Buenos mis amores, eso es todo... XOXO
PERDER LOS ESTRIBOS —¿Señor le está agarrando el trasero a su…? Eso fue todo lo que Alexei necesito para ir por ella. —Aparta tus malditas manos —dijo antes de que su puño conectara con su nariz y le comenzara a sangrar. —¡¿Qué demonios te pasa Alexei?! ¿Te volviste loco? —gritó Tatiana furiosa conmigo. Alexei le dio una mirada fulminante y la agarró del brazo. —¡Nadie te pone una mano encima carajo! —le gritó. Y la atrajo a su cuerpo —Y si no quieres que cometa un crimen, tampoco lo toques —Nadie toca lo que es mío. El guardaespaldas se apresuró a meterse en el medio entre Alexei y Tatiana. —Llévatela —espetó Alexei señalando a la amiga de Tatiana. Luego agarró a Tatiana del brazo y la arrastró fuera, mientras trataba de liberarse. ―¡Suéltame! ¡Déjame ir Alexei! ¡¿No oyes?! Pero Alexei parecía no escucharla, la siguió llevando en dirección al auto. Una vez que llegaron, abrió la puerta del copiloto y la metió dentro, luego rodeo el auto y lo puso en marcha. ―Alexei… ―Tati
SIN CONTENER LAS GANAS Tatiana rompió el beso y Alexei la atrajo nuevamente a él. ―No… espera, tenemos… que… Alexei estaba envuelto en deseo y en ese momento solo una cosa se repetía en su mente: hacerla suya. ―No me castigues más, малышка (bebé). Te necesito. Sus manos bajaron lentamente por sus hombros y acariciaron su clavícula. Tatiana correspondió a su beso y se apartó de nuevo. ―Y lo haré… Pero primero tenemos que ir a casa de Gavin. Alexei la miró un instante y finalmente suspiró. ―¿El testamento? ―Sí, necesito ir por una copia. —Deja que mis hombres se encarguen, mientras tú y yo… ―No.—Tatiana, es peligroso. Deja que Kiril… ―No va a pasar nada. Gavin debe estar desmayado en este momento. Alexei estaba perplejo, su mujer había ideado un plan completo y sin su ayuda. Tatiana le sonrió nuevamente y luego se inclinó hacia él. ―Si me ayudas, serás recompensado, ¿qué dices, señor Antonov? ¿Es mi cómplice esta noche? Finalmente, llegaron al departamento de Gavin, con T
CALIENTE DENTRO DEL AUTO. Su cuerpo se presionó contra él de ella, acorralándola mientras la besaba. Tatiana pudo sentir el arma en la parte trasera de su espalda, Alexei era la crueldad disfrazada de lujuria. ―Quiero follarte tan duro ―gruño mientras dejaba un reguero de besos en su cuello ―… quiero que me sientas durante semanas. Tatiana observó el fuego en sus ojos y el deseo se acumuló dentro de sus muslos, su centro latiendo una y otra vez por él. Abrió sus labios y las palabras salieron por sí solas. ―Quiero que lo hagas… ―ella estaba excitada como nunca ―… quiero que duela… Alexei le dio una sonrisa para luego alzar lentamente su barbilla y mirarla a los ojos. ―Eres mía. La beso nuevamente mientras sus manos recorrían su cuerpo y se detenían en sus nalgas. Alexei las masajeo antes de apretarlas. Su pelvis presionándose a su vientre donde ella podía sentir su polla erecta. ―¿Lo sientes? ―susurro antes de morderle el cuello ―Está así solo por ti y nada más por ti esposa.
