Cathaysa.Entendí el nerviosismo de Duff ante la broma que le hice con Marcos, no sé porque, no me gustaría, que mi highlander me hablara de otras mujeres, y menos en los términos que yo lo hice de “Amor de mi vida”. Quizás era porque mi cuerpo lo sentía como mío, fue mi primer y único amante, y yo fui el suyo, y esto en un hombre era raro, muy raro.Sus razones tendrían, y esperaba que confiara en mi para contármelo. Vi como sus nervios crecían, hasta ya ni me sostenía la mirada, y fue aún peor cuando descubrió quien era Marcos, una máscara que nunca había visto en me preocupó, supe que se alejaría de mí, no sonreía, ni me miraba con esa mirada de hombre entrenado para la batalla que sabía lo que quería e iba por ello, vi miedo en inseguridad. Y no me gustaba ver a mi highlander así. Ese hombre no era así, era seguro de sí mismo, alterante, incluso enloquecedor, y no sólo por el deseo, sabía que en más de una ocasión me haría arder de rabia, y más de una discusión tendríamos, gracias
Abigail.Desde luego que tenga que pasar por mi mejor amiga por esto, no es justo, yo también necesito algo de diversión, la última fue hace ya.-" ¡Ufff!, ni me acuerdo-"- pensé así de mal estoy. -" Bueno no hagamos esperar al pobre asiéntete."- me dije y abrí la puerta.Cuando miré al hombre que estaba frente de mí, mis piernas comenzaron a temblar, y lo reconocí en seguida. Mi bolso cayó al suelo, y mi voz desapareció, y todo comenzó a dar vueltas a mi alrededor.Su pelo rubio, su altura, la fortaleza de su cuerpo, y, sobre todo, esos ojos verdes. Aunque siempre me lo había imaginado con esas gafas de metal de intelectual, que lo hacían más interesante, tal como lo tenía en la foto furtiva, que tenía en un marco, sobre la mesa de mi despacho, donde estaba los hombres más importantes de mi vida, Marcos, mi hijo, y el Señor X, el hacker que más admiraba, y del que estaba secretamente enamorada.Hace dos años, por saber algo más de él, entre en una competición clandestina de todos cont
Benearo.-" ¿Cómo puede un solo hombre acabar con mi hermano y conmigo, y más cuando atacábamos al mismo tiempo los dos?, Desde luego mi futuro cuñado, está hecho de otra pasta, ¿Será que la cabrona de Ranita se buscó uno fuerte adrede, para tenernos al hilo, a Ruyman y a mí? "- mi mente divagaba mientras me tocaba la mandíbula que aún me dolía.Estaba caminando por el pasillo, regresando del gimnasio del hotel, donde los dos gemelos Bencomo habíamos recibido la paliza de nuestra vida. Lo peor es que mi padre asistió a la "velada de boxeo". Y apostó con los empleados, y demás clientes que vinieron a ver la humillación. Y mi progenitor, nada más saber que nosotros éramos los adversarios, se fue con el más fuerte, o sea su futuro yerno.-" ¡Tener padres para esto!"- pensé, estirando me los músculos de la espalda, y quejándome cuando el golpe que recibí, me dio una punzada en el costado.Para colmo el idiota de Ruyman, ante la paliza recibida, se había ido al bar para, según sus palabras
Mary Llegué a pensar que tenía una relación con asistente Howard Newton, y resulta que hasta el asistente es totalmente y terriblemente hetero, por la forma en que se llevó secuestrada a mi Pocahontas.Mi tío, siempre me había tratado con cariño, nunca se olvidaba de mi cumpleaños, y de las fechas importante, cómo fue mi graduación. Incluso, me dio la opción de irme a vivir con él, cuando murió mi padre, pero mi madre no lo dejó. Yo aún era menor de edad y ella era mi tutora legal, así que, a cambio de dinero, consiguió que mi madre me mandara a el internado, mientras dedicaba toda su devoción a su preferido, convirtiéndolo en un auténtico bueno para nada.Ir al internado fue lo mejor que me pudo haber ocurrido, allí conocí a Cathaysa, y a los Bencomo, y comprendí que era el amor de la familia verdaderamente, eran personas que se protegían unas a otras, que es peleaban, se reían, se querían y compartían, todo eso que no había hecho yo nunca, junto a mi madre y mi hermano. Pero sí lo
