MAXIMILIANO
Es ella, es mi mate, la encontré, Mia, la novia de mi mejor amigo, es la mujer destinada para mí.
Había sentido como mi lobo aulló despertando cuando sintió su olor y tuve que contenerme para no lanzarme a sus brazos y besarla delante de mi mejor amigo.
No podía creerlo, que la madre luna me jugara tan sucio y me enviara como mate, justo a la mujer que Andrés ama también.
Lo malo es que ella me odiaba, me odiaba y no sabia porque, su actitud conmigo fue un poco hostil, desafiante, no entendía en ese momento porque se comportaba conmigo de esa manera si nunca nos habíamos visto antes.
Su comportamiento claro que me descomponía, pero después de encontrar a mi mate, no iba a renunciar a ella.
Lamento que fuera la novia de mi mejor amigo, pero mi lobo la quiere y yo también.
Conducía directo a la discoteca, mi mejor amigo venia detrás de mi y lamente no ir en el mismo auto. Andrés lo propuso, pero quise venir en mi auto para poder pensar.
—Anastasia que quieres—conteste la llamada de mal humor.
—Vendrás a casa.
—No—ahora tengo que cortar de raíz esta situación.
Ya no la necesito porque ya encontré a mi mate y es con la única que mi cuerpo respondería.
—Es una lastima porque compre una lencería nueva y…
—Anastasia, mañana hablamos—la interrumpo—es algo urgente.
—Tu dime donde y ahí estaré.
—Perfecto, tengo que colgar.
Eso hice mirando por el retrovisor. Llegamos a la discoteca, donde ingrese con mi amigo y su novia. En verdad no podía salir del asombro que fuera ella y solo quería llevarla a mi casa o besarla ya mismo.
Claro que no podía hacerlo, por respeto a Andrés que sabe que no sabe como amamos nosotros los lobos. Sin embargo, siempre le hable de que me gustaría esperar a la indicada que solo amaría a una, y el solo se reía.
Lo que no sabíamos era que aquella seria su novia.
Mia, me encantaba hasta su nombre. Su cuerpo, su cabello que era como una melena rubia.
Pedimos algunas bebidas alcohólicas y lo mejor era que Mia quedaba en medio de los dos. Lo que me gusto mucho porque la podía tener cerca pese a que ella era tan distante conmigo.
—Mia aun no puede conseguir trabajo y no entiendo porque—comento Andres—ella es una excelente profesora.
—¿Qué paso? —le pregunte a ella, pero como desde que me conoció, me aniquilo con la mirada.
Es que en verdad no lo comprendía, porque me miraba, así como si me odiara, si era la primera vez que nos veíamos.
Andrés se distrajo recibiendo lo que el mesero traía.
—Cuéntame—insistí porque en verdad quería saber que le pasaba.
—No te entiendo—me dijo mirándome como si fuera la peor escoria.
—En verdad me interesa saber—fui sincero, pese a que ella seguía tan distante.
—No importa, hay mucha gente idiota—respondió—y como ya dije, que no le importa pasar por encima de las personas, aun así, le estén haciendo el peor daño de su vida.
Por sus palabras entendí en ese momento que alguien le había hecho daño. pero ella se veía una mujer buena, amable, así como mi amigo la describía, pese a que conmigo era muy rara y de hecho era amigable porque se le notaba que hacia un gran esfuerzo para mandarme a la m****a.
—¿Qué persona te haría dañ0? —le dije, pero me miro peor.
—Cínico—bramo furiosa—no se a que esta jugando, pero esto me parece de muy mal gusto.
Se puso de pie y se dirigió al baño, por supuesto me dejo mas que confundido porque no soy cínico y tampoco estaba jugando a nada.
¿Qué pasa? ¿Qué es esta situación? Me quedo con mi amigo que comienza a beber y algo que tenia Andrés es eso. Bebe mucho y después de eso, no razona.
—Vamos a bailar—le pidió su novia, pero Andrés no sabía.
—Cielo mío sabes que no puedo.
—Solo quieres beber—se quejo ella y era mi oportunidad para ofrecerme.
—Si quieres vamos—lo hice, lo que nunca hacia con una mujer.
—Si amor, ve que Maximiliano es buen bailarín.
