—¿Que haces con mi móvil?— Oliver se acerca y se lo quita—hey no seas malo, solo conteste la llamada para ayudarte, ya que estabas ocupado —¡No Salem! No vuelvas a hacerlo— regaña a su hermana —¿Quién carajos era?— empieza a revisar el móvil y ve que es el número de Aurora, así que la desesperación lo impacienta—supongo que era tu novia, creo que se llamaba Aurora, sí, así me dijo y te mando al infierno —¡No! ¡Carajo! Es tu culpa— la señala y empieza a llamar a Aurora, pero le cae a buzón —no me grites, eres bien ogro— rodea los ojos —intente decirle que soy tu hermana, pero me colgó la llamada, es muy grosera —¡No lo es! Ella es perfecta, pero esa mujer debe estar poseída por el diablo, hasta apagó el movil ¡Joder! Me has metido en problemas— sigue llamando —hablas como si le tuvieras miedo, eso es muy extraño de tu parte. —¡No lo entiendes! Ella es importante para mí, es mi mujer —deja de ser posesivo, literal, eres un puto dolor de huevas. Solo búscala y yo hablo con ella
—Dulce no tengo tiempo ¿Dónde está Aurora? ¿Lo sabes?— Oliver está estresado, pero tampoco quiere ser grosero con Dulce María —¡Eres un miserable! ¿Cómo te atreves a hacerle daño a un chica tan linda como ella?—¡Joder!— exclamó impaciente —no tengo tiempo para darte una maldita explicación, ¿Dónde está ella?—¡No te pienso, decir! Aurora no quiere verte, asi que no quiero problemas. Además, no creo que a la familia de ella le agrade a lo que te dedicas y yo tampoco quiero hablar contigo —¡No te atrevas a colgarme la llamada Dulce María!—¡No me grites, pedazo de mierda, vete al demonio— bufó con su rostro enrojecido de la cólera —¡Espera...! No cuelgues, perdón, por favor házlo por la amistad que tenemos. No quiero hacerle daño a Aurora, ella realmente me importa, solo que está molesta porque mi hermana contesto su llamada y Aurora piensa que tengo otra mujer ¡Pero no es así!Dulce Maria recuerda cuando Aurora hizo la llamada así que se siente contra la espada y la pared. —lo sie
Cuando ve venir a Sebastián Parrow junto a otro hombre, torna un temple frio en su rostro. Ramos no permitió que los escoltas que trajo Sebastián ingresarán a la mansión.—bienvenido señor Parrow— sonríe con malicia, se acerca y extiende su mano para saludar, pero lo único que recibe es un fuerte empujón por parte de Sebastián —cálmate Sebastián— le pide Leandro y Spencer alza sus manos en son de paz —¡No me puedo calmar! ¡Quiero a esté cabrón lejos de la vida de mi hija!— señala a Oliver mientras le lanza una mirada de doble filo —un placer tener la visita de mi suegro, pero le aconsejo que baje la voz— Emilio sabe que sus hombres están camuflados, están esperando un falso movimiento para defenderlo —¡Cierra la maldita boca!— sé le fue a Oliver con ganas, pero Leandro lo alcanzó a agarrar Sebastián está pero encendido de la rabia, ya que junto a Leandro descubrió que uno de sus hombres le estaba pasando información de su hija a Spencer. Por tal motivo la visita inesperada es p
Hawai.—¿Y bien, que te pareció?— Ricardo la observa detenidamente, desea consumir, pero no puede, ya que a pesar de todo está en hora laboral y eso está prohibido —me encanta, el sabor es magnífico, pero ya me siento mareada— deja la copa de coctel vacía —el dulce hace estragos, siendo así, no tomes más. Hay tantos lugares que quiero mostrarte— alza su mano y el mesero se acerca —eso sería genial, realmente no quiero aún irme a dormir, ¿Para qué? Estoy también por trabajo, pero mayormente por vacaciones y la verdad es que mi cuñada tiene buen gusto, este hotel está cumpliendo todas mis expectativas —me agradas, eres tan diferente al resto de las chicas. Ven conmigo— se coloca de pie —¿Que desea, señor Will?— pregunta él mesero —nos retiramos, gracias por tu servicio— le entrega la propina —gracias señor Will, es un placer— el mesero muy emocionado empieza a recoger lo que Aurora consumió Aurora y Ricardo salen del club. —siento que las fotografías aquí, saldrían espectaculare
