El día de hoy es 28 de Octubre del año 2018, un día muy nublado y algo frío, con una temperatura 05 grados centígrados por la mañana en la ciudad de Delicias, Chihuahua, México, más exactamente en el Rancho “El Gallo de Oro”, propiedad de la familia Velázquez Torres, quienes pertenecen a la clase media y se caracterizan por ser una pequeña familia, conformada por el matrimonio singular de Juan Velázquez Hidalgo, un hombre de 54 años de edad, trabajador y dueño del rancho, desempeñando su labor en el cuidado de animales y la siembra, con un aspecto algo robusto, de piel tostada por el sol, que daba a un tono canela, con ojos de color verde, cabello azabache y corto, rasgos fuertes e imponentes, un rostro algo atractivo, una estatura de 175 cm y vistiendo por lo regular con atuendos vaqueros; Él tenía una personalidad muy fuerte, se enojaba rápidamente, era algo egocéntrico y extremista en todos los sentidos, Este se encontraba casado con la ama de casa y ex modelo Irene Torres Lopez, una mujer de 50 años de edad, de complexión delgada con una estatura de 172 cm,, piel blanca con su tonalidades amarillentas, cabello castaño cobrizo, ojos miel, labios gruesos y nariz mediana, conformándose por un rostro redondo que daba un aspecto muy bello en general, que se conservaba muy bien para su edad además de tener una personalidad tranquila, amable y poco conflictiva, cosa que le había ayudado a aguantar los golpes de la vida y la dureza de su matrimonio.
Esta pareja tenía más de 25 años de casados, y fruto de este matrimonio habían surgido tres hijos los cuales eran dos hombres que eran gemelos, llamados Alan y Arturo, de 27 años de edad, de aspecto atractivo con grandes cejas pobladas, labios gruesos, nariz respingada y barba prominente, acompañada de una piel aperlada, complexión atlética y delgada, estatura de 182 cm,cabello largo, negro y rizado ligeramente, un estilo igual para ambos, el cual consistía en estilos algo extravagantes pero cabiendo en el estilo vaquero, estos hombres no se encontraban viviendo con la familia desde hace 5 años, ya que anteriormente en el pasado, habían tenido problemas con personas de poder, debido a deudas de dinero, lo que les hizo huir del país y caer en manos de Canadá, lugar en el que trabajan en la Obra y Construcción dentro de un pequeño y escondido pueblo de aquel país.
Así que, estos hermanos ya no tenían tanto contacto con sus padres, lo cual les generaba un gran pesar a ellos que trataban de arreglar con el amor de su única hija, la menor, la cual era, la bella Grecia, una joven preciosa de 21 años de edad, contaba con una belleza inigualable que la hacía poseer grandes ojos verdosos, labios gruesos, nariz pequeña, rostro afilado y con rasgos imponentes, cejas pobladas acompañados de piel clara, cabello largo, rizado en castaño cobrizo, acompañado de un aspecto delgado, con una cintura diminuta y proporciones adecuadas, con una estatura de 175 cm, un peso de 55 kilos y así también, un estilo al vestir algo glamoroso, siempre maquillada, con joyas, vestidos, faldas y demás, pero también usaba ropa casual, como pantalones de mezclilla, botas, camisas abotonadas, y demás prendas comunes. En fin, ella era preciosa en todos los sentidos, ya que tenía una personalidad encantadora, con un carácter fuerte pero comprensible, amable, bondadosa y humilde, pero también explosiva y terca, siendo así, todo un mar de emociones y sentimientos su vida y su actuar.
Al ya conocer un poco sobre la familia, nos remontamos a la mañana de aquel día, encontrándose el hombre del hogar hablando con su esposa Irene, manteniendo una conversación algo preocupada después de haber recibido una llamada inesperada, todo esto sucedía desde la intimidad de su habitación rondando las 06:00 am, con las luces apagadas y un tono casi silencioso para no ser escuchados, estos se decían que:
- Marido mío, me ha sorprendido que alguien llamara a estas horas… que extraño, dime, ¿Quién era?-Pregunta con interés y preocupación a la vez Irene-
Juan mira con nervios a su esposa y traga saliva nerviosamente mientras recuerda aquella llamada que sucedió a las 05:49 am, hora en el que le hablaron por teléfono, de un número con una ladra extraña, lo cual le hizo extrañarse y salir de la habitación para contestar, sucediendo la llamada de esta manera:
- Hola, ¿Quién habla? -Respondía por teléfono Juan a las 05:50 am-
- Hola Juan, no sé si nos recuerdes pero habla Valentín, el encargado de tu préstamo Lombardi, ¿Me recuerdas? -Decia con una voz intimidante y tenebrosa Valentin Leon-
- Oh si, disculpa que ya no te contactara pero estuve muy ocupado consiguiendo el dinero, que aún no puedo completar pero, recuerda que no me he olvidado de ello…- Respondia nerviosamente Juan mientras sabía perfectamente quien le llamaba-
- Uy si, Tan ocupado que estuviste lejos de nosotros por más de tres meses, ni un solo dólar podías pagar y hasta bloqueados nos querías tener… parecía ser que querías eliminarnos de tu vida…
- ¿Ha si? ¿Tres meses? ¡Que rápido pasa el tiempo! ¡De verdad no me di cuenta! ¡Perdonen!
