311

Capítulo 311

Camila respiró hondo y se dijo a sí misma que debía aguantar.

Se quitó los tacones, que casi estaban pegados a la parte trasera de sus pies. El dolor le hizo fruncir el ceño, pero permaneció en silencio y apretó los labios.

Había estado buscando a Brandon por toda la ciudad durante varias horas, pero aún no lo encontraba.

¿Dónde estaría?

En ese momento, un joven pasó junto a Camila y sintió simpatía por ella al ver su estado. Le dio un paquete de toallitas húmedas y le dijo:

—No sé qué te pasó, pero por favor, tómala si las necesitas.

Al escuchar sus palabras, Camila recordó que se había maquillado por la mañana antes de salir. Pero después de llorar todo el día, su maquillaje se había corrido.

Tomó la toallita húmeda y respondió con voz ronca:

—Gracias.

Al ver el ramo de camelias que el hombre llevaba, Camila se perdió en sus pensamientos. Las camelias desprendían un suave aroma floral.

De repente, Camila recordó que Brandon la había llevado a una mansión llen
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