—señor...— Aquiles mira a su jefe con preocupación, mientras que Julieta siente que se le va a salir el alma—¡Te hice una pregunta!— grita Máximo empuñando sus manos —yo... Puedo explicarlo— Aquiles duda en que responder —porque yo estaba gritando y llorando desesperadamente. El señor Aquiles solo ingresó para ayudarme, eso es todo— miente Julieta —¡Que sea la última vez que estés aquí, Aquiles— lo señala —vete— señala a la salida y Aquiles obedece, pero con cierto disgusto que ni demuestra Al quedar Spencer a solas con Winner, la mira con fulminante. —¿¡Quién te dió permiso de irte!?—nadie— responde con seriedad, pero si tiene miedo, no quiere ocasionar problemas a Aquiles, ya que él ha sido amable con ella —te pido que no castigues a Aquiles— dijo sin tantos rodeos, aunque juega con sus dedos —¿Te gusta? ¿Te gusta Aquiles?— le pregunta alzando su voz, sin darse cuenta de su gran error, uno que jamás había demostrado, debilidad por celos —al menos... Es más amable que tú— le
—¡Carajo!— exclamó y buscó rápidamente su móvil en el bolsillo de su pantalón. Al tenerlo en su mano, llama a Aquiles, el cual contesta de inmediato porque de igual forma estaba cerca y escuchó los gritos de Julieta—señor—¡Alquiles quiero que me traigas ya mismo al doctor Lorenzo!— ordena con firmeza —¿Le sucede algo, jefe?—¡Haz lo que te digo!— cuelga la llamada, para fijarse en Julieta —¡Respira, te va a dar algo!— se acerca y la carga entre sus brazos —ayuda...— súplica en tono de voz débil —¡Soy una maldita, bestia!— dijo mentalmente y la ingresa a la bañera, para luego abrir la llave —noo...— ella tiembla, cierra y abre los ojos —¡Hey... Ya cálmate!— la agarra del rostro —¡Mírame!— suaviza su voz —lo lamento— es sincero, le preocupa el estado en que ella está, cuando es algo estúpido porque él solo se preocupa por su familia —señor por favor... No me toque— vuelve a delirar —Julieta... Calma, ya pasó— da leves golpecitos en la mejilla de ella, pero la chica no reacciona
Aquel beso empieza a aumentar las ganas del DESALMADO, pero le agarra el rostro y la aparta. —¿Quieres ser más astuta que yo?— pregunta y luego mira esos labios rosaditos de Julieta con ganas de más, pero no, él está aprendiendo a conocerla y se percata de que Julieta es astuta y engañosa —¿No quieres?— pregunta y ella posa sus manos en el pecho desnudo de Máximo—Tiene las manos frías. Te hice una pregunta y me la vas a responder, porque no voy a volver a caer en tu juego Julieta. Y sientes nervios, los sientes porque quieres tener sexo conmigo para convermcerme, pero tú crisis emocional te juega sucio ¿Quién?—¿De qué hablas?— Julieta palidece —¿Quién intentó hacerte daño?— la mira con firmeza y ella intenta zafarse de su agarre, pero no puede —estas mal, y suéltame por favor, me estás lastimando —¡No! Te hice una maldita pregunta Winner. No acepto que vengas a jugar tus cartas conmigo. Eres tan terca que no entiendes a quién tienes frente a ti. ¿Quién quería hacerte daño? Juli
La hizo suya hasta el cansancio, la dejó sin aliento, tanto, que Julieta quedó profundamente dormida. Mientras que Máximo la observa detenidamente, su rostro, su cabello, su fino cuello, sus pechos, cintura, lo que ahora es de él y esas piernas que provocan.—eres solo mía— musitó. A pesar de que la formó varias veces, quería más de ella, por lo menos le soportó el ritmo para ser una primeriza. —¿Qué mierdas estoy pensando?— coloca sus manos sobre su cabeza, jalando un poco su cabello por la frustración —¡Solo sexo, no lo olvides!— murmura y sale de la habitación Se siente confundido en este momento, pero todo se esfuma al pasar por el pasillo que conecta con la sala de estar y ver a Aquiles recostado en la pared, leyendo el periódico.—¡Aquiles!— lo menciona y este se posiciona firme como un soldado —señor— le habla con respeto —¡Me dices ya mismo! ¿Qué hacías en la habitación de Julieta! Porque no les creo ni mierda ¿O es que ahora te quieres relacionar con lo que es mío?—no se
