Giulano cumplio todo el día con lo que me dijo, ese día estuvo solo para mi aunque el intento estar cariñoso conmigo yo no tenía ganas de que me mimara, aún sentía en mi cuerpo los golpes de su cinturón y si, me compro el coche que más me gustaba, fuimos al restaurante más caro de Milán y dimos un paseo. Intentó cogerme la mano o abrazarme, pero me apartaba de él haciéndole sentir lo que yo sentía, dolor y frustración. La semana siguiente estuvo mi marido muy complacido y cariñoso conmigo, llegaba temprano a casa, me contaba cómo le había ido en el día, terminando los dos en la cama haciendo el amorUna semana después, desayunamos como siempre en la cocina, después de ducharnos juntos y vestirnos en nuestro dormitorio, mi marido se fue a trabajar, cogi las llaves de mi coche y mi bolso, salí de la casa, subí a mi automóvil para ir al centro de Mila, porque ese día me apetecía mucho empezar a comprarme ropa de premamá, aunque todavía no se me notaba mucho la barriga de embarazada.Pase
Después de comer me tumbe un poco en la cama, ya que el paseo que di por la mañana me canso un poco, apenas me había quedado un poco adormilada cuando escuche como entro un mensaje en mi móvil, me incorpore para coger el teléfono, abri el mensaje viendo que era Adrianna quien me lo había mandado, viendo el nombre del restaurante donde Mario iría a cenar y su ubicación. Me levanté de la cama, entre en el cuarto de baño, me quite la ropa para darme una ducha, salí unos minutos después, cogi la toalla que había colgada en el toallero rodeando mi cuerpo con ella, volví al dormitorio para vestirme, me puse un vestido corto pero elegante y unos zapatos de tacón de aguja que aún podía ponerlos, cogi mi bolso y mi movil, acercándome a la puerta de la casa. Salí de mi casa y subiendo al coche, puse el GPS para que me guiara hasta el restaurante. una vez que llegue y aparque mi coche, entre en el local acercándose a mi el maitre del restaurante.— Busco al señor Mario Costa,¿ podría decirle al
Esa noche casi no pude dormir por no terminar de comprender, porque no se divorciaba de mi Giuliano y se casaba con su amante dejándome a mi libre, si resultaba que yo era la que según mi marido, la que lo avergonzaba y la amante de sus socios. Me levanté ese día de la cama cansada ya de aguantar sus palizas y sus insultos. Me acerque a la puerta del dormitorio y moviendo el manillar me di cuenta que la puerta estaba abierta, salí del dormitorio acercándome al dormitorio de Giuliano y viendo que ya no estaban dentro del dormitorio, entre en el cuarto de baño, me duche y cogí la toalla que había colgada en la puerta volviendo al dormitorio, me sequé el cuerpo, me vestí y sin desayunar, salí de la casa.Me subí en mi coche, lo arranque saliendo del camino que llevaba a la mansión, aparqué un momento en el arcén de la carretera, cogi mi teléfono para llamar a Angelo quedando con él en su casa. Cuando llegue y aparque el vehículo, baje de él, entrando en la casa de Angelo que ya me espera
Pegando sus labios con los míos mientras su lengua bailaba dentro de mi boca, mi marido me fue subiendo vestido hasta que consiguió quitarmelo, me quise resistir y darle puñetazos para apartarlo, pero rompió mi sujetador quedando mis pechos desnudos, lamió y mordió el lóbulo de mi oreja, haciéndome gemir, besó y mordió suavemente mi cuello, siguió bajando besando mi piel hasta llegar a mis pechos, los lamio y mordió, mordiendo suavemente mis pezones haciendo que enseguida se pusieron duros, mientras yo arqueaba mi espalda por el placer, siguió bajando besando mi vientre. Se puso de rodillas en el suelo y mientras nos mirabamos me quito el tanga, puso mis piernas en sus hombros, besando y dando pequeños mordiscos por mis piernas, hasta que llego a mi sexo. Introdujo dos dedos dentro de mi tocando lo que nunca había tocado mientras su lengua se movía en mi clítoris como una serpiente juguetona, haciéndome gritar de placer. — Quiero tu orgasmo en mi boca Bianca, damelo cariño — me decía
