Al entierro de mis padres, nada más estuvieron los más conocidos por mi ya que no quise decirle nada a mi marido para que Arianna me dejara tranquila. Al terminar todo, Mario puso a mi disposición su avión privado para que yo volviera a Milán. Al llegar y desde el mismo aeropuerto llamé a Tom el chofer de la limusina de mi marido para que me recogiera, Tom paró el vehículo en la misma puerta de mi casa, entre en ella recibiendo un fuerte abrazo de la sirvienta, nos abrazamos pero yo no estaba para muchas cosas, cuando me dirigí a mi dormitorio escuche la voz de Giuliano llamándome desde el salón, no le hice caso entrando en mi dormitorio, salí a la terraza sentándome en uno de los sillones pensando solamente en vengarme de Arianna y en Giuliano. viendo segundos después como mi marido se sentaba a mi lado— ¿Te pasa algo? Hoy tenía que ir yo a Palermo a recogerte, te he llamado cuando has entrado en la casa Bianca — me dijo— No te he escuchado, lo siento — le dije sin mirarlo— Est
Giulano se marcho del dormitorio despues de hacerme el amor varias veces dejandome sola en la cama dolorida, intenté levantarme, pero me dolia todo, mi sexo, mis pechos y casi todo i cuerpo. Entré como pude en el cuarto de baño, me metí en la ducha arrastrándome por los azulejos hasta quedarme sentada, intente llorar pero ya no me quedaban lágrimas después de lo que paso con mis padres, pasaron unos minutos y me puse de pie, abri el grifo del agua fria primero por mis heridas, poniendo el agua templada después dejándola caer por mi espalda y mi nuca para relajarme. Salí de la ducha cogi la toalla que allí había y rodeando mi cuerpo con ella, me fui del cuarto de baño volviendo al dormitorio, sentandome unos minutos en la cama, cuando ya me encontraba un poco mejor, me vesti con un bluson ancho y unas bragas, saliendo del dormitorio para acercarme a la cocina ya que estaba sedienta — Señora, el señor me ha dicho que vendrá a recogerla a las nueve y que esté preparada — dijo la sirvie
— ¿Cómo está Bianca? Le vamos a hacer hoy unas pruebas, aunque no creo que le queden secuelas, pero prefiero asegurarme — me dijo el médico— Doctor ¿y mi hijo, como está? — pregunté con desesperación— Bianca, el golpe lo tuvo en la parte de su abdomen y costillas de su cuerpo, yo siento tener que decirselo, pero el bebe que esperaba lo ha perdido — me respondió dejándome inerte,Las Lágrimas no cesaban de caerme por las mejillas mientras me culpaba una y otra vez de haber matado a mi bebe, aunque Giuliano me decía que todo estaba bien y lo que importaba era yo, me sentía culpable y sucia, teniendo que ponerme la enfermera un calmante para ahogar la pena que en ese momento tenía— Bianca cariño cálmate, tendremos a nuestro hijo no te sigas culpando, ahora tienes que recuperarte y más adelante lo buscaremos — me decía mi marido cayendo por sus mejillas las lágrimas.Las dos semanas que estuve en el hospital, Mario me llamaba todos los días, aunque a Giuliano no le hacía gracia que hab
Terminé de hablar con mi marido y la fiesta siguió aunque de vez en cuando se separaba de mi lado, ya que algunos invitados lo reclamaban, no quise estar encima de él pues quería confiar después de la promesa que me hizo cuando estuve en el hospital. Pasada la medianoche me fui dando cuenta, que la mayoría de los invitados ya estaban muy bebidos y yo muy cansada, entre en la casa para ir al cuarto de baño parandome en la puerta del despacho de Giuliano al escuchar voces dentro, me quede escuchando y cuando escuche la voz de Arianna y la de Giuliano, abri la puerta sorprendiendolos medio desnudos, en el sofá, ella casi sin ropa y el con los pantalones y los boxer hasta sus tobillos y su miembro dentro de ella. No puede mediar palabra, les cerré la puerta, entré en la habitación de invitados cerrando con la llave, mientras escuchaba con voz de borracho a mi marido, golpeando la puerta mientras decía mi nombre.A la mañana siguiente, me duche y con la toalla alrededor de mi cuerpo, me f
