「 ✦ SEDUCCIÓN EN LA PISCINA ✦ 」 Una vez que llegaron a la mansión privada, Santino se escabulló a su habitación, mientras que Sophia recorrió la casa para luego frustrarse dentro de su cuarto. Finalmente, decidió llamar a Janna. ―¿Creo que esto no va a funcionar? ―dijo con decepción. ―¿Por qué? ¿Qué pasó? Estabas emocionada y dispuesta. ―Pasa que mi marido parece hecho de piedra y amargura. Sophia le habló sobre la azafata zorra y el comportamiento frío e indiferente de Santino. ―A ver, quedamos en que tú le darías el empujón, no puedes rendirte ahora. ―No, creo que lo mejor es que… ―De ninguna manera Sophia. ―la interrumpió Janna ―Usa el plan traje de baño, ese nunca falla. ―Janna… ―¿Vas a dejar que una azafata plástica te lleve la delantera? A lo mejor y han quedado en verse. Los celos de Sophia aumentaron de solo imaginar a la azafata con su marido. ―Está bien, voy a hacerlo. ―dijo determinada. ―Así se habla ―la animó Janna ―Vamos, conquístalo, ponlo nervioso. Luego d
「 ✦ SEDUCCION EN LA PISCINA (II)✦ 」 Un segundo después la piscina quedó para ellos dos. Sophia se levantó y caminó por la terraza. Mostrando seguridad y sensualidad a partes iguales. Y Santino no podía apartar la mirada y menos controlar su traidora polla que ya se había puesto dura de solo verla. ―¿Qué estás haciendo? ―le pregunto mientras la veía acostarse en la tumbona, su cuerpo dorado brillando bajo el ardiente sol de Santorini. Ella ignoró su pregunta y, en cambio, buscó en su bolso el protector solar, comenzó a frotar la crema con deliberada lentitud. Santino la observó mientras su polla cobraba más vida. Unos segundos después estaba toda aceitada por la loción y él luchaba por no correrse allí mismo. «Santa Verona, ¡ten piedad!» ―¿Te importaría ponerme un poco en la espalda? ―Sophia preguntó de repente, dándole una sonrisa y ofreciéndole el frasco de loción. Santino levantó las cejas. ―¿Estás segura de eso? ―Bueno, no hay nadie más aquí para ayudarme, pero si tanto te
「 ✦¡ME LLEVA EL DIABLO!✦ 」 Sophia pasó el resto de la tarde en su habitación, incluso cuando uno de los guardaespaldas llamó para avisarle que la comida ya estaba lista, se negó a salir. Las palabras de Santino la habían cabreado, y estaba llegando a pensar que simplemente no le interesaba como mujer. Justo en ese momento, Janna llamó. ―Y bien, dime que ya lo tienes comiendo de tu mano. ―Pues, no, Santino, en vez de volverse loco, se enojó, creo que es mejor abortar este plan. ―Por Dios, Sophia no seas tonta, el enojo es buena señal, si está molesto, es porque no puede contener sus propios impulsos, es hora de seguir con la segunda parte. ―Janna… ―Eh, eh, sin peros, quedamos que no volverías virgen y espero que cumplas tu palabra. Mira, no conozco a tu marido, pero el solo hecho de que te haya quitado de encima a las víboras, ya tiene mi aprobación. Sophia suspiró sabiendo que no había manera de sacar a Janna de su idea. ―Ok, seguiré con el plan. ―Esa es mi amiga, ya sabes, e
「 ✦ CEDER A LA TENTACIÓN✦ 」 ―Di buenas noches, cariño. Te vas. Ella abrió la boca para discutir, pero él la fulminó con la mirada. Sophia puso los ojos en blanco y subió al auto. El silencio una vez más lo acompañó hasta la mansión y no fue hasta que Sophia entró en su habitación que estalló la pelea. ―¡¿Qué demonios ha sido eso?! ―grito ella fuera de sí. ―No vas a andar por tu cuenta Sophia, ¿quién demonios piensas que soy? Ella apretó las cejas con frustración. ―¿Y qué se supone que debo hacer? ¿Quedarme aquí contigo? ¿Para qué? ¿Para que me ignores? ¿Para que huyas de mí como si tuviera una enfermedad incurable? ―Estabas en un maldito club tu sola. Cualquier hombre… ―¡¿Y qué?! ―Sophia finalmente estalló ―¿Qué pasa si eso es lo que estaba buscando? ¿Qué te importa si voy a un maldito club y conozco a alguien y me acuesto con él? ¡¿Qué te importa?! Sus palabras solo añadían más leña al fuego y Santino estaba a segundos de perder la paciencia. ―Sophia, mejor no sigas, ¿de acu
「 ✦ VEN A MI✦ 」Sophia se ajustó la bata y se ató el cinturón. Luego lo desató y lo intentó de nuevo. Había hecho un nudo tan apretado en su primer intento que había impedido su capacidad para respirar. Estaba demasiado ansiosa y a la vez emocionada.Ella sería la única inexperta esta noche. Y no estaba segura de qué esperaría Santino de parte de ella. «No te pongas con eso ahora Sophia» se regañó «¿Después que matas el tigre le tienes miedo al cuero? Tú lo pediste y ahora lo enfrentas» Y con una nueva determinación, caminó por el corredor descalza. Cuando llegó al dormitorio de Santino, llamó antes de abrir la puerta unos centímetros y quedarse pasmada. La habitación estaba completamente oscura y Sophia no entendía por qué. Estaba a punto de creer que su marido se había escapado, cuando escuchó su voz. —Supongo que estás lista—dijo. Igual que siempre, de solo escucharlo, su cuerpo se estremeció y la ansiedad aumentó un poco más. —S… sí. —Bien. ―respondió él ―Entonces acércate.
