Capítulo XIII: ConversacionesAl otro día, muy temprano, Josh volvió a la Hacienda de los Bemberg, pero solo a ducharse y cambiarse de ropa, para así volver con Leyna lo más rápido posible, ya que él no pensaba dejarla sola en ningún momento. Se lo había prometido y lo pensaba cumplir como a de lugar.Sin embargo, su madre Amelia le detuvo nuevamente antes de que él volviera a salir hacia el hospital.—¿Qué sucedió mamá? —cuestionó Josh y su ceja derecha se alzó interrogante por la actitud desafiante que estaba mostrando su madre.Él vestía un vaquero de mezclilla azul, zapatillas blancas y una camisa lisa de color azul marino que estaban arremangadas en sus antebrazos dejando ver el reloj de plata en su mano derecha. El cabello castaño claro lo tenía húmedo y en la mano sostenía las llaves de su vehículo.Josh había realizado una lista mental, ya que debía pasar al supermercado y a las tiendas de ropa para llevarle algunas cosas de aseo y de vestimenta a Leyna, cosas que se las había
Capítulo XIV: Lo Fácil Amelia y Josh seguían conversando en la sala de estar.—Está bien, tienes razón. Soy una insensible, —aceptó ella. En su voz se notaba el arrepentimiento—. Pero entiéndeme a mí también. Soy madre y también sufro por los dos y por ella también. ¿Cómo está la chica? ¿ella ya está fuera de peligro? ¿Pudiste averiguar algo más?—Bien, ella está bien… bueno dentro de lo que se puede —contestó Josh y luego se frotó el rostro con sus manos, para después mirar a su madre con angustia—. Tiene una fractura en su brazo derecho y en parte de la clavícula. Sus signos son buenos, pero Leyna no recuerda nada de nada.—¿Qué?—Si mamá, Leyna tiene su mente en blanco, pero eso no es lo peor.—¿O sea que ella no se acuerda de su accidente, tampoco del vehículo que la arrolló?—Si mamá —espetó Josh con ironía—. Por lo que tu niñito consentido está a salvo, por ahora. —Josh no es que…—Si, —la interrumpió él con pesar—. Reconoce que te alegra que ella no sepa nada.Amelia torció l
Capítulo XV: Diamante AzulJosh se subió a su vehículo y manejó de vuelta a la ciudad.Primero pasó por un supermercado para comprar los útiles de aseo que el hospital le había solicitado para la paciente, luego entró algunas tiendas en donde compró un vestido suelto de color amarillo, pantuflas del mismo color y ropa interior, y posteriormente se detuvo en una joyería.Torció los labios al darse cuenta que los anillos de compromisos en la vitrina le comenzaban a llamar la atención. Había decenas de modelos y de precios, anillos para todos los gustos y bolsillos.Se dispuso a seguir, pero sus pies no le hicieron caso a la orden que emitió su cerebro, que, en un impulso por sacarse la duda que se había alojado en su pecho, él abrió la mampara de vidrio y pasó a su interior.El lugar era recatado, pero a la vez elegante y de inmediato una joven rubia de moño estirado le atendió.La vendedora con amabilidad y paciencia le mostró cada anillo que Josh quiso mirar y tocar, hasta que uno en
Capítulo XVI: ¿Quieres casarte y vivir conmigo?—¿Y solo en semanas me estas pidiendo matrimonio? —cuestionó una Leyna incrédula y con el ceño fruncido—. ¿No te parece que todo es muy extraño?—Ángel el tiempo no determina la magnitud de los sentimientos. Yo quiero estar contigo y voy a esperar a que tú también sientas lo mismo. Se que ahora no me conoces y que no me recuerdas, pero ya te dije que podemos crear nuevos recuerdos… juntos. Leyna no estaba muy convencida, por lo que Josh supo que la chica desconfiaba de él.Ella suspiró con pesar ante la respuesta tan elaborada de Josh y volvió a mirar el anillo.Sus ojos azules se cristalizaron, porque también estaba el hecho de que aquel accidente había sido una negligencia total, por lo que no sabía cómo seguiría aquel proceso.¿Acaso tomarían preso al responsable que le quito sus memorias?¿Lo juzgaría por casi matarla? Ya que Leyna era consciente de que estuvo a punto de perder la vida.—Todavía no me cuentas que fue lo que realment