Mary.-" Si te vas a vender por dinero, dime lo que pides y lo pagaré con gusto. Esta noche te haré mía."- esta frase no la esperaba, incluso pensé partirle la cara por tratarme como una cualquiera. Acaba de descubrir que había atracción entre nosotros, o mas bien de Benearo hacía mí, que se desató hace unos segundos con ese beso.Y el habla de tenerme por dinero. Tras el sexo y él podría ser libre, para seguir torturándome con todas esas mujeres que pasa todos los días por mi despacho, y yo acabaría con el corazón roto.-" No podrás pagarlo, ni con todo el dinero de los Bencomo, así que no preguntes que te costaría."- le dije secándome el pelo.Mientras el salía del yacusi, quitándose la chaqueta y la camisa. Se quedó sin camisa, con ese musculoso cuerpo desnudo, dejándome, de paso, sin aire en los pulmones. Como podía mantenerme fuerte en mi decisión, si este hombre me tentaba así.No pude evitar recorre los músculos de sus pectorales, y los marcados abdominales, los músculos marcad
Mary.-” Sabes muy bien escocesa y hueles aún mejor, siempre me ha gustado tu aroma por las mañanas, me descentraba en el trabajo, y me hacía imaginar miles de perversidades para hacerte.”- me decía mordisqueado mi oreja, mientras gemidos que yo desconocía poseer salían de mi boca.-” Tu también... tu … ¡dios!, …. Yo.... adoro tu olor”- mi voz se entrecortaba, y ni yo me reconocía. No soy tan desconocida al deseo y al placer, que no hubiera tenido ningún amante, no significaba que no tuviera deseos sexuales. Como mujer también había jugado con algunos aparatitos de masaje y de vibración, de hecho, en mi habitación del hotel tenía uno.Mas bien el problema erradicaba, en que, pese a que había tendido grandes sesiones de auto-sexo interminable, con mi agradable aparatito, donde el protagonista en mi imaginación era el mismo de siempre, el hombre que ahora mismo me estaba alimentando del nacimiento de mis senos. Nada me había preparado para que la realidad, fuera mucho más impactante, que
Cathaysa.Aun no podía creer que Duff hubiera dejado que su sobrina hubiera pasado la noche con mi hermano. A raíz de lo que pasó ayer, Duff y yo tuvimos nuestro primer desencuentro, si se puede llamar eso, a que, tras la discusión, yo le cerrara la puerta en sus narices, tras decirle unas cuantas palabras en español, muy poco apropiadas para una dama, como hubiera dicho mi madre.Y que él me hubiera hablado en gaélico, otras que aún tenía que traducir que, sin la ayuda de la atareada Mary, no podría en este momento. Lo único que tenía claro es que, si no fuera por mi carácter español, ahora mismo estaría en la habitación de Duff, durmiendo después de una noche de sexo alucinante.Hay que ser idiota, por mi orgullo Bencomo y mi miedo, anoche, no hubiera disfrutado de un guerrero escoces desnudo, recitándome todo lo que me iba a hacer en gaélico, mientras yo me desmayaba de placer.No sé lo que había pasado, en mi vida y en las de mis amigas en estos tres días, pero desde luego el mund
Duff.Aun no podía parar de reírme, cada vez que recordaba cómo, mo bhan-dia nymph, se había puesto porque le hable en gaélico, sentía que reventaba de la risa. Mi dama es muy sensible, fácil de excitar, en todos los sentidos. En la noche que pasamos juntos me encargue de memorizar todo aquello que hacía que, ella perdiera el control y se entregara sin reservas.Pero también me había gustado la mujer fuerte, con fuego en la mirada y desafiante que, se me había enfrentado, cuando creía que la estaba manipulando usando mi idioma, el de Escocia. Una lengua cuidada por los escoceses de generación en generación.Pero estaba muy lejos de lo que pretendía, sabía que oírme hablar gaélico o español, la excitaba, pero cuando ella me preguntó si daría mi vida por pasar una noche con ella, su primera noche, no puede decirle lo verdaderamente quería decirle, sólo hacia tres días que nos habíamos conocido. Nada de lo que ella o yo dijéramos sobre el otro, seria creíble, así que use la única lengua e