Gaby detuvo su coche a las afueras del edificio de la familia Allen, tomó las flores en sus manos y respiró profundamente. Bajo y empezó a caminar lentamente por la acera, se detuvo en la entrada del lugar, estaba algo nerviosa.Ingresó al ascensor y marcó el piso indicado. Sofía tenía razón, quizás solo debía de intentarlo. Iba pensando en las palabras que debía decir, no quería hablar alguna incoherencia y terminar avergonzándose. Las puertas se abrieron de par en par, y Gaby salió con el ramo en las manos. Avanzó por los pasillos lentamente, se detuvo abruptamente al mirar a Andrew salir de su oficina. Él no se había enterado de su presencia, estaba acompañado de una hermosa joven. La mujer se giró y lo abrazó, le dio un beso en la mejilla, tenía una gran sonrisa y él parecía estar muy feliz. Giró sobre sus tacones, quería ocultarse, era una tonta. Andrew parecía estar disfrutando de la compañía de la mujer. No podía negar que era hermosa, con un cuerpo fabuloso. —¡Gabriela
Patricia estaba en una tienda exclusiva, solía comprar cuando estaba aburrida o molesta.Además, qué mujer no adoraba gastar los millones de su esposo y comprarse miles de cosas hermosas. Lleva una bolsa que costaba varios miles de dólares, pero no era un problema. Su marido era hombre con una gran capital. Se detuvo en la caja y sacó su tarjeta y se la entregó a la joven cajera. La mujer pasó la tarjeta, pero fue rechazada. La pasó nuevamente pensando que había sido un completo error. Pero el resultado fue el mismo, se puso algo nerviosa. Todos conocían el carácter de Patricia; miró a la mujer fijamente. —Su tarjeta fue rechazada, señorita —comentó la joven en voz baja para no llamar la atención de los demás clientes. Patricia observó a la joven con cara de disgusto; eso debía de ser una broma de mal gusto. —Puede volver a pasarla, acaso no ve que es una tarjeta VIP. La joven deslizó la tarjeta nuevamente frente a los ojos atentos de la mujer. —Debe de ser un malentendido, l
Félix se dio a la tarea de investigar la situación, podía que solo se tratara del número de alguien que no tuviera nada que ver con la situación. Pero no estaba de más investigar lo sucedido, y esa tarde acompañó a Darío a un lujoso casino.Se trataba del último hombre en su larga lista de posibles culpables en el caso del señor Clark. Los primeros hombres que Darío había interrogado, no tenían nada que ver con la situación. Ese era el último en la lista; si ese hombre no era el responsable, significaba que alguien estaba tratando de incriminarlos y despistarlos. El hombre estaba sentado en la barra. Darío llegó y se sentó al lado del hombre.—Escuche que estaba buscándome, señor Young, ¿puedo saber qué necesita de mí? Lo interrogó el hombre mientras bebía un poco de vino. —Así es, necesitaba hablar con usted, sobre un tema muy delicado. Soy consciente de que el señor Clark le debía mucho dinero, ¿usted fue quien lo envió a asesinar? El hombre guardó silencio por unos segundos,
—Deberías de vender la empresa en este momento que todavía vale algo de dinero, no lo crees —presionó Patricia —no tolero esta situación, me da pena cuando nuestros amigos nos preguntan si es verdad que estamos en la calle. Pablo se arregló la corbata, no tenía ánimos de hablar, había intentado comunicarse con su abuelo sin éxito. Era la única persona que podía ayudarlo en ese momento tan crítico de su vida, necesitaba apaciguar la ira de su querido tío. —Podríamos largarnos de aquí y vivir como reyes, solo piénsalo, no perdemos nada con intentarlo. —¡Cállate! —rugió Pablo, molesto —jamás le venderé a ese imbécil, prefiero terminar en la quiebra, ¡me escuchas! Patricia respiró profundamente y trató de calmarse. Su marido no pensaba con claridad, solo estaba algo confundida. El dinero era más importante que cualquier otra cosa; sin plata en los bolsillos, estaban perdidos. Si su marido vendía la empresa, podían vivir como reyes. —No puedes pensar solo en ti, se trata de nosot