Julieta se asustó y por poco su cabeza pega al parabrisas si no hubiera puesto sus manos. —¿Qué te pasa?— la reclama —¡No puedes cuestionarme nada! ¿Entendiste? Eres mía, soy tu amo, y no puedes decirme nada. —conmigo no funciona ese tipo de tratos señor —¡Pues te aguantas!— le grita y luego le propina un puño al volante del auto para desahogar su cólera y no decirle algo ofensivo —¡Estás celosa!—está equivocado señor —no me mientas, conozco a las mujeres como tú —le informo que no soy como las mujeres que suele, estar. Estoy segura que las mujeres que usted frecuenta se acuestan con cualquier hombre por dinero. Pero yo no, porque no tengo interés por nadie. Es más, si no fuera por amor a mi padre , no hubiera estado con usted —¡Maldita sea Julieta!— se acerca y la agarra fuertemente del rostro para tenerla a escasos centímetros —¿Está molesto, señor?— pregunta con incredulidad dándole una media sonrisa malévola —estas aprendiendo mucho Winner— bufó y ella le sostiene la mira
Para Julieta es difícil vivir esta situación con su padre, la edad en ocasiones no llega sola y ahora el señor Winner está en un estado crítico en su salud.Por más que ella quiere ser fuerte, está destrozada por la infección pulmonar que tiene su padre, no entiende cómo es que en momentos, el mundo se le viene encima.Tuvo que pasar toda la noche esperando en la sala de estar. Mientras que él, Máximo Spencer, no se percató de nada. Porque según Aquiles recibe información y debió habérselo dicho.Sin embargo, Máximo está en sus asuntos, uno que no lo dejó dormir toda la noche. Es Julieta WINNER. La chica está rodando su mente una y otra vez, se apodera de sus pensamientos mientras que él lucha porque no sea así. Pero a ella le está gustando mucho hasta su carácter y lo engañosa que puede llegar a hacer. Aquiles había llamado a Lucia, pero tuvo que cancelar sus planes, se estaba dejando llevar por la cólera y eso no le conviene.Siendo las 6:10 AM, Massimo está desayunando, cuando Aqu
Julieta se siente vacía, ni siquiera sabe de dónde va a sacar dinero para pagar la funeraria de su padre, está con su mirada perdida justamente en el suelo mirando su triste reflejo. —nada valió la pena, ni siquiera acostarme con ese mal hombre valió la pena ¿De que sirve ser buena, Dios?— pregunta en susurro, cuando percibe la presencia de alguien y al alzar su mirada se encuentra con la oscura mirada del hombre que marchitó su vida aún más —¿Qué haces aquí?— le pregunta colocándose de pie y Máximo puede notar el coraje que tiene Julieta, al verla empuñar sus manos—no te preocupes por los gastos, cubriré todo— dijo Spencer sin ni siquiera parpadear, cuando luego siente su mejilla arder por la fuerte bofetada que le dió Julieta —¡Lo haces porque tienes cargo de consciencia!— lo señala con indignación, y sus lágrimas se hacen más presentes —debes calmarte— intenta acercarse, pero ella retrocede mostrando su desprecio —¡Aléjate de mí! ¡Eres cruel! ¡Eres un monstruo! ¡Eres un hombr
—¿Qué carajos me estás diciendo?— Spencer se desató —señor, soy fiel servidor suyo, jamás le mentiría— el escolta tiembla de temor, sabe a qué a su jefe no le tiembla la mano para matar —¡Cállate! Eres una basura, me envidias y quieres tener mi puesto, por eso estás inventando toda esa mierda. Señor, lo mejor es que mandemos a este idiota al infierno, yo mismo me puedo encargar de cuidar a la señora Winner Pero Máximo lo ignora, porque se fija en el escolta. —¿Quién es él?— pregunta agarrándolo del cuello —un joven que había estado fuera del país por años, señor— pasa saliva con dificultad —según la información, ellos tenían una amistad— informa y Máximo lo suelta del cuello —¡Máximo!— Oliver lo menciona estupefacto —¡Vete Oliver!— le ordena impacientemente —déjenos a solas— ordena Oliver por lo tanto, Aquiles y el escolta obedecen saliendo de la mansión donde se formó una discusión desagradable entre los dos hombres —¡Te vas a morir!— lo sentencia Aquiles —no le tengo miedo