MIA
Entramos al restaurante era muy elegante como era de esperarse y me aferre a la camisa de mi novio.
—Mira, allá esta mi amigo.
Vamos de espaldas y mire mi reloj, al parecer llego primero.
—Vamos, no lo hagamos esperar mas entonces—entusiasta le dije a mi novio.
Serpenteamos las mesas, dirigiéndonos a la mesa,
—Amigo—mi novio lo llamo estando de espalda y solo vi la imponencia del hombre ponerse de pie.
Nos superaba en altura, a mi novio en cuerpo, musculo, y eso por un momento me asusto. El hombre desconocido para mí se giro y…
Senti que me caía un balde de agua fría, lo juro como si todo el mar del océano pacifico me bañara completa al reconocer el rostro del hombre que me trato como basura.
Como era posible que un hombre tan grosero, egoísta y banal como este, fuera el mejor amigo de mi novio, no lo podía creer, estaba en shock y creo que no podía respirar normal.
—Llegaste temprano—se abrazaron los dos a modo de saludo y como consecuencia, su cara quedo frente a la mia.
Sus ojos verdes se unieron con los míos y por la impresión lo sostuve por unos segundos, pero despues de mirarlo feo lo aparte.
Me negaba a pensar que este hombre fuera el mismo que mi novio habla como si fuera una gran persona, cuando es tan despreciable.
—Mira, te presento a mi novia, Mia Davis—mi novio me presento—Mia, es mi mejor amigo Maximiliano Smith.
El hombre desagradable me miro y ofreció la mano.
—Te conozco al fin—dijo confundiéndome.
¿Cómo? ¿No se acuerda de mi? Es tan tonto este sujeto que no se acuerda de mi y tampoco de como me trato, peor que basura esa tarde. Además, como no se va acordar de la persona a la que le daño la vida.
Por el, no puedo conseguir trabajo. Mi novio no sabe los motivos verdaderos, no sabe que es por un sujeto que tiene mucho poder y ese sujeto es su mejor amigo.
El destino me estaba jugando una mala pasada.
Ante su aparente olvido de mi rostro y acciones, me toco tragarme mi orgullo y todas las palabrotas que no le dije en su momento porque, aunque no me deje, quedaron por decencia, muchas atoradas en la garganta.
En fin, me toco tomar su mano.
—Un gusto—dije con simpleza.
Pero por alguna razón sentí una corriente eléctrica que recorrió mi mano y no le di importancia. Odiaba esta sujeto, pero tampoco quería dañar la noche y que mi novio notara una mala disposición.
Lo que mas rabia me daba era que como podía dañarle la vida a una persona y no recordarla.
Nos sentamos, pedimos de comer, no me sentía bien, la compañía no era la mejor y menos cuando no dejaba de mirarme constantemente mientras platicaba con mi novio. De los muchos temas que comienzan a tocar, por fin comento en uno ya que me permite desahogarme un poco.
—Las personas poderosas son así, se creen con el derecho de pisotear a las personas sin importarles nada.
—No todas somos así—me dijo y tenía que reconocer que el hombre tenia un tono de voz poderosa.
—Está seguro de que jamás en la vida a pasado por encima de las personas.
Odiaba el hecho de saber que no me reconocería. El hombre me miro, escrutándome, analizándome y mas con el tono agrio que use.
—He estado encima de muchas mujeres, pero pasarle por encima jamás,
Respondió y mi novio ríe.
—Que comentario tan fuera de lugar—exclame—al parecer usted no se toma nada enserio en esta vida.
Las cosas quedan asi, incomodidad reinaba en ese momento y solo quería irme. Me parecía una bajeza del destino que tuviera que actuar como si nada al frente del hombre que destruyo mi carrera y fuera de eso no me recuerda.
—Ire al baño—dijo mi novio—por favor me pides mi postre favorito,
Asentí mientras se dirigía al baño, dejándome a solas con este troglodita. En silencio se quedaba la mesa, no quería ni dirigirle la palabra y pedí el postre a mi novio.
En silencio estábamos, pero podía sentir sus miradas en mí, y lo peor, era que cuando lo miraba, me estaba mirando, poniéndome nerviosa y mas iracunda de lo que ya estaba.
—¿Te pasa algo conmigo Mia? —me pregunto, mientras rezaba que mi novio apareciera rápido y me sacara de este infierno.
—¿Te parece? —le respondí seca.
—Creo que si—dijo—siento una actitud hostil contra mi y no sé por qué.
Cínico, descarado, hipócrita.
