Escucho atentamente lo que pasa, me causa demasiado curiosidad, aunque no sea bien visto esto que hago. —Nunca me lo vas a perdonar, ya estoy aburrido de lo mismo Maximiliano — es la voz de Alexander quien le gritan a Maximiliano —siempre estas sacándome las cosas en cara y por más Perdón que te he pedido siempre obtengo la misma respuesta de ti. No sé qué pasa entre los dos, pero al parecer es un problema muy grave que viene desde el pasado. Es preocupante y de verdad quiero saber que sucede entre los dos. —Lo siento Alexander, pero ya no puedo confiar en ti—dejo caer mis hombros— no después de lo que me hiciste y más con el comportamiento que estás teniendo día a día, No mejoras hombre, lo único que haces es empeorar la situación y no sales del hueco en el que estás metido. —Lo dices porque tu siempre eres mejor que yo, mis padres te querían mas a ti, que a mí. Por lo que puedo escuchar, al parecer esta celoso de su hermano y no debería. —No es eso, no te hagas la victima
No puede estar hablándome enserio cuando sabe a la perfección lo que está en juego.Ya no sé qué hacer con esta situación, casarnos es más complicado que mantener mi soltería. —Rachel. —Entiéndeme Maximiliano, no puedo simplemente esconder a mi hijo–se ve segura de las cosas —me quiero casar contigo, sabes bien lo que tenemos en juego, pero no lo haré si tengo que negarlo y esconderlo de tu familia como si fuera algo malo. Matías es mi vida entera y no lo cambiará ni por todo el dinero del mundo.Eso es lindo y tiene razón, respiro profundo, me tiene contra la espalda y la pared.—No pido que lo niegues, pero dame tiempo yo. —Tiempo es lo que no tenemos, en una semana nos casamos Máx y ese día no negare a mi hijo, así esto sea de mentiras lo quiero presente. Sale de la oficina dejándome con un mar de angustias y no sé si yo quiera que esto sea de mentiras. Ya no sé, que confusión estúpida la que tengo y siento miedo de perderla a ella o mi abuela, es una elección dura.Estos días
Respiro profundo observando a la abuela que apenas me mira a espera de mis palabras. Es una situación complicada, pero tengo fe, ella es madre y sabe lo que eso significa y bajo ninguna circunstancia pienso negar a mi criatura. Sé que tengo que decirle, pero no quiero ser imprudente al ocasionarle con mi confesión un mal estar que agrave su situación. Jamás podría vivir con la pena moral de saber que le cause algún daño por actuar intransigentemente. —Abuela usted es madre y por eso supongo que usted va a entenderme y sabrá comprender la situación por la que estoy pasando en este momento—Máx en mira y me apoya, me siento bien, porque nunca un hombre había hecho eso por mi, darme su confianza—quiero que lo tome con calma, pero más que todo, que no piense mal y nos dé la oportunidad de explicarle. —Hija me estas asustando, habla ya. No quiero darle mas rodeos a la cosa, así que andando. —Abuela yo tengo un hijo —le digo de una vez—tengo un hijo que se llama Matías, es la perso
—Este es el pequeño Matías. La abuela abre los brazos para recibir a mi hijo que ya le hablé de ella y por eso, corre para permitir que ella lo abrace. —Abuela —dice mi pequeño — mami mira tengo dos abuelas. —Oh por Dios. Este angelito es todo una ternura. La abuela acepta a mi hijo, vine sola, solo espero no encontrarme con Alfred, pero si me encuentro con Alexander que no parece importarle nada. —¿Quieres ir por una vaso con leche? —le ofrece la abuela amablemente. —Me gusta mucho la leche abuelita. —Entonces vamos. La abuela se emociona, Matías es un niño muy dulce que se hace querer y pocas personas son capaces de rechazarlo. Además de ser un niño muy intuitivo. Se va la abuela dejandome con Alexander, que está concentrado en su móvil. —Hola—rompo el hielo—¿como estas? —Que te importa. Que grosero, no me enoja lo que dice, al parecer es un chico que tiene muchos problemas. —Solo quería ser amable contigo—me mira. —¿Y eso por qué? —deja su móvil a un lado.