¿TÚ TAMBIÉN TUVISTE UNA NOCHE DE AMOR? ―Hmm… ―un gemido escapó de los labios de Tatiana, mientras disfrutaba del sueño más real y excitante de su vida. Sus caderas se elevaban al sentir la lengua que le brindaba especial atención a su clítoris ―… Sí… Alexei, que al parecer no había tenido suficiente, le estaba comiendo el coño mientras dormía, se podía considerar oficialmente obsesionado con su esposa, con su sabor, su olor y todo lo que ella representara. Después de haberlo hecho en el auto, no pudieron tener las manos lejos el uno del otro y nada más fue llegar a la mansión para que él la llevara como una recién casada y le hiciera el amor hasta agotarla. La había dejado tranquila cuando ella suplicó piedad, pero ahora estaba satisfaciendo esa hambre que aún tenía. ―Si… sigue… más… ―Tatiana susurraba y movía sus caderas, sus ojos estaban cerrados, pero su cuerpo respondía ante los avances de su marido. Alexei soltó una risa baja y se acomodó mejor entre sus piernas, acunó sus na
UNA NUEVA ALIANZA. Tatiana salió al jardín, donde los últimos rayos del sol de la tarde acariciaban las flores. Al fondo, vio al abuelo, jugando con Misha, la escena le arrancó una sonrisa, y, con pasos medidos, se acercó lentamente. Había estado buscando cómo abordar el testamento, necesitaba saber por qué su madre lo había nombrado su albacea y también quería saber por qué no se lo dijo. Se sentó a su lado en el banco de madera, observando cómo Misha daba vueltas alrededor de ellos, lleno de energía. El abuelo, notando su presencia, le dedicó una mirada cálida y una sonrisa. —Misha parece inagotable hoy, ¿verdad, abuelo? —comentó Tatiana, iniciando la conversación. —Así es, querida. Este pequeño tiene más energía que el sol. —El abuelo rio suavemente —Creo que nos hace bien a todos tenerlo por aquí. Nos recuerda la importancia de disfrutar los pequeños momentos. Este pequeño ha traído tanta alegría a la casa. No sé qué haríamos sin él. —El abuelo miró con afecto a Misha, que aho
SED DE VENGANZA Tatiana regresó a su habitación, un mar de emociones agitándose en su interior después de la revelación de su abuelo. Amelie, preocupada, no tardó en seguirla, cerrando la puerta detrás de sí con un suave clic. ―¿No vas a decirme qué está pasando? ―preguntó. Tatiana, aun en shock, se giró lentamente para enfrentar a su amiga. Sus ojos, normalmente llenos de vida, ahora parecían nublados por la tormenta de sus pensamientos. ―Natasha… no es hija de mi madre ―soltó, finalmente, las palabras cayendo entre ellas como una bomba. Amelie se quedó inmóvil, sorprendida, tardando un momento en procesar la información. Luego, con pasos vacilantes, se acercó a Tatiana y la abrazó, buscando ofrecer algo de consuelo en medio del caos. ―Pero ¿Cómo es posible? Entonces, ¿quién es la madre de Natasha? Tatiana negó, con la cabeza, su expresión perdida. ―No lo sé ―admitió ―pero voy a averiguarlo. La mirada de Amelie se endureció con sospecha. ―¿Qué estás planeando? ―indagó. Tati
UN BAÑO PADRE E HIJO.«―¡Mamá! ―gritó la niña con alegría, lanzándose a los cálidos abrazos que siempre la esperaban.Su madre, con una sonrisa que iluminaba su rostro, tomó a Tatiana en sus brazos.―Mi pequeña estrella ―le dijo, besando su frente. ―¿Sabes cuánto te quiero?Tatiana, riendo, asintió con la cabeza.―¡Hasta la luna y de regreso!―Exactamente ―respondió su madre, colocando una corona de flores silvestres en la cabeza de Tatiana. ―Y siempre recuerda, mi amor, solo quiero que seas feliz, muy, muy feliz»Una lágrima se deslizó por la mejilla de Tatiana al recordar aquellos momentos. Con un gesto rápido, se la secó y murmuró.―Haré que pague por lo que te hizo.Luego el recuerdo del día de la muerte de su madre la golpeó como una ola fría. Se vio a sí misma, una niña perdida en un mar de luto, acercándose al féretro donde yacía su madre. Todos vestidos de negro, donde un silencio opresivo llenaba la sala. Intentó acercarse más, pero su padre la apartó con un gesto brusco.«―Ve
―¡Alexei ―Tatiana grito cuando el orgasmo amenazó con arrastrarla. Pero él siguió moviéndose dentro de ella. ―No te imaginas lo perfecta que te ves corriéndote sobre mi polla, lyubov’ ―el sujeto sus muslos enterrando los dedos en su piel ―Te sientes perfecta. Tatiana gimió incapaz de responder, rebotando sobre el tocador con la fuerza de cada embestida. Alexei siguió golpeando ese punto tan profundo e intenso, llevando a un punto al que nunca había llegado. Su piel se erizó y aunque acababa de correrse, parecía que nunca lo hubiera hecho. ―Córrete dentro de mí ―ella suplicó, esta vez no hizo falta que él lo pidiera. Alexei le dio una sonrisa lobuna y escondió su cara en el su cuello, ahogando un gemido. Estaba tan dentro de ella que Tatiana no sabía dónde iniciaba ella y terminaba él, podía sentirlo por todas partes. Alexei se apartó ligeramente y sus ojos buscaron los de ella, antes de inclinarse y darle un beso castigador, al tiempo que la embestía con fuerza. ―¿De quién esté co