MÍAAl final de la semana habíamos hecho planes para ir todos al festival de verano. Era un plan imperdible en estas fechas. Después de la pandemia, la gente estaba loca por hacer algo diferente en la ciudad y los parques estaban a punto de reventar.Me dio la impresión de que Joa no quería venir, así que le pregunté cuando llegamos, y nos sentamos debajo de unos de los árboles del parque Simón Bolívar. La vista del lago era preciosa y, a pesar del sol, el clima era agradable.—¿Tenías otros planes para hoy?Me mira extrañado.—No, ¿por qué?—Porque pareces incómodo, como si no quisieras estar aquí. Podemos irnos si quieres.No tenía ningún problema con pasar otro fin de semana con él, viendo películas en mi cuarto.—Te ves contenta de estar aquí.—No siempre se trata de mí, Joaquín.—Difiero.—No cambies el tema. Anda, dime, ¿Qué tienes?Sin importar la gente que estaba alrededor, ni siquiera nuestros amigos, que se encontraban a pocos metros, me senté a horcajadas sobre sus piernas
MÍA Los primeros meses de universidad han pasado volando. Debe ser por lo magnífico y perfecto que ha sido. Joaquín y yo nos vemos allí todos los días por las mañanas y en las tardes y noches, en mi casa. Papá dice que le proponga mudarse a mi cuarto. Lo dice en broma obviamente. Para él, Joa es mi novio. ¡Dios! ¡Si hasta lo nombró yerno hace dos días en la cena! Joaquín casi se ahogó con una albóndiga. —Yerno, ¿me pasas la sal, por favor? Joaquín miró a ambos lados como si le hablara a otra persona. Cuando por fin logró tragar el pedazo de carne que tenía atorado en la garganta, le pasó la sal. —Gracias, yerno. No sé cómo hice para aguantar las ganas que tenía de tirarle el salero en la cabeza. No ha sido el único bochorno que he pasado por culpa de mi padre. Lo trata como si ya me hubiera casado con él: le dice «hijo». ¡Por Dios santo! Ni hablar de la abuela… Viene a casa tres o cuatro veces por semana, siempre a la hora que Joa está acá. Le mete conversación, lo abraza, lo be
Una historia trágica, romántica y apasiónate.La vida de Mía cambia drásticamente después de un fatal accidente, donde no solo pierde a su madre si no también una parte de ella. Nunca podrá ser la misma persona, pero siempre puede ser una mejor. Encontrarse a sí misma será el reto de su vida, encontrar el amor, totalmente descartado, o por lo menos eso pensaba antes de conocer a Joaquín, un hombre enamorado solo de el mismo, incapaz de interesarse por los demás, egoísta, egocéntrico y atascado en un pasado siniestro, Joaquín le mostrara un mundo que nunca pensó posible para ella. ¿Podrán Mía y Joaquín sobrepasar los límites de los prejuicios, la discriminación y sus propias dudas?¿Esta historia tendrá un final feliz o terminará alguien con el corazón roto?