Como era posible que se comportara así, algo ofendido cuando tiene la culpa de todo. Pero si el quería jugar a eso, no seria yo quien le digiera sus verdades en la cara o explotaría.
Seguramente quiere eso, que le recuerde en donde me vio y que le arme un escándalo, pero no será así.
—Se equivoca señor—no pensaba decirle por su nombre jamás—no estoy siendo hostil con usted, porque no me ha hecho nada, ¿o si?
Lance la piedra a ver si el caía primero.
—¿De que hablas? —seguía con la misma actitud, pero tenia que decir, ese hombre me miraba intensamente y no se por qué.
—Hablo de que es la primera vez que nos vemos, a menos que usted me conozca de hace tiempo y yo no lo reconozca.
Exprese tomando mi copa, me fastidiaba, aunque me parecía muy guapo.
—Si nos hubiéramos visto anteriormente jamás te olvidaría—me sorprendieron sus palabras—recordaría siempre un rostro tan hermoso como el tuyo.
Se me formo un nudo horrible en el estomago cuando culmino. Me confundió demasiado, porque se sentía sincero, pero claramente ya nos habíamos visto anteriormente y fui la mas perjudicada.
—Usted es un cínico—le dije con rabia.
El, por otro lado, me miraba con una expresión de lio por mis palabras. No podía ocultar la rabia, su cinismo era peor de lo que pensaba.
Esta bien que no diga nada, pero que actúe como si no me conociera, eso si era el colmo.
—No debería decirme esas cosas, soy la novia de su mejor amigo.
—Digo la verdad solamente—insistió y ya me estaba poniendo nerviosa y mi novio nada que regresaba—eres una mujer hermosa que, si antes hubiera visto, jamás la olvidaría.
Ya nos habíamos conocido y me destrozaste la carrera. Eso quise gritarle en la cara, pero me contuve.
—No le creo nada, al parecer eso hacen los hombres como usted, que no respetan nada ni a nadie y usted se ve el tipo de hombre que va por le camino, arruinándole la vida a las personas.
Eso me salió del alma y no lo pude contener. La verdad niñas, Maximiliano, en ese momento, cuando nos vimos por primera vez, en medio de la confusión, no pude repararlo, pero ahora de cerca, claro, es un hombre atractivo, no se puede negar, pero su forma de ser, daña cualquier concepto físico que tenga de él.
Es una horrible persona con una apariencia seductora. Se puede notar y no mentía por las miradas que recibía de las féminas que estaban en las mesas cercanas.
—No entiendo porque me hablas así—no lo mire esta vez—Mia, no se si te hice algo, pero si es así, discúlpame.
Ok, de nuevo me había tomado con las bragas abajo. No me esperaba que se disculpara, pero el…. «no se si te hice algo» volvía a ponerme un signo de interrogación.
En verdad no me recordaba ni poquito o era un excelente actor. No dije nada, pero apenas el mesero trajo la orden y mi novio se acercaba, fui yo quien se puso de pie para ir al baño. De inmediato una extraña sensación me recorrió, sus ojos estaban puestos en mí.
Fui al baño, necesitaba enfriarme y pensar con cabeza fría.
Soy una mujer inteligente, fuerte y capaz.
Me repetí para recordar quien era. Entonces después de tomarme un tiempo y meditar Sali del baño, regresando a la mesa. No quería dañar el momento, mi novio estaba contento, cuando caminaba hacia ellos, estaba sonriente y cuando llegué, no quise mirar a Maximiliano pese a sentir sus ojos en mi cuerpo.
Algo que percibí en ese momento era que el hombre me generaba una mezcla de sensaciones contradictorias porque lo odiaba por lo que me había hecho, pero su mirada me quemaba la piel.
—Bueno amor, Max y yo decidimos que seria bueno ir a una discoteca para rematar.
No podía ser mi suerte tan asquerosa, y yo que pensaba que ya nos iríamos porque no soportaba un minuto mas al lado de su mejor amigo.
—Discoteca, sabes que no...
—Te divertiras mucho Mia—dijo Maximiliano y casi me lo como con los ojos—o no quieres ir con nosotros, el problema soy yo.
Me colocaba en una situacion incomoda.
—No, como crees, no se trata de ti siempre—exclame sin poderlo evitar.
Pero tampoco en ese momento, quería que Andrés notara que no me agradaba para nada Maximiliano. Y si no aceptaba ir con el, me haría preguntas y como estaba de confundida, lo mas seguro era que cometería un error, no queria hablar sobre el tema del porque no puedo conseguir trabajo, además, decirle que el que me desgracio la vida fue su mejor amigo y que su amistad se dañara.