—¿Qué sucede hermosa, te siento fría?— Ricardo, pero Aurora no le responde porque ella tiene su mirada fija aun en Oliver Spencer —¿Acaso no es, tu novia?— pregunta Salem ya que se percató de la situación —es igual a la de la foto que me mostraste y está con otro hombre —¿Qué carajos?— musitó Oliver buscando a Aurora con su mirada, la cual siendo audaz, disimuló —tenemos que irnos— Aurora empieza a caminar y Ricardo aún sin comprender, le sigue el paso —¡Espera, Oliver! No cometas una maldita locura— Salem lo agarra de la mano, pero como ese hombre es tan arrogante, se suelta con arrebato y camina hacia Aurora Salem tuvo que seguirlo de inmediato mientras los escoltas los protegen. —¡Aurora Parrow!— la menciona con determinación, literal, está que saca su arma y mata a Ricardo, los celos lo tienen al punto de colapso porque para él, Aurora es suya y de nadie más. Es un hombre sumamente posesivo.Aurora y Ricardo se detienen y voltean para ver a Oliver. —Aurora Parrow— hace una
Aurora traga grueso y luego, tratando de retomar su compostura para decirle —¿Qué haces aquí?—¿Qué hago?— coloca sus manos en la puerta, dejándola sin salida —¿Cómo entraste?— Aurora está sorprendida y se pierde en esa mirada neutra de Oliver—¿Se te olvida quién soy?— acerca sus labios a los de Aurora, los cuales están entreabiertos deseando ser devorados —me has mentido...— murmuró y vuelve a pasar saliva, bajando su mirada a los labios de su mafioso—¿En qué sentido Aurora? Traje a mi hermana para que te aclarará la situación —¡Mentiste al decirme que desde que me viste en la fiesta eras solo para mí! Resulta que querías tener algo con Dulce María —lo que pasa es que estás muerta de celos— pega su pecho al de ella, haciendo que a la pobre chica le falte el aire —¡Para nada! No siento celos, solo que no me gusta que me vean la cara de estúpida —¿Pero tú si puedes verme la cara de estúpido?— frunce el ceño y luego esboza una sonrisa amarga —Dulce María es hermosa. Primero la c
—¡Oliver!— lo menciona, pero él se ha marchado, necesitaba alejarse de Aurora, ella es su más divino pecado y sentía que no iba a soportar más, literalmente quería hacerle el amor Aurora se resigna y cierra la puerta. Las lágrimas se le salen, le duele recordar todo lo que le dijo Oliver y sí, él tiene razón, no debía actuar de esa manera. Pero es como una forma de defender su corazón.Ni siquiera quiso almorzar, ha estado encerrada esperando que quizás él regrese, o capaz y sea su orgullo por irlo a buscar, pero siente que le arde el corazón y que ni fuerzas tiene más para llorar.La ansiedad la está atacando con preguntas seguidas y la mayor es el hecho de que Emilio sea un mafioso, no comprende como él se metió en su corazón tan rápido pero tampoco se quiere alejar, no quiere. Si estomago gruñe y es entonces cuando un pensamiento paraliza su corazón por segundos. —¡No puede ser posible! ¿Cómo lo olvidé?— recuerda que no tomo las pastillas de emergencia, así que saca cuenta y ya e
Los gemidos ahogados gracias al beso hambriento los hacen disfrutar más. Aquellas caricias posesivas hacen quemar la piel, incitando el placer. Ni siquiera les importa si los ven, solo existen ellos dos.Cuando Oliver se corre dentro de Aurora, le sonríe maliciosamente. —me saliste gata...— lo dice con dificultad, porque está agitado debido a la fuerza que tuvo que hacer —¿No te gusta?— pregunta mirando los labios rojos de aquel hombre que es su tentación —todo de tí me encanta y más si te vuelves, una fiera marcando territorio —¿Eres mío Spencer? —lo soy...—vamos al baño, quiero más de ti Oliver oculta el asombro por la propuesta indecente de Aurora. —¿Ahora entiendes por qué me vuelves un demente?— la besa con tal rudeza que le hace dolor los labios, pero le encanta —vamos a tu habitación, quiero que estemos solitos— la baja cuidadosamente —no tienes idea de todo lo que te voy a hacer Aurora sonríe satisfecha. —no sabía que bailabas a un nivel de perfección, quiero que baile