La discoteca es hermosa no está abierta, pero son dos plantas increíblemente extensas. Me dejan pasar llevándome a la oficina del dueño. Por eso me doy cuenta de que tan grande. —Ya le voy a decir al jefe que usted está aquí. —Gracias.El hombre se va dejándome en plena pista y tomó asiento en una de las sillas con mesa mientras espero por el empresario. Aún me cuesta creer que ese sujeto con una discoteca tan enorme como esta y como las que tiene en toda la ciudad tenga relaciones o negocios con cosas fuera de la ley. Eso hace que desconfíe mucho del sujeto. Saco mi móvil para llamar a mi casa y saber cómo va mi pequeño además de mi abuela que poco a poco están recuperándose, de hecho, la enfermera me indica que esta mañana la saco después del desayuno a dar un paseo para que recibiera los rayos del sol. La nana de Maximiliano me está ayudando con el tema de Mi pequeño para que inicie sus estudios ya que está un poco retrasado con ese asunto. Además de eso aprovecho para hablar
Corro por el pasillo del hospital, tengo el corazón a mil y es Maximiliano quien viene a mi lado tratando de calmarme, pero me es imposible cuando siento que tengo el alma en la boca. Veo a la nana que se pone de pie apenas capta nuestra presencia. —Rachel lo siento mucho de verdad —me abraza—pero tranquila por favor. —Nana por favor dime que paso—Pregunta Max, yo no soy capaz de hablar. —Rodó por las escaleras—me llevo las manos a la boca—pero está bien, estaba consciente cuando lo traje, solo lo están evaluando. Creo que parte de mi corazón descansa. El médico lo trae e informa que solo fue un susto, que es un niño muy fuerte y valiente por ello salimos a comprarle un helado. —Bebé por favor no vuelvas a bajar las escaleras solo mi vida—le digo mientras lame su helado. —Está bien mami. —Campeón es peligroso para ti—le dice Max—solo baja con la nana o cuando te encuentres arriba, llama a una persona de acuerdo. —Si papi. Le dice a Maximiliano ocasionando que a mí se
Respiro profundo tratando de controlarme, no debo perder el control y darle a esta mujer lo que desea.—Eres mas inteligente amiga—me dice Sammy y asiento—síguele el juego a ver hasta cuando se cansa.Ingresamos a la tienda. Ella tiene razón y quien vino a buscar problemas fue ella, no yo, porque ni la conozco.—Buenas tardes—es la dependienta —¿en que puedo ayudarlas?—Gracias—contesta Camila amablemente —vinimos a buscar su vestido de novia.—Si, eso lo sé, Mariana nos puso al tanto, y ha escogido un vestido. Dice que sería de tu agrado señoritaaaa— extiende su mano a modo de pregunta, no conoce mi nombre.—Rachel—respondo con amabilidad — ese vestido lo dejaremos pasar, mirare y escogeré mi vestido.Digo con seguridad ya no permitiré que ella se atreva a interferir en algo que me corresponde solo a mí. Es que no entiendo que hace aquí, que es lo que quiere o espera. —Esa es mi chica —dice mi amiga cerca de mi oído.—Perfecto entonces síganme por aquí.Camila va adelante, la segu
Pues la verdad si me sorprendió que me pidiera escusas, pero no le creo del todo. No sé si estoy un poco paranoica con ella, pero su supuesta amabilidad es sospechosa. —No pasa nada, sé que tus intenciones solo era ayudar.Tomo del brazo a Sammy y la guio a donde esta Sofía—Es una arpía, no dejo de hablar de cuando ella y Adam estaban justos.Me dice mi amiga, y me imagino vanagloriarse contando esos días de amor junto a mi Maxi. No debería reclamarlo como mío, pero me casaré, creo que tengo derecho y mas cuando esto se trata de un contrato.. Le entregó la tarjeta a Camila y que paga el vestido y ahora nos dirigimos a la mansión, hablamos en el transcurso de cosas banales, gustos y de más.Estamos en uno de los balcones de la mansión tomando el té, esperando que Maximiliano llegue por nosotras la abuela de inmediato se puso feliz y pidió que traer de nuevo a mi pequeño. —¿Tienes un hijo?—pregunta Mariana y asiento. —Samantha mi niña, acompáñame a la cocina.Pide la abuela amable