Y también pensé, el hombre fue malo conmigo, pero no se comportaba así con mi novio porque hablaba siempre cosas sorprendentes de Maximiliano, así que después de insistir un poco finalmente dije…
—Esta bien, amor, vamos si tú quieres.
Maximiliano sonrió y note que lo hacia bonito.
Y este fue el comienzo del fin para nosotros.
No sabia lo que pasaria, pero debi presentirlo en ese momento, sin embargo acepte ir y ahora lo lamento demasiado.
Yo sinceramente debí decirle que no, tal vez no hubiese pasado que le paso después de ir a esa discoteca.
MAXIMILIANOEs ella, es mi mate, la encontré, Mia, la novia de mi mejor amigo, es la mujer destinada para mí.Había sentido como mi lobo aulló despertando cuando sintió su olor y tuve que contenerme para no lanzarme a sus brazos y besarla delante de mi mejor amigo.No podía creerlo, que la madre luna me jugara tan sucio y me enviara como mate, justo a la mujer que Andrés ama también.Lo malo es que ella me odiaba, me odiaba y no sabia porque, su actitud conmigo fue un poco hostil, desafiante, no entendía en ese momento porque se comportaba conmigo de esa manera si nunca nos habíamos visto antes.Su comportamiento claro que me descomponía, pero después de encontrar a mi mate, no iba a renunciar a ella.Lamento que fuera la novia de mi mejor amigo, pero mi lobo la quiere y yo también.Conducía directo a la discoteca, mi mejor amigo venia detrás de mi y lamente no ir en el mismo auto. Andrés lo propuso, pero quise venir en mi auto para poder pensar.—Anastasia que quieres—conteste la lla
MIASentí que el mundo me aplastaba con teniendo a Maximiliano frente a mi. Muy cerca, demasiado cerca para mi estabilidad emocional que pendía de un hilo porque a decir verdad ese hombre olía delicioso.Eso sentía, su cercanía me permitía sentir ese aroma que desprendía. Era algo especial, algo potente, algo brutal—No se de lo que hablas—abrumada quería irme por otro lado, buscando aire para mi sistema colapsado.Pero Maximiliano, el hombre que me dejo sin esperanzas de poder seguir con mi trabajo y lo que amaba, me tomo del brazo, impidiendo que me alejara y su tacto me quemo.Es que no podía describir las sensaciones que senti con su toque. Sin mentir fue como si yo hubiese agarrado un cable de luz y su electricidad me pasará por todo el cuerpo.Fue una sensación tan extraña, pero al mismo tiempo tan reconfortante que me confundió y lo miré directamente a los ojos con las pulsaciones aceleradas.—No me toques—exclame confundida, las sensaciones estaban acabando conmigo—suéltame o
MIA Aparte con miedo a Maximiliano apenas escuche la voz de mi novio. No sabia, aun no podía entender que era lo que me pasaba con este hombre, pero tenia miedo, expectativa y mi corazón, saltaba a cada nada cuando me miraba a lo tenía cerca. —Andres—aparece con los ojos cerrados—amor. Me acerque a mi novio y cuando lo abrace, mire a Maximiliano quien tenia una expresión de pocos amigos. ¿Por qué? ¿Por qué se comportaba de esa manera? Andres es su amigo y al parecer no le importaba ocasionar este tipo de cosas entre los dos. —No me siento bien cariño. —Es normal, por favor ve acostarte que te llevare una bebida para que puedas sentirte mejor. —Maxi amigo—le dice—te quiero mucho. Dice antes de irse a la habitación tambaleándose. Tengo miedo que tropiece por eso lo acompaño a la cama, mas por querer poner distancia entre Maximiliano y yo. Oxigenar mi cerebro que entro en corto circuito. Siento mucho calor de un momento a otro, mis pensamientos mientras acuesto a mi novio no s
El reportaje que me dieron lo lei atónito. Fue mi hermano Máximo quien la destruyo la carrera a Mia. Con razón ella me odia porque teníamos una maldición y era el mismo rostro. No puedo creerlo, mi hermano había movido todas sus influencias para provocar que Mia no volviera a conseguir trabajo y la ola se había regado cerrándole todas las puertas cuando supongo es una excelente profesora. Bebi de mi wiski varias veces pensando como en ayudarla, volver a verla, mi lobo estaba desesperado, una semana en la que no me dejo dormir queriendo que la busque. Pero tenia que saber porque la razón de su odio, el porque esa actitud cuando sabia que yo la había impactado tanto como ella a mí me impacto. Pero tenia dos cosas con las cuales luchas, su relación con mi mejor amigo y el odio que me tenia por culpa de mi hermano. Andrés no sabe quien soy yo, mi especie, pero para que pudiera entender mi situación pensé en decirle quien era realmente, porque deseo a su novia y por que no pienso dej