Se negó esta de mas decir, no quiso, pero cuando la tome de la mano tampoco puso mucha resistencia. Lo hacia por dos motivos, el primero por supuesto era porque deseaba bailar con ella mi cuerpo lo necesitaba y ni lobo estaba desesperado por tener un contacto mucho más cercano.
Lo segundo era porque algo que quería aclarar era el porqué de su actitud tan mezquina y grosera conmigo sabiendo que he sido un caballero y he tratado de ser muy amable con ella.
—Por favor mantenga su distancia—me pidió y amaba eso de ella, era caprichosa y tenia carácter, por lo que mas quería estar a su lado.
—Que te pasa conmigo—siempre había sido un hombre muy directo que no le gustaba para nada andar con rodeos por eso le pregunté claramente.
—Yo no voy a caer en su juego, pero si es verdad que no sabe nada, pues lo invito a que remueva su conciencia, si es que tiene una.
Seguía desconcertándome esta mujer. La música alta impedía que pudiera hablar con ella claramente, por ese mejor decidí dejar las cosas así.
Lo que tenía muy claro en ese momento era que si la madre luna permitió reunirnos, esta no iba a ser la última vez que nos viéramos. Seguimos bailando, dos canciones mas, ella separada de mi pero cuando inicio una melodía mas suave, me fue inevitable no tomarla de la cintura y pegarla a mi cuerpo.
Mia olía delicioso,
—¿Qué hace? —se estremeció ella con mi repentino arranque.
—Bailar nada mas—le dije para que bajara un poco la guardia.
—No podemos bailar esta canción usted y yo—quiso apartarse, pero no la deje, no podía.
Para ser sinceros tuve que controlar las ganas de empotrarla contra la pared y besarla justo en el momento en que la vi Por Primera Vez pero en este momento no iba a permitir que se alejara de mí cuando podía tenerla tan cerquita.
—Si podemos—mis manos se perdían en su cintura pequeña.
—No, Andrés—estaba tensionada por mi mejor amigo y era entendible.
No quería presionarla, se removió asustada, pero podía sentir como algo en su olor cambio con nuestra cercanía. Volvimos con Andrés, la platica era mas amena solo porque Mia no hablaba y se mantenía muy al margen.
Después de dos horas, Andrés mi amigo no podía sostenerse el mismo. Por lo que dejamos su auto y nos fuimos en el mío.
—Sabes donde queda el apartamento de Andres—le pregunte a Mia, para romper el hielo.
—Si, he ido varias veces.
Cuando me respondió apreté el volante con fuerza porque inmediatamente me imaginaba que en su apartamento él podía hacerle el amor.
—¿A que? —si, lo se, fue estúpida mi pregunta.
Pero me fue inevitable no hacerla.
—No te importa.
Ella siempre tan fría.
Lo deje así, simplemente llegamos al apartamento de Andres, lo deje en la cama ya que no podía ni moverse.
—Te puedes ir, yo me hago cargo de mi novio—exclamo Mia quitándole la ropa.
Sali de su habitación, decidido a irme, pero no, espere, tenia que hacerlo, porque era momento de arreglar lo que pasaba entre los dos.
Me ha tardado demasiado en salir pero de todas maneras no tenía ningún tipo de afán fui a la licorería y me serví un trago mientras esperaba que mi mate apareciera.
Hoy sí la situación era bastante compleja y analizaba ya que Andrés será mi mejor amigo, pero su novia era mi madre la mujer destinada para mí y era Claro que no me iba a hacer a un lado porque la había esperado por más de 400 años.
—¿Qué haces aquí? —pregunto ella asombrada al verme.
—Andres ya esta dormido—deje la copa a un lado cuando le pregunte.
—Si, y si eso era lo que te preocupaba, te puedes ir que yo voy a cuidarlo—no me gustaba para nada que me hablara asi y menos si no le habia dado motivos.
Camine decidido a ella que retrocedió hasta chocar su espalda con la pared mas cercana.
—¿Maximiliano que estas haciendo? —musito nerviosa y me encantaba ponerla así.
Porque, aunque amara o quisiera a mi mejor amigo, lo cierto era que tarde o temprano iba a elegirme solo a mí.
—¿Qué hago? —baje la postura y quede a centímetros de su boca—tú y yo vamos a hablar seriamente.
No acepte esa noche un no como respuesta porque iba a saber sea como sea, porque ella me trataba tan mal.
