—Bueno, al parecer no lo conoce también como yo, ofender a personas como él, significa la muerte.—¿Qué espera para jalar del gatillo de una vez? No es necesario que postergue mi sufrimiento, estoy listo para morir.Escuchó al hombre reírse de manera divertida nuevamente.—Cree que será así de fácil, está realmente equivocado, tengo otros planes, pegarte un tiro, sería demasiado compasivo de mi parte.Rubén estaba tratando de ganar algo de tiempo, había evaluado cada una de sus opciones, escapar ileso, simplemente no era una de ellas.La única salida estaba bloqueada y su enemigo estaba a unos pasos de él, sosteniendo un arma en su cabeza.—¿Acaso estás jugando conmigo? —No, eres mi trabajo —comentó el hombre con total tranquilidad. Como si no le importara cuánto tiempo le tomaría terminar con él. —Quiero que te tires del balcón, una manera escalofriante de morir, pero algo justo para alguien como usted. Quiero que piense en Cherry mientras estés en este mundo, imaginé cómo se sint
Darío despertó de mañana, observó a su esposa de pie frente a la ventana, mirando a la nada, últimamente estaba muy preocupada.Se levantó de la cama, se acercó y abrazó a la mujer por la cintura y aspiró el delicioso aroma de su cabello.—Puedo notar que últimamente estás preocupada, mi amor, puedo saber que ronda tus pensamientos.Sofía soltó un suspiro pesado. El día se acercaba y temía por su seguridad y la de su familia. Un perro herido podía ser muy peligroso.—Temo por nuestra seguridad, es todo, sé que no debería, pero resulta inevitable.Darío le dio un beso en la mejilla y trató de calmarla.—No tienes que preocuparte, yo me haré cargo de todo, amor, tú quédate tranquila.Sofía observó a su esposo ingresar a la ducha. El día anterior había salido por la noche y había regresado de madrugada, decidió no preguntar el motivo.Era consciente de que no tenía una amante, las cartas con amenazas habían dejado de llegar.Al menos era algo bueno, estaba cansada de vivir con la preocup
Cherry observó a Pablo marcharse de la mansión, soltó un suspiro de alivio, miró a su sobrino de pie junto a ella.—Te arriesgaste demasiado, no debiste hacerlo.—No pensaba quedarme callada por ningún motivo, como se atreve a acusarnos de algo tan horrible, es un maldito hipócrita.Cherry se acercó a su padre y lo abrazó. El anciano se mantenía en silencio con la mirada perdida.—Que hice para merecer esto, mi hija murió hace tantos años, era una buena persona su muerte todavía me duele, mi familia se desmoronó en cuestión de meses, ahora Rubén, su muerte me duele, pero era una mala persona, no podía salvarlo, lo único que quiero es que ustedes se apoyen, la ambición solo deja muertes y enemistad.Cherry trató de calmar al hombre, estaba triste, era obvio.Era consciente de que Darío había ido tras su hermano, pero no sentía ningún tipo de tristeza, él había intentado asesinarla.A Rubén se le había caído la máscara. Era una persona realmente peligrosa para su familia, y era mejor qu
Patricia estaba algo preocupada, habían sepultado a su suegro. Pero nadie de la familia Allen se había hecho presente para darle el último adiós al hombre, ni siquiera el anciano se había preocupado por asistir. Esas personas eran realmente horribles, no tenían corazón. Su esposo bebía prácticamente todos los días, la empresa se estaba cayendo a pedazos y ella no podía hacer nada para ayudarle. La noche anterior, Pablo había pasado fuera de la mansión, y su suegra vivía encerrada en su habitación, no quería ver a nadie. La casa parecía estar abandonada, sus padres eran los únicos que la apoyaban en esa situación tan complicada que atravesaban. Su coche se detuvo a las afueras del edificio de Darío. Necesitaba hablar con Sofía, quería que retirara la demanda y así evitarse más problemas. Su marido tenía suficiente dinero, con eso ella podía vivir de por vida. Ingresó al ascensor y marcó el piso indicado. Después de unos minutos, las puertas fueron abiertas de par en par.