MIA Entre a su oficina calmada, quería saber hasta donde era capaz de llegar y saber que tan descarado era. Me invito con amabilidad a sentarme y no le vi problema a eso. A mí Maximiliano me parecía que era demasiado hipócrita pero cuando tenía esos gestos si bien había que reconocer que era un completo caballero sin embargo tenía mis reservas por lo acontecido anteriormente entre los dos y quería saber hasta dónde llegaba su descaro con esa preposición. No obstante, pese a yo querer poner un muro con mi seriedad, me era inevitable no ver la intensidad que se vislumbraba en la forma de mirarme. —¿Cómo estás? —su voz me producía una cantidad de sensación que me recorrían toda. —Sorprendida—Deje mi bolsa que compre en rebajas, en mis piernas—cuando mi novio me dijo que habías sugerido que fuera tu secretaria y trabajará contigo. —¿Porque te sorprende, eres la novia de mi mejor amigo y quieto ayudar? Su mirada, esos ojos que me observan con deseo me decían otra cosa. Y lo peor, es
MIA Trabajar con Maximiliano era como sentir una patada en el trasero. Me exige demasiado, manda, es muy estricto y en la primera semana me costo demasiado acostumbrarme a su ritmo. No entendía como la secretaria de Maximiliano se lo aguanto por tanto tiempo. Sin embargo, es una tortura verlo, mas porque quiero lanzarme a sus brazos, pero tengo dos problemas. Uno, tengo novio. Dos, por el estoy aquí y no enseñando como tanto me gusta. Además, salgo tan tarde que no tengo tiempo de enseñarle a otros niños de forma individual. No me he atrevido a decirle la verdad, sigue preguntándome porque lo miro de esa manera, pero siento que es lo único que me mantiene alejada de lo que me hace sentir. Era mi hora del almuerzo, se puede comer en un restaurante como tambien dentro de la empresa ya que tiene comedor. hoy tengo mucho trabajo y aunque quiero despejar mi mente, preferi hacerlo aqui, por eso camino con mi bandeja a una mesa solitaria para poder pensar con claridad. Ojala las cosas
MAXIMILIANO La reunión transcurrió sin ningún problema, tenemos un nuevo y eso es bueno. Lo único malo de todo esto, es la seriedad de Mia, se lo que tiene y debo resolver esto con mi propio amigo. Vamos en el auto, pero tengo que hablar con él, decirle lo que soy lo noto necesario, pero no se si guardara el secreto de lo que somos. —Bésala—pide mi lobo. —No a la fuerza—ella se mantenía a un lado, mirando por la ventana y me hubiese gustado saber que piensa. —Cuando lo haremos, quiero sentir su piel y montarla hasta el final de los tiempos. Escuchar a mi lobo era algo realmente satisfactorio porque jamás había escuchado su voz. Despertó apenas sintió a su mate. Lo que me sorprendía demasiado era que pudiera sentir el mismo olor que yo. no pensé que entre humanas eso fuera posible. Y sinceramente no me importaba que fuera humana, la quería cuidar, la quería para mí, la quería amar para toda la vida. —Mia—el silencio entre los dos se hacía insoportable. Quería decirle algo, per
MAXIMILIANO—No puedo creer lo que estás diciéndome—hablábamos papa, mamá y yo.Tenía que venir, no me gustaba predisponerlos, pero era algo que evidentemente no podíamos pasarlo por alto.—Pues si papa, los desertores querían matarme porque quieren que Máximo suba al poder y no me quieren a mi porque según ellos, seguiría cumpliendo con el tratado.—Máximo, no creo que esté de acuerdo con algo como eso.Mamá se negaba y yo también. Conocía perfectamente a mi hermano para pensar que no era capaz de atentar con su propia familia pero la ambición a veces nos ciega, eso es seguro.—Necesito hablar con el—pidió papa.—Hijo, ¿tú sabes dónde esta?—pregunto mamá pero no podía decirle sobre el negocio que maneja Máximo.—Intentaré buscarlo porque también quiero hablar con el—le dije—no quiero que se alarmen, no le hagan, pero es para tener cuidado, con tu hermana y con mi sobrino.—Nosotros porque—llega mi hermana Teres, con mi sobrinito.—Tio—el pequeño tiene siete años y lo abrazo con fuerz