—¿Puedo saber dónde estabas? La madre de Patricia miraba de manera acusatoria a su hija, esperando una respuesta. —Fui a verla, quería que retirara la denuncia.—Ella se negó a hacerlo, obviamente —la interrumpió la mujer. Patricia se sentó en el sofá, había fracasado. —¿Cómo lo sabes? Eres adivina o algo parecido. —Eras la amante de su exmarido, vives en su mansión y estás gastándote su dinero, fuiste una maldita, obviamente, no va a ayudarte por más que le supliques, eres estúpida o estás haciéndote la inocente.A Patricia no le gustaba el tono que estaba empleando su madre para hablarle. Ella había intentado ayudar a su marido, y no había cometido un delito. Debía de darle ideas para buscar una solución, no regañarla como una niña. —¿Qué querías que hiciera, mamá? —preguntó con molestia en su voz —que me quedara tranquila mientras todo se nos viene abajo. —Que fueras más inteligente, no tenías que rogarle, debías de obligarla a que hiciera lo que tú pedías, es la única man
—¿Crees que tengo oportunidad de ganarle el caso a mi exesposa? No quiero terminar en una celda fría.Pablo caminaba de un lado al otro en su oficina, sentía demasiada presión sobre sus hombros.No sabía cómo Sofía había obtenido esos documentos, de seguro el juez quería una explicación razonable.Incluso tenía un impedimento para salir de la ciudad, era una tontería, no pensaba escapar.—La evidencia presentada por la señora Clark, puede ser un problema para nosotros, pero veré qué puedo hacer. Tenemos dos semanas para mejorar la defensa.Pablo no se sentía conforme con las palabras de su abogado.—Te pago para sacarme de este maldito problema —rugió enojado —te pago suficiente para que hagas lo que debes, no quiero excusas y nunca me voy a declarar culpable, sé cómo trabajan los abogados.El abogado estaba preocupado, nadie quería representar a Pablo, todos hablan mal de él, sobre su temperamento y ser un hombre insoportable. —Yo no hago milagros, señor Allen, soy abogado, se lo re
—Puede platicarnos de las cosas que presenció siendo amiga de Sofía Clark, señora Zamora.Patricia respiró profundamente, debía de estar concentrada, para evitar decir una tontería.—Bueno, Sofía era una persona diferente cuándo su exesposo no se encontraba cerca, vivíamos de bar en bar, bebiendo casi a diario, ella le era infiel con cualquier persona que se le atravesaba en el camino, jugaba de ser una mujer intachable, pero fuera de los reflectores no era así, llevaba una vida desenfrenada y alocada, ella no amaba a su esposo, lo veía como un empleado más, alguien que hacía el trabajo por ella, su apellido le pesaba, así que un día decidió escapar de su cárcel y le dejo todo a Pablo, por su propio gusto, ya que no quería ningún tipo de responsabilidad.El juez miró a Patricia fijamente, no lograba entender cómo alguien podía renunciar a una herencia tan grande, Sofía era casi la dueña de la ciudad, nadie renuncia a algo tan bueno. —¿Está segura de lo que dice, señora Zamora? ¿Cómo
El jardín amaneció cubierto de nieve, el sol asomaba tímidamente en el horizonte, Sofía tomó un baño y se arregló. Era un día realmente especial para ella. Su pequeña cumplía su primer año de vida, esa pequeñita la había salvado. Gracias a su bebé, nunca se dio por vencida, luchó por su felicidad, recordó ese día. Le había pedido a la vida una oportunidad más, alguien allá arriba la amaba mucho, y le había concedido otra oportunidad de hacer las cosas bien, no había sido fácil. Pero había valido la pena por completo, se encontraba en un punto de su vida donde estaba cerrando círculos y abriendo nuevos. Hubiera querido que sus padres estuvieran allí, para compartir su felicidad con ellos. Ellos habrían adorado a Elena, era una niña dulce y realmente hermosa. Bajo las escaleras, encontrándose con sus amigas, Cherry llevaba una taza de café en sus manos. —Buenos días, preciosa, aquí estamos para ayudarte con todo, este lugar quedará hermoso. —Elena, es muy importante para mí, la