- Deja tu falsa disculpa y pon atención estupido…-Contestaba fuertemente Valentín-
- Esta bien, escucho- Contesta con seriedad Juan-
- El precio a pagar por tu fallo hacia nosotros ya sabes cual es… al jefe jamás se le falla y no importa que solo hayan sido 250000 dólares, eso es lo que valdrá tu vida… al traicionarnos y fallarnos… ¿Me entiendes? ¡Pronto te verás muerto! Tal vez tú y toda tu familia… -Decia de manera amenazante y sería Valentín con un tono de voz sombrío-
- ¿Qué? Pero si siempre di los abonos puntuales… solamente que hace unos meses la producción de leche y demás ya no dio para más y apenas tenía para subsistir… ¡Por favor entiéndanme! ¡No me hagan daño ni a mi ni a mi familia! -Decia con desesperación Juan mientras comenzaba a llorar y a agitarse por llamada-
- ¡Tus llantos no servirán de nada! ¡Eres igual que tus hijos! ¡Un sucio deudor traicionero! ¡Un padre y Marido que fallara a sus mujeres!… pobre Irene y pobre Grecia… siendo ellas tan bellas no merecen lo que tú les haces…
- ¡Lo sé! ¡Lo sé Valentín! Y me arrepiento… por favor, como amigos, ¡Ayúdame!
- ¿ Amigos? Tú y yo solo somos conocidos… y no se si pueda ayudarte, si les tengo un aprecio pero también valoro mi integridad…
- ¡Por favor! ¡Haría lo que sea para saldar mi deuda! ¡Salvar la vida de mi familia!-Decía con mucha desesperación Juan-
Juan le insistía una y otra vez a Valentín, quien era un hombre de su misma edad, amigo de la adolescencia, con un aspecto poco atractivo de estatura baja, de padres mexicanos pero nacido en Italia, que contaba con un carácter decidido y fuerte, que le había ayudado a conseguir un puesto como uno de los trabajadores de confianza de un importante Magnate y Mafioso de Italia.
En fin, después de tanta insistencia, Valentín termina aceptando volver a hablar con su jefe Lombardi sobre la deuda que tenía Velázquez, así que, aquella mañana, le prometía regresarle la llamada por la tarde con nuevas noticias, ya fueran buenas o malas, iba a haber una decisión.
De esta manera, aquella llamada terminó en aquel momento y así fue como Juan regreso a la realidad, terminó de recordar aquellos minutos angustiantes y volvió con su esposa la cual asustada se encontraba preguntándole:
- ¿Mi amor? ¿Estas bien? ¡Mi amor! ¡Mi amor!
- Perdona querida, me he ido unos momentos al recordar aquello, la verdad es que es fuerte y no sé si puedas soportarlo…
- Sabes que yo aguanto de todo… tantas cosas que hemos vivido juntos y te preocupas por algo que sabes que podré lidiar… anda, con confianza, ya no me pongas más de nervios y dime, ¿Qué es lo qué pasa-Duce con un tono de amable y con mirada de confianza Irene-
Juan mira los ojos de su esposa, toma sus manos y con seriedad y nerviosismo le dice:
- Irene, primero que nada te pido perdón a ti como esposa y madre de mis hijos por haberte fallado como hombre… mi primer deber es salvaguardar a nuestra familia y ni eso pude hacer… he fallado, ¡Lo he arruinado!… ¡He sido un tonto! ¡Un descuidado! ¡Un ignorante! -Decia con culpa y comenzando a llorar Juan-
- ¡Cuentame!
- ¿Recuerdas que te dije que supuestamente le pague a Lombardi?
- Así es marido, ¿Qué pasa con el?
- Pues no lo hice, deje de dar abonos desde hace unos meses y ahora, supuestamente le debo lo que la cantidad del principio por haber fallado… además de algo más…-Decia con culpa y pesar en su voz Juan-
- ¿De verdad Juan? Pero ¿Por qué?… si vendimos autos, gallos y vacas para que dieras la totalidad de aquel préstamo… ¿ que hiciste con ese dinero? ¡responde!
- Pues lo use en liquidar otros préstamos que tenía con otros…
- ¡Ay Juan! -Decia con desaprobación y enojo Irene-
- Perdona por fallar, y por ponerte en peligro a ti y a todos nosotros, ¡Perdon!
