"Señor Langley, has cruzado la línea". Camila apenas podía respirar cuando todo lo que Jeremy logró llegó como un rayo caído del cielo. "¿No me pediste que me ocupara de mis asuntos lo más rápido posible para que pudiéramos hablar sobre nuestra cooperación?". dijo Camila

"Perdóneme, señora Rynand. ¿Desde cuándo dije que esto es gratis?"

Camila se quedó sin palabras ante lo astutos que eran esto que era este hombre. Con una respiración profunda, hizo todo lo posible por calmarse mientras Jeremy mantenía la misma expresión indiferente en su rostro. Él preguntó: "Sra. Reynad, ¿te envío a un hotel o te dejo en otro lugar?"

"Tal vez tenga que molestarlo para que me envíe a casa, Sr. Langley". Camila forzó una sonrisa, presionando las palabras con los dientes. Sin embargo, había algo más importante en lo que tenía que atender. "Gracias."

"De nada."

Camila no le dijo al conductor su dirección, pero unos diez minutos después, el auto se detuvo en la residencia Langley. Cuando volvió en sí y t