MIASentí que el mundo me aplastaba con teniendo a Maximiliano frente a mi. Muy cerca, demasiado cerca para mi estabilidad emocional que pendía de un hilo porque a decir verdad ese hombre olía delicioso.Eso sentía, su cercanía me permitía sentir ese aroma que desprendía. Era algo especial, algo potente, algo brutal—No se de lo que hablas—abrumada quería irme por otro lado, buscando aire para mi sistema colapsado.Pero Maximiliano, el hombre que me dejo sin esperanzas de poder seguir con mi trabajo y lo que amaba, me tomo del brazo, impidiendo que me alejara y su tacto me quemo.Es que no podía describir las sensaciones que senti con su toque. Sin mentir fue como si yo hubiese agarrado un cable de luz y su electricidad me pasará por todo el cuerpo.Fue una sensación tan extraña, pero al mismo tiempo tan reconfortante que me confundió y lo miré directamente a los ojos con las pulsaciones aceleradas.—No me toques—exclame confundida, las sensaciones estaban acabando conmigo—suéltame o
MIA Aparte con miedo a Maximiliano apenas escuche la voz de mi novio. No sabia, aun no podía entender que era lo que me pasaba con este hombre, pero tenia miedo, expectativa y mi corazón, saltaba a cada nada cuando me miraba a lo tenía cerca. —Andres—aparece con los ojos cerrados—amor. Me acerque a mi novio y cuando lo abrace, mire a Maximiliano quien tenia una expresión de pocos amigos. ¿Por qué? ¿Por qué se comportaba de esa manera? Andres es su amigo y al parecer no le importaba ocasionar este tipo de cosas entre los dos. —No me siento bien cariño. —Es normal, por favor ve acostarte que te llevare una bebida para que puedas sentirte mejor. —Maxi amigo—le dice—te quiero mucho. Dice antes de irse a la habitación tambaleándose. Tengo miedo que tropiece por eso lo acompaño a la cama, mas por querer poner distancia entre Maximiliano y yo. Oxigenar mi cerebro que entro en corto circuito. Siento mucho calor de un momento a otro, mis pensamientos mientras acuesto a mi novio no s
El reportaje que me dieron lo lei atónito. Fue mi hermano Máximo quien la destruyo la carrera a Mia. Con razón ella me odia porque teníamos una maldición y era el mismo rostro. No puedo creerlo, mi hermano había movido todas sus influencias para provocar que Mia no volviera a conseguir trabajo y la ola se había regado cerrándole todas las puertas cuando supongo es una excelente profesora. Bebi de mi wiski varias veces pensando como en ayudarla, volver a verla, mi lobo estaba desesperado, una semana en la que no me dejo dormir queriendo que la busque. Pero tenia que saber porque la razón de su odio, el porque esa actitud cuando sabia que yo la había impactado tanto como ella a mí me impacto. Pero tenia dos cosas con las cuales luchas, su relación con mi mejor amigo y el odio que me tenia por culpa de mi hermano. Andrés no sabe quien soy yo, mi especie, pero para que pudiera entender mi situación pensé en decirle quien era realmente, porque deseo a su novia y por que no pienso dej
MIA Entre a su oficina calmada, quería saber hasta donde era capaz de llegar y saber que tan descarado era. Me invito con amabilidad a sentarme y no le vi problema a eso. A mí Maximiliano me parecía que era demasiado hipócrita pero cuando tenía esos gestos si bien había que reconocer que era un completo caballero sin embargo tenía mis reservas por lo acontecido anteriormente entre los dos y quería saber hasta dónde llegaba su descaro con esa preposición. No obstante, pese a yo querer poner un muro con mi seriedad, me era inevitable no ver la intensidad que se vislumbraba en la forma de mirarme. —¿Cómo estás? —su voz me producía una cantidad de sensación que me recorrían toda. —Sorprendida—Deje mi bolsa que compre en rebajas, en mis piernas—cuando mi novio me dijo que habías sugerido que fuera tu secretaria y trabajará contigo. —¿Porque te sorprende, eres la novia de mi mejor amigo y quieto ayudar? Su mirada, esos ojos que me observan con deseo me decían otra cosa. Y lo peor, es