- ¿Ponernos en peligro? ¿Cómo?
- Valentin me dijo que la deuda nos costaría nuestras vidas… eso me quebró e hizo que le llorara y suplicara por llamada, lo que provocó en el algo de lastima y prometió hablar con Lombardi para que nos perdonara y me diera opciones para saldar la deuda y salvar nuestras vidas…
Irene al escuchar aquellas palabras de su esposo, se quedaba anonadada, ya que no esperaba que de un momento a otro, su vida se viera puesta en peligro, lo que le hizo recordar la situación que vivieron sus hijos en el pasado; Esto le creo a ella una crisis nerviosa, comenzando a llorar y golpear sin cesar el pecho de Juan, debido a la angustia, el enojo y la gran rabia del momento.
Juan ante esto, simplemente la abrazó fuertemente y comenzó a llorar junto a ella, tratando de calmarla y callarla a la vez, con el fin de que no hiciera tanto ruido para que de esta manera, Grecia no se enterara de lo que sucedía en aquella habitación.
Es así, como aquella mañana, después de más de 30 minutos de desahogo entre la pareja, después de haber llorado por fin se calmaron y decidían no volver a dormir, si no levantarse de la cama, darse un frío baño de agua fría y fingir que nada sucedía, con un falso rostro de serenidad y voz tranquila, esto con la finalidad de no preocupar por la situación a su amada hija Grecia, que por fortuna al haber estado profundamente dormida, de nada de había enterado aquella difícil mañana que marcaba el principio con una “simple” llamada telefónica.
Es la mañana en Delicias, los padres de Grecia se encuentran en el comedor, desayunando un poco de pan dulce acompañado de simple café negro, el cual bebían amontones debido a la preocupación que rondaba sus vidas en aquel momento, donde trataban de mostrárselo más tranquilos que podían pero en el rostro se les veía el miedo, el terror y el horror sobre el futuro, sobre cómo arreglarían aquel profundo problema en el que se habían metido, era todo una complicación difícil de resolver, pero de algún modo tendrían que solucionarlo y eso se vería más tarde. Por ahora sólo les quedaba conversar con su bella hija quien recién se había sentado con ellos en aquel comedor de madera oscura, había tomado su respectiva pieza de pan y taza de café, y muy sencilla mente sin preocupaciones con un aspecto recién levantado, cabello algo despeinado y vestida aún en pijama, ella con una voz un poco adormilada les dice: - Buenos días papá y mamá, sean las siete A.M. y pensé que sería muy tempran
Aquella tarde del 28 de octubre transcurrido llena de nervios para la familia Velázquez Torres, debido a que se limitaban a ir pocas veces al baño y ya no comer ni beber ningún líquido, ya que se desesperaban por el hecho de pensar que realizar aquellas acciones los harían olvidarse de lo que era tan importante, lo cual era estar al pendiente del teléfono de casa. Las horas se sintieron interminables, eternas y tan dificultosas que, si llegaron a situar diversas crisis de ansiedad entre los integrantes, las cuales desbordaron a llantos incesantes y gritos, acompañado de también mucho apapacho y amor, muchos sentimientos y emociones en conjunto, esto era lo que es causaba el problema. Finalmente para las seis de la tarde, hora exacta, suena el teléfono y de inmediato contesta el padre de familia, Juan con las manos temblorosas toma el teléfono y pon el altavoz para que así pudieran escuchar todos pero pide que guarden silencio sin importar que escuchen las mujeres de su hogar, ya que
Las horas pasaron en el rancho “El gallo de Oro”, lugar donde después de la llamada recibida por parte de Lombardi y su compañía, el silencio inundó el lugar, ya que la incomodidad acompañada de la inquietud, no dejaba que ninguno de ellos emitiera una sola palabra; Era tan grande el trauma que simplemente se fueron a acostar, Grecia con un poco de confusión se marchó a su habitación, lugar donde permaneció llorando por horas, angustiada por la idea de tal vez ser vendida a un desconocido o morir, ambas cosas le aterraban tanto, le generaban una gran ansiedad que acabó en tomarse un somnífero para calmar los nervios y así dormir mejor, tratando de olvidar aquello. Mientras que el matrimonio de Irene y Juan también se marcharon a su habitación, no pudieron brindarle ninguna palabra a su hija por la pena, y simplemente se limitaron a verse nerviosamente, sin hablar de lo sucedido y acordando que mañana, los tres juntos terminarían arreglando las cosas en familia. Fue así que la noche