Capítulo XVII: Ataque de PánicoLa enfermera ayudó a Leyna a vestirse, mientras Josh estaba en la sala de cobranza pagando los días de recuperación. Al final no había sido necesario trasladarla al hospital privado, ya que Leyna estaba teniendo una excelente recuperación, mucho mejor que otros pacientes que estuvieron en su caso.Por eso Josh, pensó que, a pesar de todo lo malo que estaba ocurriendo a su alrededor, ella era una mujer muy fuerte y capaz, aunque claro, su brazo derecho tenía una fractura y su mente seguía en blanco, por lo que el joven Ceo de autos lujosos ya había contactado a sus médicos de confianza de la clínica para que la trataran.Pronto tendrían una visita para conocer otra opinión médica de su caso y ver cómo podría ayudarla, aunque si ella recordaba, entonces eso significaba también el fin de su relación con ella.Él firmó algunos documentos para la salida de Leyna y luego se dirigió a la sala de recuperación.Leyna ya estaba de pie luciendo un hermoso vestido
Capítulo XVIII: LuzJosh vio como Leyna comenzaba a desvanecerse mientras sus ojos azules se cerraban, que, con la rapidez de sus reflejos, la tomó en brazos cargándola y se devolvió de nuevo al hospital para que vieran lo que en realidad le sucedía.La angustia en el cuerpo de Josh se manifestó sintiendo como todos sus músculos se colocaban rígidos, pesados y tensos, y un dolor se extendió por cada una de sus costillas, al sentir que Leyna nuevamente podía empeorar de salud.A Leyna la ingresaron de urgencias, le revisaron los signos vitales. La presión arterial la tenía baja y estaba sudando frio, por lo que le colocaron un calmante a la vena.Leyna durmió profundamente y el doctor llegó nuevamente al lado de Josh, que estaba de pie mirando las puertas blancas, por donde había ingresado a la chica.—Lamento lo ocurrido Señor Bemberg —dijo el doctor Fisher.—¿Ella está bien? ¿qué le sucedió?—Al parecer fue un ataque de pánico —comentó el doctor.Josh se pasó los dedos por el cabello
Capítulo XIX: Miedo y PesadillaUna vez que su madre le dejo solo, Josh se posó frente de la ventana que estaba abierta. El suave viento se filtró por la habitación, haciendo que las cortinas de color lila se movieran sutilmente.Él movió el velo del visillo, blanco y un tanto trasparente, hacia un lado y miró toda la finca que le había dejado su padre.Una herencia que se traducía en una hacienda prospera y la más grande de la región.Las fértiles tierras con árboles frutales, animales de campo, establos y una empresa de autos lujosos, todo lo que poseía era fruto del esfuerzo de años de trabajo que había comenzado con su bisabuelo, luego su abuelo, su padre y ahora él.Generación tras generación paso en manos del hijo mayor. Así era como funcionaba el legado Bemberg.Era por tal razón que Josh no estaba dispuesto a perder todos los años de esfuerzo que su familia había puesto en la riqueza Bemberg, si no que su meta era engrandecer aún más la fortuna, pero con lo cerrado que era él
Capítulo XX: Ganas de ser TuyaLeyna seguía a horcajadas sobre el regazo de Josh siendo consolada y mimada por él. Ella se echó hacia atrás, separándose un poco del cuerpo de él para mirarle a la cara. Sus labios carnosos hicieron un puchero.Él acarició con ambos pulgares cada lado de las mejillas sonrojadas de Leyna, limpiando los rastros de lágrimas de dolor derramados por sus hermosos y vivaces ojos color cielo.—Lo siento mucho —susurró ella jugando con los botones de la camisa de Josh—. No quiero ser una preocupación para ti.Josh respiró más profundo de lo normal. El calor de ella sobre sus piernas y sobre su torso le colocaba en un estado de éxtasis total y el aroma a vainilla que desprendía la piel de la chica, le invitaban a besarla por todo el cuerpo.Josh comenzaba a tener deseos impuros sobre ella, deseos que quería materializar metiéndose entre sus piernas y haciéndola gemir. Por un segundo sintió ganas de empuñar su cabello negro como la noche y de arrancarle la ropa y