Cathaysa.Estos viajes relámpago a Edimburgo me dejaban agotada, había organizado ya las dos entrevistas con los dos empresarios para hoy, en horas diferentes, pero, aun así, después del vuelo, ir al hotel, llamar a Abigail, para que tuviera todo el papeleo preparado, hacer una llamada a casa, y que mi padre supiera que había llegado bien, además de soportar la burla de mis hermanos, que estaban en una reunión con él. Que mi padre les dijera que los desheredaría si seguían metiéndose con su princesa, como siempre. Todo esto estaba acabando conmigo. Fui a mi primera cita, tras la cual comí algo y ahora acudía la segunda, después de esta cita me agenciaría, una buena cena, acompañada de un buen licor escoces, aunque nada de whisky. La última vez que Mary y yo, en el internado, nos cogimos nuestra primera borrachera, fue con ese licor demoniaco. Lo aborrecí al día siguiente, por lo mala que me puse, y también porque el castigo que recibimos no era nada misericordiosos para ayudar a comb
Duff.Cuando entré en el baño, fui directamente al espejo para encontrarme con lo que esperaba fueran grandes eczemas en mi piel, pero me sorprendí, no encontré nada. Me había encantado sentir sus labios sobre los míos, pensé que debido al nivel de intoxicación una vez que mi cuerpo bajase un poco la temperatura, aparecerían las malditas lecciones, pero asombrosamente, después de más de diez minutos bajo el agua, que calmó un poco el ardor de mi cuerpo, aunque no el deseo de poseer a la mujer que se encontraba fuera del baño, ninguna lesión hizo su aparición.Continúe bajo la ducha para aclárame que era lo que me había llevado a esa situación. Hace dos días en mi despacho se había aparecido mi sobrino para agradecerme que hubiera insistido a mi padre para que lo perdonara después de la última pifia, que había realizado, en al proyecto de los centros comerciales. Yo no solía meterme en la empresa de mi padre, en verdad, yo no quería heredarlas, pero mi padre me dijo que sólo podía pas
Cathaysa.¿Qué nos pasa a algunas mujeres, cuando ciertos hombres nos hablan, cómo este hombre me ha hablado a mí? Le pasó a Judith Flores con Eric Zirmmerman, en “Pídeme lo que quieras”, le pasó a Anastasia Steel con Christian Grey, en “Cincuenta sombras de Grey” y le pasó a la luchadora y rebelde Scarlett O'hara con Rhett Butler, en “Lo que el viento se llevó”. No sé si comprendéis a lo que me refiero, pero en el momento que este hombre me dijo que era suya, que me iba a hacer suya esta noche, mi feminidad estalló por todos mis poros, me sentí más mujer que nunca, ser capaz de hacer que un hombre pierda la cabeza así, por ti, aunque sólo sea sexual, te desarma. Y te presentas voluntaria para lo que dese hacer de ti, como se diría en mi país, se te caen las bragas.Quizás sea porque nunca en mi vida un hombre me había hablado así. Creo que os he contado el castigo que me envió dios, en forma de hermanos controladores, que, al no poder con su rebelde hermana, ejercen la presión en él
Cathaysa.Esa noche, me adentre en un mundo de perversión donde, nuestros cuerpos no se agotaban de disfrutar del otro, de gemir, gritar, suplicar, y exigir, hasta que extenuados, nos dormimos uno en brazos del otro.Cuando desperté me permití uno segundos y mirarlo mientras dormía, antes de que la culpa me asaltara. Era el hombre más atractivo que había visto en mi vida, incluso dormido, su boca tenía esa expresión de diablo tentador. Aun recordaba como cada vez que entraba en mí, sus ojos azules me hipnotizaban, haciéndome sentir especial.No sé por qué un hombre tan atractivo, y con tanta potencia sexual, no había practicado sexo hasta ahora, aunque, desde luego mucha práctica no necesitaba, es típico genio, que lo hace todo bien a la primera, después de unas explicaciones teóricas. Sino me dirás como sabia donde tocarme, como hacerlo, y hasta qué punto podía llevarme, para que yo terminara rogándole que me volviera hacer suya.Decidí que ya era hora de volver a la realidad, y desde