「 ✦ PERDIDO POR ELLA✦ 」 Sophia se quitó el camisón de encaje y su cuerpo se contoneó sobre Santino de una manera que era pura tortura. Él estaba desesperado por estar entre sus piernas, dentro de ella. Había fantaseado demasiadas veces con ella desnuda debajo de él, con sus piernas rodeándole la cintura, y su espalda arqueándose por el placer. «Pero tendrás que abandonar esa fantasía» se dijo a sí mismo. «No va a ser así. No esta noche» —Estoy lista—susurró ella. Su polla palpitó con el ronco sonido de su voz. Sophia le rodeó el cuello con sus brazos y él encontró lo que había estado buscando. Su mujer. Su esposa. Se encontró con su pequeña cintura y comenzó a deslizar sus manos por su delicada espalda. ―Eres un jodido sueño, amore. ―le susurro en el oído.Sophia jadeó ante su contacto, por primera vez estaba sintiendo las manos de su marido y le gusto. Le gusto, la aspereza de sus dedos contra su piel, la masculinidad de su toque. Santino deslizó la mano hacia abajo, lentamente s
「 ✦ PEQUEÑAS DUDAS✦ 」 Cuando Sophia despertó esa mañana, encontró el lado de la cama de Santino vacío. Se levantó deprisa y miró alrededor, solo para descubrir que ya no estaba. ―Diablos ―se quejó. ―Te quedaste dormida, Sophia. ¡¿Cómo te vas a quedar dormida?! Se palmeó la frente e hizo una mueca. Había planeado despertarse antes que su marido para poder finalmente quitarle la máscara. No era que le importara demasiado saber qué había detrás, pero la negatividad de su esposo solo había despertado su curiosidad. Pero ahora se había arruinado su plan y tendría que esperar a que llegara la noche nuevamente. Con un suspiro, salió de la cama y se puso de pie. Cuando dio el primer paso, sus caderas y muslos dolieron, pero una sonrisa se formó en sus labios y pequeños recuerdos de su noche con Santino brillaron en su mente. Lo habían hecho tres veces, bueno, a decir verdad, ella era quien había hecho la mayor parte del trabajo; sin embargo, no le molestaba; más bien, se sentía orgullosa,
「 ✦ LA VERDAD DE ÁNGELO✦ 」 ―Cielo, ¿a dónde voy? ―Sophia caminaba a tientas, y comenzaba a creer que su marido tenía cierto fetiche con los ojos vendados. ―Ten paciencia, Dolcezza, ya casi llegamos. ―Está bien, pero al menos dime a dónde vamos. No te he visto en todo el día y ahora me pides que salga con los ojos vendados. Estoy comenzando a preocuparme, Santino. Él dejó salir una carcajada y la instó a caminar. ―Ya llegamos ―dijo cuando finalmente llegaron a la terraza con vistas al mar, elegantemente decorada. La terraza estaba bañada por la luz tenue de las velas, colocadas estratégicamente alrededor de una mesa para dos, cubierta con un mantel blanco de lino. Un arreglo floral en el centro de la mesa, compuesto por rosas rojas y lirios blancos, desprendía un aroma delicado que se mezclaba con la brisa marina. La luz de la luna reflejada en el mar creaba un escenario casi mágico, mientras que una suave melodía de violín se filtraba desde algún lugar oculto, añadiendo un toque