Sofía ingresó a la oficina de Andrew, había ido a entregar algunos documentos. El joven necesitaba una nueva secretaria y ella tenía a la persona indicada para el puesto. Andrew la recibió con una sonrisa. —Tu tío habló conmigo, tengo mi escritorio saturado de documentos. Entre más rápido le encuentre trabajo a estas personas, será mucho más fácil. Mira, te puedo recomendar a estas jóvenes que trabajaron para mí, son buenas, de eso no hay dudas. —Gracias por la ayuda, te lo agradezco.Sofía miró el lugar con atención, observó las hermosas flores que había comprado Gabriela, estaban en un jarrón, le daba vida al lugar. —Son hermosas las flores. —Gaby, me las obsequio para decorar el espacio, son hermosas. Podía notar la sonrisa boba en el rostro del joven; era notorio que Andrew se sentía atraído por su querida prima. —¿Deberías de invitarla a salir, no lo crees? Andrew guardó silencio, por un momento. Gaby era una joven muy hermosa, pero no creía que ella estuviera interesada
—Bueno, al parecer no lo conoce también como yo, ofender a personas como él, significa la muerte.—¿Qué espera para jalar del gatillo de una vez? No es necesario que postergue mi sufrimiento, estoy listo para morir.Escuchó al hombre reírse de manera divertida nuevamente.—Cree que será así de fácil, está realmente equivocado, tengo otros planes, pegarte un tiro, sería demasiado compasivo de mi parte.Rubén estaba tratando de ganar algo de tiempo, había evaluado cada una de sus opciones, escapar ileso, simplemente no era una de ellas.La única salida estaba bloqueada y su enemigo estaba a unos pasos de él, sosteniendo un arma en su cabeza.—¿Acaso estás jugando conmigo? —No, eres mi trabajo —comentó el hombre con total tranquilidad. Como si no le importara cuánto tiempo le tomaría terminar con él. —Quiero que te tires del balcón, una manera escalofriante de morir, pero algo justo para alguien como usted. Quiero que piense en Cherry mientras estés en este mundo, imaginé cómo se sint
Darío despertó de mañana, observó a su esposa de pie frente a la ventana, mirando a la nada, últimamente estaba muy preocupada.Se levantó de la cama, se acercó y abrazó a la mujer por la cintura y aspiró el delicioso aroma de su cabello.—Puedo notar que últimamente estás preocupada, mi amor, puedo saber que ronda tus pensamientos.Sofía soltó un suspiro pesado. El día se acercaba y temía por su seguridad y la de su familia. Un perro herido podía ser muy peligroso.—Temo por nuestra seguridad, es todo, sé que no debería, pero resulta inevitable.Darío le dio un beso en la mejilla y trató de calmarla.—No tienes que preocuparte, yo me haré cargo de todo, amor, tú quédate tranquila.Sofía observó a su esposo ingresar a la ducha. El día anterior había salido por la noche y había regresado de madrugada, decidió no preguntar el motivo.Era consciente de que no tenía una amante, las cartas con amenazas habían dejado de llegar.Al menos era algo bueno, estaba cansada de vivir con la preocup
Cherry observó a Pablo marcharse de la mansión, soltó un suspiro de alivio, miró a su sobrino de pie junto a ella.—Te arriesgaste demasiado, no debiste hacerlo.—No pensaba quedarme callada por ningún motivo, como se atreve a acusarnos de algo tan horrible, es un maldito hipócrita.Cherry se acercó a su padre y lo abrazó. El anciano se mantenía en silencio con la mirada perdida.—Que hice para merecer esto, mi hija murió hace tantos años, era una buena persona su muerte todavía me duele, mi familia se desmoronó en cuestión de meses, ahora Rubén, su muerte me duele, pero era una mala persona, no podía salvarlo, lo único que quiero es que ustedes se apoyen, la ambición solo deja muertes y enemistad.Cherry trató de calmar al hombre, estaba triste, era obvio.Era consciente de que Darío había ido tras su hermano, pero no sentía ningún tipo de tristeza, él había intentado asesinarla.A Rubén se le había caído la máscara. Era una persona realmente peligrosa para su familia, y era mejor qu