Duff.Cuando me desperté, mo bhan-dia nymph, no estaba mi lado, y por primera vez en mi vida, no me gustó dormir sólo, después de probar su calor, su sabor, el contacto de su piel, oírla gemir, y desinhibirse, ver como se convierte en mujer ante mí, me llenaba como nunca me había llenado nada en mi vida.Quizás era porque tras años, desde lo que había sucedido con mi madre, era la única mujer que me había tocado, sin crearme repugnancia y rechazo, sin que mi cuerpo sintomatizara con eczemas, y lesiones, mi rechazo a las de su género.Pero yo no creo que sea sólo eso, ya que desde que la vi la desee, y odie tener este problema que me impedía tocarla. Cuando comprobé que no me afectaba y la hice mía, se ha vuelto una obsesión acuciante poseerla, y no dejarla ir.Nunca me he sentido así, quizás sea porque a mis veintiocho años he tenido mi primera, y maravillosa experiencia sexual, pero, algo me dice, que hay algo más detrás de todo esto.Salí de la cama como dios me trajo al mundo, me di
Cathaysa.- “¿Qué te acostaste con mi tío?”-me grito Mary.- “Por fin, pensaba que nunca te desharías del idiota de William, y por lo que veo del señor Duff Sinclair has salido ganando. ¿Todos esos músculos son así de firmes como parecen o es solo ilusión?”- me grito muerta de risa Abigail, mi mano derecha y amiga.Esto era lo que tenía la llamada a tres, podías estar manteniendo dos conversaciones distintas, y al mismo tiempo sentirte abrumada.Cuando tome la decisión de hablar con mis amigas para contarle las últimas novedades y lo cabrón que era el hermano de Mary.Esperaba que a mi atractivo prometido no le importara que usara su teléfono, llame a Mary primero ya que Duff la tenía registrada como mi preciosa sobrina Mary.La sorpresa de Mary al oírme aun me hacía reír.-“ Cathaysa Bencomo ¿Qué haces tú con el móvil de mi tío?”- me dijo mi amiga en un español perfecto.Le dije que llamara a Abigail y les contaría todo. Cuando ya las tenía atentas les solté todo de la única manera qu
Cathaysa.Mi madre no paraba de recriminarme que no tomara decisiones precipitadas, sin dejar me apenas hablar, gracias a Dios, que yo conocía el punto débil de mi madre. Diane Pelayo, se había enamorado de Carlos Bencomo mucho antes que este último pusiera un ojo sobre ella, tan sólo porque lo vio salir de la piscina totalmente mojad, y con todos sus músculos colocados en el lugar indicado, y definitivamente desarrollados, como lo haría un dios griego, según palabras de mi madre. Esto ocurrió en el hotel que se alojaba con sus amigas de la universidad. Para mi madre, el hombre que te esta predestinado, una vez que lo ves, ya tu corazón y tu cuerpo lo sabe, no hace falta ni que te hablé, así que para calmar a la señora de Bencomo tuve que tomar medidas drásticas.Me giré hacia mi highlander y acercando me a él, mientras mi madre no paraba sus regaños, le di el teléfono.- “Aguántemelo y no cuelgues pase lo que pasé “- el me miró extrañado.Pero me agarro el móvil mientras oía a su futu
CathaysaMire alrededor y vi mi teléfono sobre su despacho, lo cogí, y llamé primero a la única persona que podría ayudarme en ese momento.-” Mary, no preguntes tengo poco tiempo, debo llamar a mi padre para convencerlo que me quiero casar con Duff, sólo quiero preguntarte una cosa, ¿hablas gaélico?”- le pregunté muy seria aun con los ecos del deseo insatisfecho arrasando mi cuerpo.-” Sí, es una obligación en mi familia, mi abuelo nos obliga a todos a mantener nuestras raíces, sólo William se ha negado a aprenderlo, aunque solo sabe unas palabras para que el abuelo crea que aprendió, normalmente su asistente es quien le traduce todo.”- me dijo confirmando lo ciega que había estado, al creer a la basura de William alguien especial.-” ¿Que significa mo bhan-dia nymph?”- la carcajada de mi mejor amiga no se hizo esperar, se reía tanto, que sin querer atrajo la atención de su jefe, mi hermano que entraba por la puerta.-” ¿De qué te estas riendo, escocesa?”- la voz de mi hermano se oyó