Desafortunadamente para las mujeres de la familia Velázquez Torres, el tiempo tenía que transcurrir y con ello las horas de distracción por la ciudad trascurrieron, dejando así bellos recuerdos de un tiempo grato en familia, el cual se disfrutó con la compra de extravagantes prendas, zapatos, accesorios y maquillajes; Acompañados de un agradable día en el spa, la estética y demás lugares de cuidado y vanidad. Todo esto, dando magníficos resultados que se dejaban ver a simple vista, los cuales eran en el físico de estas dos bellas mujeres, que habían quedado esplendidas para esta noche importante del sábado. Donde, la matriarca de la familia, la señora Irene Torres, portaba un físico inigualable, con un cutis bien cuidado, cubierto con una base en su tono, que otorgaba luminosidad y juventud, acompañado de sombras cargadas y fuertes que resaltaban sus ojos, labios claros que hacían juego con su atuendo en tonos rosados claros, un contorno de su rostro bien definido, cabello recogido,
La familia paso las horas de espera de aquel sábado de manera agradable, con su convivencia, cosa que hacía aligerar el peso que cargaban y distraerlos un poco con sus platicas, donde se mantenían calmados hasta que, a las 09:00 pm en punto, alguien toca la puerta de la cabaña, haciendo que todos se pusieran nerviosos, ya que temían que la llegada de Lombardi a su residencia estuviera hecha; Así que, con temor Juan se levanta de su asiento, camina unos cuantos pasos de manera nerviosa y finalmente abre la puerta, esperando ver al jefe de la mafia italiana ante sus ojos, pero para fortuna suya, quien le hablaba era su jardinero llamado Rodolfo Lira, un hombre de 36 años de edad, de piel morena, cabello y ojos negros, con un aspecto bajo y sucio que vestía simples pantalones de mezclilla, chaqueta, camisa de cuadros, sombrero y botas desgastados, este era empleado de la familia desde hace varios años, a quien estimaban, le tenían confianza y estaba al tanto de la situación de la familia
Mientras que las mujeres de la familia esperaban con ansias de pie, frente a la entrada principal de la cabaña con sus mejores apariencias; Los hombres del rancho caminaban con paso firme hacia el lugar, donde caminando al rente, con la cabeza en alto, postura muy derecha y un ego indomable, caminaba con plena seguridad y poder el señor Lombardi, mientras que a sus lados se encontraban sus guardaespaldas de 2m de estatura, afroamericanos, complexión grande y musculosa, vestidos formalmente en traje negro y zapatos con lentes oscuros, sus apodos eran G.1 y G.2, ya que sus nombres estaban ocultos y no eran de gran importancia. Mientras que, detrás de estos tres tipos, iba caminando el padre de Grecia en compañía del jardinero, de Valentín y de otros tipos más de seguridad de Lombardi. En fin, finalmente después de un camino silencioso y angustioso, por fin llegan a la entrada de la cabaña, lugar donde Juan le hace la seña al jardinero de que abra la puerta y así lo hace, no sin antes
De esta manera, el señor Lombardi, se encuentra de pie, con la mirada fuerte, viendo a su alrededor mientras es observado por las miradas temerosas de la familia Velázquez Torres, y la mirada ansiosa de su mano derecha Valentín, quien esperaba con nervios cual sería el siguiente movimiento de su jefe, ya que sabía que las cosas podían suceder o negativa o positivamente, no existía la posibilidad de una respuesta a medias. Así que, después de segundos de tensión, los cuales disfruto Lombardi ya que le causaba placer ver el temor y la ansiedad de sus acompañantes, el decide decir: - Jajaja, que gracia me da el ver como mi persona los hace temer de sus vidas... tranquilícense, cambien esos rostros que me disgustan de verdad ya que aquí he venido para pasarla bien con ustedes, con mi futura familia... por favor, les pido que se relajen, olviden quien soy y mejor se pongan a disfrutar del momento que aquellas dulces palabras de sinceridad de Grecia no me han afectado en absoluto, yo co
Mientras que Juan y Valentín hablaban sobre temas de su interés y curiosidad, desde la sala de estar se encontraba casi nada nerviosa Grecia, quien había iniciado una conversación algo amable con Lombardi, la cual se situaba de esta manera, con ellos dos sentados sobre el ismo sillón, cada uno en un extremo de este mueble de cuero, viéndose a los ojos y hablando con seguridad y fluidez, donde Lombardi con una voz buena y amable le decía a la joven y bella Grecia que: - Que placer tenerte solo conmigo, de verdad que disfrutare el tiempo que tengamos a solas... - El placer me invade a mí también, ya que me genera algo de gusto ver que al menos te comportas bien con mi persona... - Claro que me portaría bien con una chica tan bella como tú, no podría tratarte al, ni podría pensar en hacerte tal grosería o... ¿Cómo creerías que te trataría? ¿Pensabas que era malo o algo por el estilo? -Pregunta con curiosidad Lombardi- - No me refería a eso, solo que, aun mi mente no sabe con qué lado