Capítulo XXXI: La voy a PerderLa tarde del martes llegó demasiado rápido, que Josh ni cuenta se dio, cuando Amelia ya estaba en el vestíbulo esperándole, lista y ansiosa para el reencuentro con su hijo menor. Ella le había pedido a una de sus empleadas que empacaran los dulces favoritos de Hendrik.Josh cuando la vio tan solo hizo una mueca, ya que su madre nuevamente vestía elegante con un traje de dos piezas color crema y bisutería sencilla en oro amarillo. —Cambia esa cara —le pidió Amelia luciendo una sonrisa de oreja a oreja—. Estas nuevamente como si te hubiera arrollado un tren.—Sabes lo que pienso de tus atuendos caros —dijo Josh dándole una mirada de reproche a su madre.Amelia juntó sus cejas en una V y negó con la cabeza.—No es por aparentar ni por creerme más que los demás, tan solo demuestro la clase y la elegancia que tengo y que tiene el apellido de mi difunto y amado esposo —repuso su madre—. Sabes que la gente te trata como te ve. Mi educación y mi crianza me lo e
Capítulo XXXII: Superando los Miedos (Parte Uno)Leyna salió de su habitación sintiendo una punzada en su abdomen, ya que hoy sería la primera vez, que saldría de la hacienda Bemberg, después de su accidente que prácticamente le había cambiado toda su vida.Ella no quería ir al centro de rehabilitación, no deseaba salir de su zona de confort, pero no era por el hecho de conocer al hermano menor de su prometido y de acompañar en este proceso tan duro que estaba enfrentando la familia Bemberg, sino porque ella para desplazarse hasta el centro de rehabilitación tenía que subirse a un vehículo y enfrentarse al ruido de los motores de los mismo, ruido que le daba pavor y ganas de llorar.Sin embargo, mientras caminaba por el pasillo, ella solo recordaba las palabras de su psiquíatra, que le había recomendado comenzar a enfrentar sus miedos y sus dudas, que este era un paso inevitable que tenía que dar con fuerza de voluntad y valentía, ya que, si no lo intentaba, entonces jamás lo superarí
Capítulo XXXIII: Superando los Miedos (Parte Dos)Amelia apareció por el pasillo sosteniendo una cajita blanca con los pasteles favoritos de su hijo menor. Observó con determinación a su hijo mayor y llegó a la misma conclusión de siempre: Josh estaba enamorado y a la vez obsesionado con Leyna.Amelia ya se había hecho la idea de que a su hijo mayor le sería imposible que soltara a esa extraña que prácticamente le había robado el corazón y el alma. Josh no se alejaría jamás de ella, por eso temía que Josh enloqueciera, cuando la verdad saliera a la luz.Ella esperó, pero al ver que los Josh y Leyna no se separaban, no le quedó de otra que alzar la voz:—Tortolitos —canturreó— Venga… que ya se nos hace tarde.Josh y Leyna se separaron. La chica no pudo evitar una risa nerviosa, luego buscó la mano de su prometido. Josh entrelazó sus dedos con los dedos de Leyna. Amelia se adelantó saliendo a la terraza y luego dirigiéndose por el camino de piedras que la llevaba justo a una camioneta n
Capítulo XXXIV: Centro de Rehabilitación (Parte Uno)Hendrik daba vueltas por la habitación.Aquella habitación completamente blanca y acolchada por todos lados le tenía hastiado y con ganas de romperlo todo, pero también comenzaba a sentir esa incertidumbre de su futuro y sobre todo del futuro de la chica a la cual había atropellado.Josh lo había lanzado como a un perro al centro de rehabilitación, aun cuando la chica se debatía entre la vida y la muerte y eso era un hecho que no le dejaba dormir en las noches, ni siquiera tomando pastillas para conciliar el sueño.Había tenido dos crisis de angustia y de ira, dos crisis en donde lo tuvieron que sedar, pero no era por la abstinencia de las drogas y el alcohol como todos creían, si no por la culpa que no lo dejaba ni respirar. Aquella chica de abrigo verde siempre se colaba en todas sus pesadillas, volviéndolo un ser miserable y a la vez arrepentido.Todas las noches rogaba a un ser supremo que esa chica pudiera salir ilesa del estúp