MÍA (26 de julio de 2014) — ¡Mía! - Grita mi madre desde el primer piso de nuestra casa. —Voy —digo, Como si mi mamá pudiera escuchar, es todo lo que logro articular, no funciono recién levantada. Soy un zombi andante. Sonrió de mis propios pensamientos. — ¡Son las 4 de la tarde por el amor de Dios! ¿Hasta qué hora piensas dormir niña? —sigue gritando mi santísima madre. — ¡Estoy levantada! —todavía estoy arropada de pies a cabeza en mi cama. Alguien toca la puerta de mi cuarto, es mi papá con cara de poema, viéndome todavía acostada con una ceja levantada. —Tienes cuarenta minutos para alistarte, vamos a llegar tarde al cumpleaños de tu abuela. Levántate ahora mismo —me ordena con voz suave y calmada como es él. —Cuarenta minutos serán —le contesto casi al mismo tiempo que él cierra la puerta. Me baño lo más rápido que puedo, seco mi melena rubia y me visto con el vestido que mi mamá me hizo comprar hace una semana, es bonito, pero no es mi estilo. Me lo pongo solo para darl
MÍA. 3 Años después Suena el despertador como todos los días a las 6:00 de la mañana, me levanto rápido, estiro la mano y agarro mi prótesis, la ajusto a mi pierna, la aseguro, hago unas cuantas extensiones de pierna todavía sentada en la cama y me levanto. Mi pierna ortopédica es genial, personalizada con revestimientos de prótesis impresa en 3D, de color blanca y negro. Da la impresión y comodidad de una pierna normal, está hecha justo a mi medida. El carenado incluye una parte frontal y posterior que es desmontable, se pueden intercambiar las piezas de negro por otro color, es una maravilla. Soy muy afortunada de tener los medios económicos para tener una prótesis de última tecnología, me hacen la vida mucho más fácil. La mayoría de las personas amputadas deben conformarse con una prótesis de mala calidad que apenas se ajusta a sus necesidades reales y para colmo de males añaden otros problemas, como infección y daños a nivel muscular y óseo. Si, perdí mi pierna derecha durant
JOAQUÍN—Hey viejo, buenos días. —saluda Francisco entrando en la cocina, mi mejor amigo o “Frank” como lo llamamos la mayoría.—Buenos días. ¿Qué tal? —le pregunto sabiendo perfectamente la respuesta, porque yo me siento igual.—Como la mierda, me duele todo como si me hubieran dado una paliza.—El profe se pasó ayer con el entrenamiento.Ambos hacemos parte del equipo de futbol de la universidad, estamos a una semana de entrar de vacaciones y el entrenador nos agarró a todos con los guayos colgados, nos sacó el jugo, hasta la última gota de sudor, cabrón de mierda.—Toma estos dos ibuprofenos para el dolor, nenita —Sé los entrego mientras él va por un vaso con agua.Me queda viendo mientras toma su medicina, sé lo que está pensando y también sé que no tardara más un minuto en hacer la misma pregunta de siempre.— ¿Vas a ir conmigo esta vez? —ataca Frank.—NO —respondo a secas.—Ok. Si cambias de opinión tienes hasta las 5 de la tarde para ir juntos.Escucho un suspiro y veo a Frank
MÍAHoy es viernes, y hace 3 días que tengo la servilleta con el número de teléfono del buenorro, sé que es de él, lo vi cuando se la entregó al mesero, obviamente en ese instante no me imagine que era una nota para mí. “Preciosa, llama si quieres” eso me escribió, claro que quiero llamarlo como no, es el hombre más lindo que me visto en mis 20 años de vida.Es justo en este tipo de situaciones en que lamento tener una pierna amputada. Estoy convencida de que si me hubiera visto de pie, jamás tendría esta servilleta en mis manos, no soy de autoestima baja, todo lo contario, me gusta mi cuerpo a pesar de todo, llevo una vida sana, me alimento bien y hago más deporte que una persona promedio con sus dos piernas completas. A pesar del accidente el resto de mi cuerpo está ileso y libre.Sin embargo, son realista y consientes que mi condición puede llegar a intimidar y espantar a los hombres, sobre todo a los de mi edad, que no quieran tener la carga emocional de tener una novia como yo.G
JOAQUÍNEs sábado y el cuerpo lo sabe, son las 8 de la noche y Frank y yo nos alistamos para salir de rumba, emborracharnos y regresar a casa a dos bellezas bien dispuestas. Hace una semana que no hecho un polvo y estoy que me follo a mí mismo.Y no es porque no haya tenido con quien, simplemente no me apeteció, estaba en esos días bajos de nota a causa del aniversario de muerto de Darío, siempre hago mi penitencia.Cuando llegamos al club nos dirigimos directo a la barra, pedimos dos cervezas bien frías y no sentamos a ver que casamos por ahí. El lugar está casi oscuro, pero se puede ver uno que otro grupito de amigas solitarias esperando que las saquen a bailar o le inviten unos tragos.Llevamos las cervezas a la mitad cuando siento unas manos conocidas que rodea mi cintura, no tengo que voltearme para saber quién es, ese perfume dulce lo dice todo.—Hola corazón, me has extrañado —pregunta ella con voz seductora justo en mi oreja. Ese susurro se dirige a partes sensibles de forma i