Darío parecía estar muy feliz con su nueva esposa, ella no había significado nada en su vida, una lágrima rebelde rodó por su mejilla.La limpio rápidamente, él no merecía ninguna de sus lágrimas. —Así es Darío, nunca le importaste, solo te utilizo. Para él solo existe Sofía, realmente fue muy cruel al haberte abandonado de esa manera, solo por un maldito capricho —habló la persona a su lado. —Después de todo lo que le entregué, me pago de esta manera. —Tú sabes qué hacer, te quedarás llorando por amor y te vengarás de la única persona que en realidad te robo tu felicidad, esto nos beneficia a ambos, solo piénsalo, en este momento él está feliz celebrando con ella, mientras tú estás aquí sufriendo y a nadie le interesa tus sentimientos. Un taxi se detuvo al lado del auto, la persona bajó y se marchó.No pensaba seguir sufriendo como una estúpida, había imaginado una vida junto a su amado y todo había ido a la basura cuando esa mujer apareció y se metió en medio de ambos. El ancia
Sofía estaba desayunando, revisó su celular, eran las 9 de la mañana, debía de darse prisa, tomó un sorbo de café. Su esposo se acercó y le dio un beso en los labios.—Date prisa, mi amor, o llegaremos tarde.Se levantó de su asiento y tomó su bolso rápidamente. El juicio daría inicio en media hora aproximadamente, no quería llegar tarde por ningún motivo. Esa mañana había recibido la llamada de su abogado. El hombre que estaba seguro de que ese día sería decisivo, ganaría el caso. Llamó a Gabriela en varias ocasiones, pero ella no le respondió ni una sola de sus llamadas.De seguro se había despertado algo tarde, la noche anterior había bebido un poco, trató de mantenerse tranquila.Llegaron al lugar indicado y se acomodaron en sus asientos, pero su prima no estaba en ningún lugar. Andrew también estaba ausente. El juicio dio comienzo, el juez se encontraba revisando unos documentos, cuando una persona ingresó al sitio sin ser invitado. —No puede interrumpir, estamos en un juici
“La señora Clark retiró la demanda en contra de su exesposo, la ciudad está sorprendida y confundida, no conocemos los detalles, pero el señor Allen salió bien librado de toda la situación, esta fue su declaración…”Gabriela miraba el noticiero con rabia, ella era la causa de que Sofía decidiera dejar todo, solo para salvarla.—¿Tú le pediste que lo hiciera, no es verdad? ¿Acaso trabajas para Pablo o Patricia? La mujer le mostró una sonrisa.—Trabajó sola, pero le debía un favor al señor Allen.Gabriela clavó su mirada en la televisión, odiaba a Pablo con todas sus fuerzas. Ese hombre era un enemigo bastante difícil de eliminar; siempre conseguía la manera de salirse con las suyas. “Soy inocente, de todo lo que se me acusó, ella lo sabía, solo intentaba enlodar mi nombre, pero no funcionó. Esa mujer está loca, es inestable, resulta un peligro para todos.” El juez había recibido un mensaje del celular de la señora Clark, explicándole la situación.El juicio simplemente se había post
—¡Tienen que mirar esto! —habló Félix, llamando la atención de todos en la sala de estar —conseguí lo que estaba buscando.Sofía se acercó rápidamente, sentía el corazón en la garganta.No tenía paz, su prima estaba en peligro y ella no había tenido noticias de Gaby, acaso la estaban torturando.—Es un video de una tienda cercana a donde ocurrió todo.En el video se apreciaba al auto avanzar lentamente por la carretera, luego un coche lo impactaba a alta velocidad.Una mujer salía del otro coche y quebrada la ventana y apuntaba a Gaby para hacerla bajar de su auto.Darío se llevó las manos a la cabeza, acaso estaba viendo mal o estaba alucinando.—Linda, es Linda, carajo, mira más de cerca, es esa desgraciada, cómo pudo hacer algo como esto.Félix se quedó frío al escuchar las palabras de Darío, acercó un poco más el video. No había dudas, se trataba de ella. Darío la maldijo una y mil veces en su mente, jamás imaginó que fuera capaz de algo como eso.Tanto los odiaba, como cometer u