MIA Trabajar con Maximiliano era como sentir una patada en el trasero. Me exige demasiado, manda, es muy estricto y en la primera semana me costo demasiado acostumbrarme a su ritmo. No entendía como la secretaria de Maximiliano se lo aguanto por tanto tiempo. Sin embargo, es una tortura verlo, mas porque quiero lanzarme a sus brazos, pero tengo dos problemas. Uno, tengo novio. Dos, por el estoy aquí y no enseñando como tanto me gusta. Además, salgo tan tarde que no tengo tiempo de enseñarle a otros niños de forma individual. No me he atrevido a decirle la verdad, sigue preguntándome porque lo miro de esa manera, pero siento que es lo único que me mantiene alejada de lo que me hace sentir. Era mi hora del almuerzo, se puede comer en un restaurante como tambien dentro de la empresa ya que tiene comedor. hoy tengo mucho trabajo y aunque quiero despejar mi mente, preferi hacerlo aqui, por eso camino con mi bandeja a una mesa solitaria para poder pensar con claridad. Ojala las cosas
MAXIMILIANO La reunión transcurrió sin ningún problema, tenemos un nuevo y eso es bueno. Lo único malo de todo esto, es la seriedad de Mia, se lo que tiene y debo resolver esto con mi propio amigo. Vamos en el auto, pero tengo que hablar con él, decirle lo que soy lo noto necesario, pero no se si guardara el secreto de lo que somos. —Bésala—pide mi lobo. —No a la fuerza—ella se mantenía a un lado, mirando por la ventana y me hubiese gustado saber que piensa. —Cuando lo haremos, quiero sentir su piel y montarla hasta el final de los tiempos. Escuchar a mi lobo era algo realmente satisfactorio porque jamás había escuchado su voz. Despertó apenas sintió a su mate. Lo que me sorprendía demasiado era que pudiera sentir el mismo olor que yo. no pensé que entre humanas eso fuera posible. Y sinceramente no me importaba que fuera humana, la quería cuidar, la quería para mí, la quería amar para toda la vida. —Mia—el silencio entre los dos se hacía insoportable. Quería decirle algo, per
MAXIMILIANO—No puedo creer lo que estás diciéndome—hablábamos papa, mamá y yo.Tenía que venir, no me gustaba predisponerlos, pero era algo que evidentemente no podíamos pasarlo por alto.—Pues si papa, los desertores querían matarme porque quieren que Máximo suba al poder y no me quieren a mi porque según ellos, seguiría cumpliendo con el tratado.—Máximo, no creo que esté de acuerdo con algo como eso.Mamá se negaba y yo también. Conocía perfectamente a mi hermano para pensar que no era capaz de atentar con su propia familia pero la ambición a veces nos ciega, eso es seguro.—Necesito hablar con el—pidió papa.—Hijo, ¿tú sabes dónde esta?—pregunto mamá pero no podía decirle sobre el negocio que maneja Máximo.—Intentaré buscarlo porque también quiero hablar con el—le dije—no quiero que se alarmen, no le hagan, pero es para tener cuidado, con tu hermana y con mi sobrino.—Nosotros porque—llega mi hermana Teres, con mi sobrinito.—Tio—el pequeño tiene siete años y lo abrazo con fuerz
MIANo fue mi mejor reacción, sin embargo es la que tengo al momento de ver que con descaro me presenta ante su sobrino. Fue un completo error confiar en el y me arrepiento por eso. Sali con lagrimas en los ojos, atravesando la puerta pero rápido me alcanzo, tomándome de los brazos.—Mia—no me soltó por mas que me removía—¿Qué pasa contigo?—¿Qué pretende? —le pregunte con un nudo en la garganta—¿humillarme?—¿Por qué haría eso? —me dijo y me parecía que ya era muy cinico—¿explícame por favor porque no estoy entendiendo nada?Yo tampoco su actitud y esa forma que tenia de mirarme y hacerme temblar.—No suéltame.—Mia, solo quiero que le enseñes a mi sobrino que necesita de clases extras—explico—nada más, no entiendo porque te pones de esa manera conmigo.—Cínico, no se si se hace el estúpido o quiere burlarse de mí, pero sea lo que sea, no voy a permitir que se burle de mí.Le dije buscando como salir de su mansión.—Espera, yo te llevo a la tu casa.—No es necesario—replique.—Si, si