—¿Puedo saber dónde estabas? La madre de Patricia miraba de manera acusatoria a su hija, esperando una respuesta. —Fui a verla, quería que retirara la denuncia.—Ella se negó a hacerlo, obviamente —la interrumpió la mujer. Patricia se sentó en el sofá, había fracasado. —¿Cómo lo sabes? Eres adivina o algo parecido. —Eras la amante de su exmarido, vives en su mansión y estás gastándote su dinero, fuiste una maldita, obviamente, no va a ayudarte por más que le supliques, eres estúpida o estás haciéndote la inocente.A Patricia no le gustaba el tono que estaba empleando su madre para hablarle. Ella había intentado ayudar a su marido, y no había cometido un delito. Debía de darle ideas para buscar una solución, no regañarla como una niña. —¿Qué querías que hiciera, mamá? —preguntó con molestia en su voz —que me quedara tranquila mientras todo se nos viene abajo. —Que fueras más inteligente, no tenías que rogarle, debías de obligarla a que hiciera lo que tú pedías, es la única man
—¿Crees que tengo oportunidad de ganarle el caso a mi exesposa? No quiero terminar en una celda fría.Pablo caminaba de un lado al otro en su oficina, sentía demasiada presión sobre sus hombros.No sabía cómo Sofía había obtenido esos documentos, de seguro el juez quería una explicación razonable.Incluso tenía un impedimento para salir de la ciudad, era una tontería, no pensaba escapar.—La evidencia presentada por la señora Clark, puede ser un problema para nosotros, pero veré qué puedo hacer. Tenemos dos semanas para mejorar la defensa.Pablo no se sentía conforme con las palabras de su abogado.—Te pago para sacarme de este maldito problema —rugió enojado —te pago suficiente para que hagas lo que debes, no quiero excusas y nunca me voy a declarar culpable, sé cómo trabajan los abogados.El abogado estaba preocupado, nadie quería representar a Pablo, todos hablan mal de él, sobre su temperamento y ser un hombre insoportable. —Yo no hago milagros, señor Allen, soy abogado, se lo re
—Puede platicarnos de las cosas que presenció siendo amiga de Sofía Clark, señora Zamora.Patricia respiró profundamente, debía de estar concentrada, para evitar decir una tontería.—Bueno, Sofía era una persona diferente cuándo su exesposo no se encontraba cerca, vivíamos de bar en bar, bebiendo casi a diario, ella le era infiel con cualquier persona que se le atravesaba en el camino, jugaba de ser una mujer intachable, pero fuera de los reflectores no era así, llevaba una vida desenfrenada y alocada, ella no amaba a su esposo, lo veía como un empleado más, alguien que hacía el trabajo por ella, su apellido le pesaba, así que un día decidió escapar de su cárcel y le dejo todo a Pablo, por su propio gusto, ya que no quería ningún tipo de responsabilidad.El juez miró a Patricia fijamente, no lograba entender cómo alguien podía renunciar a una herencia tan grande, Sofía era casi la dueña de la ciudad, nadie renuncia a algo tan bueno. —¿Está segura de lo que dice, señora Zamora? ¿Cómo
El jardín amaneció cubierto de nieve, el sol asomaba tímidamente en el horizonte, Sofía tomó un baño y se arregló. Era un día realmente especial para ella. Su pequeña cumplía su primer año de vida, esa pequeñita la había salvado. Gracias a su bebé, nunca se dio por vencida, luchó por su felicidad, recordó ese día. Le había pedido a la vida una oportunidad más, alguien allá arriba la amaba mucho, y le había concedido otra oportunidad de hacer las cosas bien, no había sido fácil. Pero había valido la pena por completo, se encontraba en un punto de su vida donde estaba cerrando círculos y abriendo nuevos. Hubiera querido que sus padres estuvieran allí, para compartir su felicidad con ellos. Ellos habrían adorado a Elena, era una niña dulce y realmente hermosa. Bajo las escaleras, encontrándose con sus amigas, Cherry llevaba una taza de café en sus manos. —Buenos días, preciosa, aquí estamos para ayudarte con todo, este lugar quedará hermoso. —Elena, es muy importante para mí, la