capitulo 106

Los días que siguieron no fueron mejorando. Al contrario, Cassandrase cubrió con una manta de dolor. Jamás la vi así, ni siquiera cuando ella misma mató a la condesa. Ver como organizaba búsquedas desesperadas, llamadas sin respuesta, recorridos por el bosque y las ciudades cercanas. Llamó al mismísimo presidente para que le diera información de aeropuertos y todos los lugares inimaginables y nada. Después llegó el bajón emocional. La veíamos sumida en su celular, en su tristeza, todos los días encerrada sin querer ver a nadie. Nos prohibió acercarnos. No volvió a ver temas de la empresa. Y pasamos a la ira: rompió todo lo que encontró, el celular, el computador, cada cosa que le recordaba a ella. La casa... ¡Dios, si no llegamos a tiempo se le hubiera caído encima! Estaba completamente descontrolada y se dejaba llevar por el dolor y la ira. Como duele amar a la persona equivocada, como duele el no saber que pasó. Porque no discuto que el amor se puede acabar, no discuto que el amor n
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