dado lo que ha pedido para que no nos retrase con sus estúpidos operativos. —Se escuchan rumores que la INTERPOL quiere intervenir en Rusia, están desesperados por dar con usted, señor. Sonreí—Dale al agente a cargo del operativo una pequeña advertencia de mi parte y de paso también a Makarov, no quiero gente husmeando en mis asuntos y no estoy dispuesto a perder ningún cargamento esta vez. —Como ordene, señor, ¿algo más que n