Terminamos de comer y cuando Mario pagó la cuenta, nos marchamos del restaurante, subimos a la limusina volviendo al hotel donde se hospedaba Mario y donde estaban también los vendedores con los que íbamos a negociar. La limusina aparco en la misma puerta del hotel, cuando el chofer abrió la puerta bajo Mario y ofreciéndome su mano, me ayudo a bajar, entramos en hotel dirigiéndonos hacia los ascensores, Mario pasó su tarjeta por una ranura que había en el ascensor poniendose en marcha, pero cuando paro en la planta y se abrieron las puertas, me quede inmovil mirando todo ya que no era una habitación como las demás, si no que era como la casa de mis padres entera, pues era enorme, salimos del ascensor dirigiéndonos a una sala que tenía una mesa redonda en el centro donde estaban sentados cuatro hombres no muy mayores, pero sus miradas eran de enfado— Bianca, te presentó a los hombres que arruinaran a Giuliano y a Arianna, señores la señora Bianca Capri — dijo Mario— Estamos encantado
Me desperté por la mañana escuchando como golpeaban la puerta de la habitación, cogi la sabana de la cama tapando mi cuerpo con ella y aún estando medio dormida abri la puerta viendo a Mario con la mano apoyada en el marco— ¿Puedo pasar? — preguntó— Claro pasa estas en tu casa — respondí sin poder terminar de abrir los ojos, — Duchate con agua fría y así te espabilaras, pero venia a decirte que volvemos a Milán dentro de una hora ¿Quieres que te pida el desayuno aquí en la habitación? — me preguntó— No déjalo, pero gracias de todas formas Mario, voy a ducharme ahora nos vemos en la cafetería del hotel — respondíCuando me asegure de que Mario se marchaba de la habitación, entre en el cuarto de baño, me duche dejando caer el agua por mi nuca y por mi espalda, sali de la ducha con la toalla rodeando mi cuerpo, me vestí y cogiendo mi bolso asegurandome de que tenia el movil dentro, me marché de la habitación hacia donde estaban los ascensores, subí a uno de ellos apretando el botón
Enfade tanto a la amante de mi hijo cuando le escupí en su preciosa cara, que me dio un puñetazo en la cara haciéndome sangrar por la nariz, Giuliano al ver la sangre que me salia, se acercó a nosotras cogiendo a su amante por los brazos apartandola de mí, mientras que ella no hacía más que darle puñetazos y patadas a mi marido hasta que él logró calmarla. Cuando se atrevió Giuliano a soltarla, Arianna tenía la cara tan roja que asustaba señalandome con su dedo. — Me lo pagarás zorra, esto no se va a quedar así y enterate que Giuliano siempre a sido mio, tengo a sicarios siguiendote los pasos día y noche y un accidente lo puede tener cualquiera, me da igual que tengas a ese bastardo en tu vientre, — me dijo gritando — Arianna te lo advierto, no toques a mi esposa y dejala tranquila, si pierde a mi hijo, hablaremos tu y yo pero con las armas — contestó mi marido — Giuliano no puedes hablar en serio cariño, tu me amas y no serias capaz de matarme amor, esa puta no nos puede separar,
Nada más hacer la pregunta Carlos me eché a reír como si me hubiera contado alguien un chiste, cambiando el semblante de su cara como si lo hubiera insultado. Que cartel en su sano juicio cambiaria una tonelada de cocaína pura por una noche de pasión, nadie se lo creeria y Carlos pensaba que yo era una idiota, pero estaba muy equivocado, porque yo me acostara con el hombre que a mi me diera la gana, no con un violador de poca sabiendo que no estaba muy bien en sus cabales.— Dejame pensarlo, aunque sé muy bien la respuesta, “No” , se que tu cocaína es la mejor, pero no doy mi cuerpo por eso, te equivocaste de prostituta Carlos — contesté cuando me calme— Pues muy bien, no pasa nada Arianna se que le agradara saber que eres la jefa de cuatro idiotas que se arriesgan a trasladar cocaína en sus barcos a países extranjeros, aunque la Dea les esté vigilando — dijo Carlos— ¿Qué quieres decir? y será mejor que te expliques — dijo Mario— Llevo bastante rato mirando a un tipo que hay en la