Giulano se quedó dormido en la cama y fue cuando aproveche para levantarme despacio, me vestí sin hacer ruido, fui al salón para ponerme los zapatos, cogi mi bolso y las llaves de mi coche, salí de la casa dirigiéndome a mi vehículo, subí en él marchando hacia la casa de Mario que era donde me esperaba, aunque Mario y yo no teníamos la cafetería de siempre, supe cuando lo dijo que tenía que ir a su casa. Aparque el coche a dos calles más arriba, cuando llegue a su casa y toque el timbre, me abrió Mario invitándome a pasar en su casa, sentandome en el sofá de su sala— ¿Quieres tomar algo? — No gracias, ¿Que pasa con nuestro negocio? — Todo va de maravilla, los vendedores mandan los barcos a los puertos que les decimos a tiempo y la cocaína sale en las lanchas también salen a su hora, según el temporal que haga, los rusos nos están pidiendo más de la cocaína de Carlos sobretodo, tenemos que hablar con él sobre todo tu que le dejaste aquella noche esperando en la habitación del hotel
Casi todos los días daba largos paseos por el terreno que tenia los alrededores de la casa, pensando en que iba a hacer cuando me quedara embarazada, porque aunque le firme a Arianna el documento cediendo a mi marido la custodia, no pensaba cumplirlo por mucho que me amenazara. Entre en la casa después de mi paseo,cuando escuche sonar mi móvil, lo cogi del bolso y al ver que era Mario enseguida contesté — Bianca cariño necesito que nos veamos con Angelo, no cojas tu coche te recojo yo en el mio — me dijo — ¿Algún problema para que nos reunamos? — pregunté — No tranquila, todo está bien pero necesitamos reunirnos, en diez minutos estaré en el exterior de tu casa — respondió antes de colgar la llamada Me fui a mi dormitorio, cogi una falda corta y un top, vistiendome, me fui seguidamente a la entrada de mi casa, cogi el bolso y las llaves marchandome hacia donde me esperaba Mario. Nada más salir vi su coche aparcado y Mario apoyado en él sonriendo como siempre me acerqué.a Mario y él
Abri la puerta del salón, mirándome Arianna y Giuliano sorprendidos quedándome yo más sorprendida que ellos al ver que estaban vestidos, Arianna estaba sentada en el sofá mientras mi marido estaba de pie al otro lado del salón con un vaso de whisky en su mano. — Perdón, no quería molestaros — les dije girando y volviendo a cerrar la puerta Me fui a mi dormitorio, empecé a preparar el equipaje que me iba a llevar a México, entrando Giuliano en el dormitorio cuando ya lo tenía todo preparado — ¿Te vas? Bianca, ella y yo solo estábamos hablando, casi todos nuestros socios se han ido, al parecer hay alguien que les ha hecho una oferta mejor a nuestros vendedores y la mayoría no quieren servirnos, cariño no me dejes — me dijo rodeando mi cuerpo con sus brazos besandome el cuello y la mejilla — No te voy a dejar, pero tengo que irme unos días Giuliano, el secuestro me dejó algunas secuelas y necesito que me dejes irme unos días, nada más te pido eso — le dije Me giro poniéndome frente a
Los hombres que fueron a recogernos al aeropuerto, sacaron nuestro equipaje del vehículo, entramos en la casa, quedándome sin habla de lo bonita que era por dentro, José nos hizo acompañarlo hasta una gran terraza que había al fondo de la casa, donde se podía ver una preciosa piscina, acercándose a nosotros dos mujeres una jovencita y una señora mayor con el pelo blanco. — Catalina y rosalinda les acompañarán a sus habitaciones, yo les espero en el jardín — nos dijo José Acompañamos a las dos mujeres que nos enseñaron donde estaban nuestras habitaciones, entre en ella, abri mi equipaje para sacar un vestido, entre en el baño, me duche y volví al dormitorio con la toalla en la mano secando mi cuerpo. Angelo, Mario y yo fuimos al jardín casi al unísono, viendo como la muchacha le sonreía tímidamente a Mario. — Creo que te ha salido novia, ¿has visto cómo te mira Rosalinda? — pregunté a Mario — La única mujer que deseo tener a mi lado, eres tú — me dijo guiñandome un ojo. Subimos los