Capítulo XXXV: Centro de Rehabilitación (Parte Dos)—Ella tuvo un accidente —dijo Josh y Hendrik alzó una ceja—. Por eso la ves aun con un yeso en el brazo. Su accidente ocurrió al mismo tiempo que tu viniste al centro de rehabilitación, un imbécil la atropelló y casi la mata. Leyna ha perdido parte de su memoria y también de sus recuerdos. Ella no recuerda nada antes del accidente, por eso sé amable con ella.Hendrik abrió unos enormes ojos por la sorpresa. Su cuerpo tembló con visibles espasmos y algo en su pecho se paralizó, como si su corazón dejara de latir. Tragó saliva con fuerza, pero al parecer su garganta se secó, porque el líquido de su boca se evaporó.Él observó a la chica que tenía una sonrisa bonita en sus labios, ajena a la verdad, que era más turbia de lo que podía soportar.—Si, me desperté en el hospital y Josh me ha estado ayudando, pero… —Leyna sacudió la cabeza—. No hablemos de mí. Ahora tú eres quien importa y lamento que estes aquí. Tu hermano me conto algo sob
Capítulo XXXVI: Centro de Rehabilitación (Parte Tres)Una enfermera se acercó a los jóvenes Bemberg, cuando se fijó que estaban discutiendo por algo. Josh de inmediato bajo la voz, al darse cuenta de que aquella joven rubia de pecas se acercaba a su lado con una clara intención de averiguar qué es lo que realmente estaba pasando.—Señor ¿Está todo bien? —preguntó con voz suave, mientras no dejaba de tener una mirada acusatoria.—Si —espetó Josh haciendo una mueca.La joven enfermera miró a Hendrik para saber si lo que decía Josh era verdad, sin embargo, el menor de los Bemberg mantenía sus ojos color miel en la chica risueña que estaba junto a su madre.—Disculpa Hendrik, pero… ¿ustedes son familiares?Hendrik miró a la chica que era más bajita que él.—Es mi hermano mayor y mi tutor —respondió el menor de los Bemberg.La chica abrió ligeramente sus ojos.—¡Oh que bien! —dijo la enfermera dirigiendo nuevamente a Josh—. ¿Ya le informaron señor Bemberg de la nueva situación?—¿De qué si
Capítulo XXXVII: Centro de Rehabilitación (Parte Cuatro)—¿Qué fue lo que gatillo que hicieras pedazo el televisor del comedor? ¿Sabes que me toco pagar indemnización por tu estupidez? —increpó Josh con un tinte de enojo en su voz—. El director no tuvo pelos en la lengua para mostrarme el documento con los daños ocasionados en las instalaciones del centro, que por lo demás, se suma a que no es nada barata tu estadía.Hendrik hizo una mueca nada disimulada ante la pregunta tan directa de su hermano mayor y sintió cómo un calor abrasador se irradiaba en sus mejillas, ya que la crisis de ira que había tenido, fue casi incontrolable, además de que le avergonzaba. Él en un instante de desesperación por hacer desaparecer aquel profundo sentimiento que le carcomía el alma y la cabeza, rompió con las sillas del comedor común los televisores que estaban en el casino (lugar en donde los pacientes más dóciles comían sus cuatro comidas) y golpeó a uno de los enfermeros, hasta que alguien le pin
Capítulo XXXVIII: Centro de Rehabilitación (Parte Cinco)—¡No tienes idea de lo que ha hecho y de lo que he tenido que hacer yo para que esto no se vaya al mismo carajo! —exclamó Josh con esa frustración que se anidaba en su pecho. Sus manos se pusieron en puños y todo su cuerpo tembló con la ira bailando en sus venas.—Entonces cuéntame Josh —pidió Leyna con ternura—. Cuéntame todo para tener mi propia opinión al respecto.Hendrik se tensó al igual que Amelia.Además, el menor de los Bemberg de inmediato se preguntó a sí mismo si: «¿Josh sería capaz de confesarle, ahí mismo, a Leyna toda la verdad?»Josh suspiró con pesadez y cruzó una mirada cómplice con su madre y luego con su hermano menor. Ambos lucían completamente nerviosos y a la vez temerosos.La cabeza de Josh no dejaba de gritar que le dijera la verdad, su conciencia exigía que terminara con esta farsa y que pasara lo que tuviera que pasar, pero su corazón se negaba a perder, en realidad se negaba a perderla a ella.Además,